Las delicias de un trío

Siempre les habían gustado las películas de tríos y se ponían calientes cuando las miraban. Les daba lo mismo un hombre con dos mujeres, que dos mujeres con un hombre. Una visita que les hizo la prima de su mujer les dio una idea.

José Mº – Cartagena
Amigos de la revista, teníamos aproximadamente 29 años de edad cuando nos iniciamos en el sexo entre tres y todo comenzó cuando nos llamaron la atención unas revistas y películas donde un hombre tenía relaciones con dos mujeres a la vez. Nos excitó la sola idea de intentarlo, así como la de dos hombres y una mujer.
En una visita que nos hizo Rosaura, una prima de Carmen, mi compañera, apareció con un vestido negro debajo del cual se notaba la ausencia de ropa interior. En ese momento tenía 24 años. Al observarla me recorrió un deseo intenso que iniciándose en el estomago me recorrió hasta la punta de la polla.
En cuanto tuve oportunidad, comenté con Carmen lo de intentar hacer un trío con su prima como alternativa. A ella no le desagradó la idea y empezó a hacer algunos comentarios con Rosaura al respecto, hasta que finalmente la invitó un día a comer. Rosaura. Después de comer, entre charla y charla, salió el tema de las revistas y las películas y con eso el tema del sexo en trío, lo cual parecía llamarle también la atención.
Al rato empezamos a jugar a las cartas. En la cabecera de la mesa estaba Rosaura y frente a mi Carmen la cual empezó a pasar el pie descalzo entre mis piernas ya que esa posición le permitía sobarme la polla tranquilamente. El brillo de sus ojos y el palpitar de su pecho denotaba su cachondez que subía a cada momento también en mi caso. Y a mí, cada vez más caliente ante la posibilidad de estar con las dos en la cama y excitado por los comentarios de revistas y películas, se me fue poniendo la verga como una barra de acero. Sentía que me corrían los hilos del lubricante preseminal y a cada movimiento se mojaba mi estómago. Sentía la ropa interior mojada, un poco por el calor y otro poco por ese líquido. Era tal el grado de calentura que la polla me dolía.
En un momento en que Rosaura se fue al baño, me acerqué a besar y a tocar a Carmen entre las piernas. Estaba que escurría su nido, jugoso como me gusta, lo cual indicaba que deseaba ella también seguir con el juego pero indicándome que tuviera paciencia, lo cual era casi imposible y muy notorio por el tamaño que en este momento tenía mi verga.
Nos subimos los tres a la habitación y una vez en ella cerramos la cortina que era azulada y quedar a media luz. Al empezar a despojarnos de la ropa, poco a poco, me era imposible ocultar el grado excitación tan grande que tenia y el color de la piel, el brillo de los ojos de Carmen me indicaban que ella también estaba en un grado donde es imposible regresar. Observe como las dos se fueron quitando la ropa y la cual dejaron en una silla personalmente no podía dejar de verlas como se preparaban un con calma, yo estaba muy excitado no tarde en desvestirme y empecé por besarlas a ambas y a tocarles los pechos a Carmen.

Me vuelven loco, siempre grades imposible de abarcar con una sola mano firmes y extremadamente duros por la excitación, con los pezones tiesos y bien marcados.
Rosaura de pechos pequeños pero sin llegar a ser escasos mas bien como dirían los orientales del tamaño perfecto como pequeños cuencos de te, los cuales también me atrajeron enormemente. Empecé por chuparlos con el deseo de probarlos. Nos dejamos caer en la cama y ellas empezaron a masajear con sus manos procurando abarcar mi estaca que en este momento sentía que estallaba de toda la leche contenida, dando comienzo a unas mamaditas en el capullo y sobada de huevos que me llevaron a una excitación incontenible. Me operaron de fimosis cuando era pequeño lo cual hace que al masajearme y sentir las manos de ambas en todo lo ancho y largo del cipote, y los apretones en los huevos amenazaban con estallar.
Nos besamos y tocamos todo lo que quisimos entre los tres abrazados con las piernas entrelazadas nos besábamos chupamos. Las deseaba a ambas por igual esperando que estuvieran listas para ser penetradas por mi polla que estaba tan dura que me dolía. Finalmente opté por introducirla lentamente en Carmen y en la posición que me encontraba empezar a mamar el chochito de Rosaura.
Carmen la cual me enloquece, tenía el chocho mojado y tenía un sabor agradable enloquecedor y debido a la poca espesura de su bello entre las piernas me facilitaban la exploración a su clítoris el cual se encontraba cubierto dos pequeños labios obscuros el interior de vagina rosa suave y jugoso de sabor dulzón Al cambiar de posición yo quede boca arriba a los cual aprovecho Rosaura para enterrar golosamente mi tranca dentro de su pequeña concha no sin antes darle unos masajes y unas sabrosas chupadas a la cabeza la cual afortunadamente detuvo en el momento justo, al poder ver que hacia y como se iba introduciendo lentamente en su pequeño triangulito he decir que poseía una mata de bellos muy bien definida en forma de triangulo y para sorpresa mía su chocha a pesar de la enorme calentura de los tres su interior era estrecho cálido y jugoso tal vez por las mandas propiciadas con anterioridad lo cual casi logra que me viniera en su interior, opto por cabalgarme de tal forma en grado extremo mi verga estaba tan caliente que me era imposible contener sentí como se hinchaba y los torrentes de leche llegaban a la punta para entallar en su interior me vine tan abundantemente al logro de ser imposible contar las contracciones y los chorros de semen derramados en su interior lo cual sospecho que ella agradeció por que lo logramos casi al mismo tiempo ella con espasmos que se denotaban a cada movimiento de mete y saca galopando sobre mi, (satisfecha de recibir por primera vez una buena tranca posteriormente le confesaría a Carmen ya que su pareja lo tenia pequeño y al parecer angosto) mientras esto ocurría Carmen se encontraba sentada de rodillas sobre en mi cara con la intención de no quedarse atrás de la comida de chocho que la prima había recibido una cantidad de metidas de lengua que era capaz de provocarle un orgasmo.

