Relato erótico
La amiga de mi madre
Tenían que ir a una boda de un familiar a la capital y pensaron que sería mejor que pasaran el fin de semana en casa de una amiga de su madre que, también iría a la boda. Era una mujer muy atractiva y, aunque tenía la edad de su madre, le ponía cachondo.
Isidro – Burgos
Admirada Charo, soy un joven lector de tu revista desde hace poco tiempo pero he decidido escribirte para contarte lo que pasó en una boda familiar, efectuada hace unas semanas en Burgos y como nosotros vivimos fuera de la ciudad nos desplazamos a casa de una amiga de mi madre. Se llama Esperanza y su marido Jaime, tenían unas habitaciones libres donde nos instalaríamos mis padres. Tienen una hija de 19 años que se llama Norma y que está estudiando.
Yo me llamo Isidro, tengo 19 años, soy moreno, dicen que guapo y tengo buen cuerpo ya que soy futbolista. Esperanza y mi madre no se hablan y tienen la misma edad, 39 años, aunque Esperanza parece una jovencita ya que viste muy provocativamente llamando la atención por donde va por sus modelitos que a su marido le vuelven loco, así como a mi que me mato a pajas por ello cuando la veo.
La boda era el sábado así que el viernes nos alojamos en su casa. Mis padres en una habitación y yo con Norma, en la tercera. Por la noche nos fuimos todos a dormir, excepto Norma que se había ido de juerga con su novio. Cerca de la madrugada me desperté con sed y me levanté a beber agua y, al pasar por la habitación de los dueños de la casa, vi la luz encendida, la puerta entreabierta y al mirar a la cama vi que solo estaba Jaime y luego vi luz en la cocina. Me dirigí hacia ella sin hacer ruido pero muy nervioso, y al llegar a la puerta me quedé alucinado. Esperanza, desnuda se estaba dando el lote con mi padre que no paraba de meterle mano y sobarla mientras se morreaban.
Me quedé observando escondido y vi como mi padre la sentaba en la mesa, muy abierta de patas, y le metía la boca en el coño comenzando a comérselo. Esperanza gemía como una loca y tuvo un orgasmo bestial en la boca de mi padre que le lamía el coño con fuerza. Tras unos segundos de reposo, ella se arrodilló ante la polla de mi padre y se la tragó entera haciéndole una mamada de campeonato. Se la tragaba una y otra vez entera hasta que mi padre se corrió en su boca y la muy guarra se lo tragó todo sin dejar caer una sola gota. En ese momento me fui corriendo a la cama y me hice una paja pensando en lo que acababa de ver.
Me quedé dormido y a las diez de la mañana me despertaron para vestirme e ir a la boda y ya en la cocina, todos vestidos, se me puso durísima la polla al ver a Esperanza y a Norma. Esperanza parecía que se había vestido para molestar a mi madre y desde luego que lo estaba consiguiendo.
Llevaba un espectacular vestido negro de tirantes muy finos, de varias capas de gasa, muy corto, por medio muslo y con mucho vuelo. No llevaba sujetador, y unas medias color carne y zapatos negros de tacón.
Salimos todos de casa y yo decidí ir con ellos en su coche y al sentarse a Esperanza se le subió el vestido y desde donde yo estaba se le veía el final de las medias unidas a un liguero. En la comida me senté a su izquierda y me pasé todo el rato rozando mi mano por su muslo como el que no quiere. Ella veía en eso inocencia y yo picaresca.
Durante la comida bebieron un poco más de la cuenta y aproveché para sacar a bailar a Esperanza pero enseguida me la quitaron y comenzaron a bailar con ella los amigos de su marido y mi padre. Yo veía como todos aprovechaban para darle un repaso mientras bailaban y como le sobaban el culo y las tetas sin que ella dijera nada ni hiciera nada para evitarlo e incluso uno le metió la mano bajo el vestido tocándole el coño y ella tan solo sonrió y se dejó hacer.
