Relato erótico
De Fiesta en “fiesta”
Estaba con su novia en la feria que habían montado en el pueblo y les entraron unas ganas de follar tremendas. Fueron a su casa y allí descubrió que tenían una voyeur.
Ernesto G. – SALAMANCA
Amigos de Clima, esto sucedió en Abril, durante la temporada de la feria de mi pueblo.
Ese día paseábamos mi novia, Ana, su prima Julia, y yo, Ernesto, por la zona de la feria, bebíamos cerveza para calmar en algo el calor que hace en esa temporada, y fue gracias al calor y a la bebida que mi novia y yo comenzamos a tocarnos mientras caminábamos entre la gente, llegando incluso a tocar su coño, por encima de la falda, aprovechando el tumulto de gente.
Yo estaba a mil, sentía que mi polla reventaría en cualquier momento por lo que se me ocurrió pedirle que nos fuéramos al apartamento para poder follar a gusto, pero tenia que acompañarlos la prima, aunque ella aceptó para no rompernos el deseo que teníamos.
Cogimos el taxi del pueblo, el único que hay en el pueblo y que por aquel entonces estaba desocupado, y nos trasladamos al apartamento. Apenas pasada la puerta, nos empezamos a besar y a tocar mi novia y yo, mientras su prima se encerraba en una habitación a ver la televisión.
Mi novia y yo nos metimos a una habitación donde nos desnudamos completamente e inmediatamente yo bajé a su coño besándolo y lamiendo con mi lengua su clítoris, haciéndola retorcerse de placer y comenzado a lanzar unos gemidos pequeños que fueron aumentando en volumen conforme le empezaba a meter uno, dos, tres y hasta cuatro dedos en su húmeda y caliente cueva.
Luego nos acomodamos para hacer un 69, comenzando ella a chupar mi polla como quien chupa un helado de cucurucho. En realidad no era una experta, pero sus ganas de llevarme el placer que le daba yo, le ayudaba mucho, ya que intentaba meterse por completo mi polla y sacándola cuando sentía ahogarse.
Después de varios minutos de estar en esa posición la coloqué a cuatro patas, apunté mi polla a su húmedo coño y comencé a penetrarla, primero lentamente, pero aumentando la velocidad de las envestidas, mientras ella aumentaba el volumen de sus gemidos. Estuvimos así un par de minutos hasta que me corrí, pero sacando la polla de su almeja y llenándole la espalda con mi leche.
Entonces fue cuando me levanté para ir orinar y al abrir la puerta del cuarto donde estábamos, oí que la prima echaba a correr y entraba a la otra habitación. Yo salí totalmente desnudo y pasé frente a la puerta abierta fingiendo que no me había dado cuenta, entré al baño e hice mis necesidades sin cerrar la puerta.
Al acabar, me sacudí la polla de manera exagerada, regresé a la habitación y comencé a calentar de nuevo a mi novia, pero esta vez no cerré completamente la puerta para aprovechar el espejo del tocador que permitía ver hacia afuera de la habitación y así me di cuenta cuando la prima se acercó y comenzó a espiar por la puerta medio abierta.
Eso me calentó y me propuse a darle un buen espectáculo de sexo. Comencé de nuevo, comiéndome el chocho de mi novia, que solo se dejaba hacer, luego la hice sentar en mi cara para comerme todo su sexo mientras ella me empezó a menear la polla. Mientras yo movía mi lengua recorriendo toda su entrada y su clítoris, ella me ayudaba con una mano metiendo alternadamente uno o varios dedos en su coño y en su ano, lo que hizo que se corriera mojándome la cara con sus jugos más que abundantes.
A continuación la puse acostada boca arriba y sosteniendo sus piernas al aire, se la deje ir de una sola embestida, comenzando ella inmediatamente a gritar y a gemir de placer, mientras que con sus manos acariciaba y amasaba sus pechos. Estando yo tan caliente se me ocurrió que podía metérsela por el ano, por lo que hice que se pusiera a cuatro patas de nuevo.
Cuando estábamos en esa posición, pude ver por el espejo que su prima no perdía detalle de lo que hacíamos, sentada en una silla que ella había colocado para estar más a gusto. Yo notaba que estaba disfrutando del espectáculo, ya que se estaba acariciando el coño por encima de la ropa.
Ensalive un poco el ano de mi novia, que estaba tan caliente que no podía decirme que no, solo gritaba como poseída pidiéndome polla, lo cual no dudé en hacerlo. Apoyé la cabeza de mi polla en su entrada y la comencé a meter despacio, ella solo gritaba de dolor y placer y me pedía que lo sacara o lo metiera, pero de una sola vez.
La complací y se la dejé ir de un solo empujón dando ella un grito porque la acababa de desflorar por atrás. Incluso creí oír que lloraba por lo que estuve quieto unos instantes mientras su prima acercaba la cara a la puerta poniendo un gesto de preocupación por lo que acababa de presenciar. Pasados unos segundos, mi novia me exigió que la moviera, y lo comencé a hacer pegando ella unos gritos de placer que nunca había oído.
Su prima se excitó tanto al ver que mi novia lo disfrutaba, que terminó levantando su falta, mostrando parte de su chocho moreno, con unos cuantos vellos y frotando furiosamente su clítoris. Ella tendría en aquel entonces unos 18 ó 19 años). Viendo esa escena y sintiendo la prisión caliente, húmeda y apretada del ano de mi novia, junto con las embestidas que le estaba dando, y los gritos de mi novia, terminé explotando en su culo, llenándoselo de leche.
Yo estaba bañado en sudor, cansado y sin aliento, pero feliz de lo que acababa de hacer, y lo único que hice fue sacar despacio mi polla de ese agujerito que escurría de semen. Mi novia se quedó un momento a cuatro patas y luego se dejó caer sobre un costado, descansando de esa sesión.
Su prima se había corrido ya y solo temblaba con la mano sobre su coño, hasta reaccionar y colocándose bien su falda, se levantó sigilosamente para ir a su habitación.
Cuando más o menos sabia yo que ella ya había llegado, me levanté para ir al baño de nuevo, completamente desnudo, y deteniéndome en la puerta, que estaba entreabierta, de la habitación donde estaba la prima, que estaba leyendo un libro acostaba boca abajo, y poniéndome frente a ella le pregunté qué estaba haciendo.
Ella levantó la cabeza un poco, se quedó mirando mi polla un momento y me dijo:
– Leyendo – bajando su cabeza de nuevo sin prestarme más atención.
Debo confesar que me faltó valor para pedirle tener sexo conmigo por lo que me di media vuelta y regresé a donde estaba mi novia quien, inmediatamente, me abrazó y me besó, acto seguido nos vestimos y salimos del apartamento.
No sé si mi novia se había dado cuenta de que su prima estuvo observándonos, y menos que me presenté frente a ella casi ofreciéndole la polla a mamar. Lo que sé es que fue una de las sesiones de sexo más satisfactorias que he tenido.
Saludos a todos.