Afortunadamente descubrí a partir de este y muchos encuentros similares con Rosaura que no era necesario el esperar un tiempo entre una relación y otra. Si el grado de excitación era grande mi verga era capaz de mantenerse lo suficientemente dura y activa para poder satisfacer a estas dos hembras que me pedían cada vez más. Desde mi ángulo me era difícil ver lo que hacían, solamente sentir en mi verga el estrecho chocho de Rosaura y en mi cara el de Carmen y entre mamadas y embestidas solo sentía un cúmulo de sensaciones, las cuales eran como un torbellino de placer indescriptible y ese momento, tal vez por el grado de excitación extremo, propició que se chuparan entre ellas los pechos, lo cual me excitó aún más.
Al cambiar de posición Rosaura se colocó a mi lado, con la intención de descansar un poco y en esta ocasión le tocó a Carmen subirse a cabalgar sobre mi verga que nuevamente estaba llena de leche, lista como le agradaba a Carmen, dura y saliéndole mucho jugo. A mi me gusta que me cabalgue ya que me permite ver su cara y ella controla las penetraciones según deseé y de acuerdo al grado de excitación. Esta posición también me permite mamarle sus enormes pechos que son capaces de ahogarte, así como poder tocarle su hermoso culo que en este momento se encontraba mojado de mis jugos y los suyos, así como de mi saliva de las mamadas hechas en su chocho.
Esto le produce gran placer ya que puede frotar su clítoris en mi pubis por lo cual es capaz de correrse en varias ocasiones, una tras otra, de forma que es capaz de mojarme las piernas, los huevos, las nalgas y la cama. El sentir el cuerpo de Rosaura pegado a mí a la vez de propinarme unos besos mezclando su lengua con la mía y sentir su sabor unido a los jugos de las dos, es algo difícil de describir. Entre los besos de una y la cabalgada de Carmen en mi verga nuevamente estaba por estallar por lo que le pedí cambiar de posición ya que en estos casos me gusta correrme cuando ella está a cuatro patas metiéndole en el coño todo mi miembro hasta dejar solamente los huevos fuera. Esta posición también me gusta porque me permite masajear sus tetas y a demás ver como entra mi polla en su coño, saliendo mojada por la mezcla de jugos de los dos. Así estuvimos hasta que ella recibió mi segunda y abundante salida de mi leche, de chorros incontenibles de caliente liquido seminal como si fuera un semental.
Para este momento Carmen ya estaba en calma y fue necesario que saliera del cuarto al baño. Al quedarme solo con Rosaura me comentó que deseaba correrse de nuevo ya que solo lo había hecho una vez.
Aprovechando mi grado de excitación que, a pesar de las anteriores corridas, mantenía mi nabo erguido, me dijo que le gustaba la penetraran desde atrás, pero no por el ano ya nunca lo había hecho por ahí, y que en esa posición lograba correrse. Nuevamente la penetré poco a poco aunque mi verga me dolía ya un poco por el trabajo y el hecho de que su chocho estrecho, acostumbrado a una verga más pequeña, me dificultaba la entrada.

A pesar de todo, me excitaba mucho sentir su almeja mojada por mi corrida anterior mezclada con sus jugos, lo cual lograba que fuera entrando no con cierta dificultad. En este momento el grado de excitación creció al pensar que era un coño extraño, que no era el de mi mujer pero que a la vez me estaba brindando una enorme satisfacción por su estrechez. Estuvimos por espacio de algunos minutos intentando su corrida.
Nuevamente cambiamos, quedando recostados de lado, y esto me facilitó levantarle la pierna para poder masajear su chocho húmedo entre sus jugos, mi corrida y mi saliva permitían maniobrar y trabajar sus labios jugosos y mojar su clítoris frotándolo con suavidad logrando finalmente que tuviera un orgasmo una vez más. Entre contorsiones de su cuerpo lo anuncio ya solo salían de su garganta unos quejidos, ya un poco cansado apresuré a mi cansada verga logre una corrida más esta vez con menos abundancia de leche, pero no menos intenso en placer, nos quedamos acostados abrazados un momento para recuperar fuerzas, nos vestimos y la acompañamos a tomar un taxi.
Repetimos estos encuentros varias ocasiones hasta que el tiempo nos lo impidió al cambiarse ella de trabajo, pero nos compensó con otras cosas.
Carmen, cosa que os contaré en otra ocasión y de la se puede decir que me ha dado muchas y enormes satisfacciones al demostrarme ser una excelente mujer, pareja, mujer, confidente y comprensiva amante, aceptó con agrado hacer un trío con dos hombres y una mujer.
Saludos y hasta pronto.