Ahora estaba bailando con un hombre de unos 60 años que le decía cosas al oído, ella sonreía y poco a poco, bailando, la fue sacando de la pista y vi que se iban por separado a la calle, él delante y ella a escasos metros siguiéndole, así que salí tras ellos y les vi dirigirse al parking y meterse en un Mercedes donde le esperaba el viejo. Les veía morrearse y luego vi como Esperanza se inclinaba y comenzaba a mamarle la polla al viejo, mientras este le apretaba la cabeza con las manos dirigiendo el ritmo de la mamada y al poco rato el viejo comenzó a correrse en la boca de Esperanza que se lo tragó todo. Volvió al baile y al rato fue a otro coche con otro tío al que también se la mamó y después volvió con otro que se la folló en el coche.
El marido estaba borracho así que mi padre decidió llevarlo a casa y Esperanza dijo de ir con él, cosa que a mi madre no le gustó pero no le quedó más remedio que aguantar. Yo cogí el coche de un primo y me fui primero que ellos escondiéndome en casa esperando la llegada de todos. Al rato llegó mi padre con dos amigos y mis tíos, acostaron Jaime en la cama y entonces mi padre agarró a Esperanza y se morrearon mientras los dos amigos la magreaban hasta que ella les dijo:
– ¡Esperadme en la habitación, que me voy a poner más cómoda!
Ellos se desnudaron y al poco rato apareció ella, vestida como una putón de lujo, ya que llevaba un camisón rojo de gasa transparente, por mitad de las cachas del culo, medias de rejilla negras y con el coño y las tetas transparentándose por completo. La agarraron los tres y comenzaron a meterle mano como locos, tirándola sobre la cama y mientras mi padre le comía el coño, otro le comía las tetas y el tercero la morreaba y le mordí el cuello.
– ¡Vamos, que tenemos poco tiempo! – dijo mi padre, ya que mi madre le esperaba.
Mi padre se tumbó en la cama y Esperanza se echó sobre él clavándose la polla tiesa en el coño, luego se acercó uno por detrás y se la clavó en el culo y el tercero en la boca. Entre los tres se la estuvieron follando un buen rato mientras ella gemía y chillaba como una guarra corriéndose varias veces.
– ¡Vamos, cabrones, llenadme con vuestra leche… cabrones… cerdos… folladme, rompedme, quiero que me destrocéis entera… soy vuestra puta, hacedme gozar…! – gritaba.
Ellos, mientras la follaban, no paraban de insultarla llamándole, guarra, golfa y un montón de insultos que a ella la ponían mucho más cachonda. Cuando los tres salieron de Esperanza, ella quedó boca arriba en la cama, con los muslos separados y con sus dedos abriéndose el coño, que estaba empapado y brillaba por sus anteriores corridas, y comenzó a masturbarse mientras los tres, de pie, también lo hacían a su lado. Cuando Esperanza se corrió comenzó a gritar como una loca y a gritos les suplicó que se la follaran y ellos la animaban diciéndole:
– ¡Vamos, córrete cerda, golfa… chilla, guarra, que notemos que te gusta, cerda!
– ¡Claro que me gusta… soy vuestra y os ruego que me folléis, cabrones! – respondía ella.
Uno de los tíos le metió la cabeza entre las piernas y comenzó a comerle el coño. La cerda de Esperanza se quedó tumbada sobre la cama y los tres seguían pajeándose hasta que uno de ellos se tumbó sobre ella, se la clavó en el coño y comenzó a follársela con fuerza mientras le mordía el cuello. Esperanza recibía aquella polla gimiendo y clavándole las uñas en el culo al hombre hasta que él se arqueó quedándose quieto y comenzó a correrse en su coño. Cuando se quitó de encima, mi padre ocupó su lugar penetrando a Esperanza en el coño y comenzando a embestirla sin dejar de insultarla ni un momento que, abierta de piernas sobre la cama, recibía los envites de mi padre.
Mi padre se corrió en su coño mientras ella seguía gimiendo de placer. El tercero pasó a ocupar el sitio de mi padre follándola, pero al rato decidió ponerla a cuatro patas y se la metió en el coño por detrás. El tío se la folló un buen rato dándole cachetazos en el culo, dejándoselo rojo.
Cuando se corrió en el coño de Esperanza, la dejaron tumbada en la cama y ellos, tras vestirse, se fueron y ella se quedó dormida.
Entonces yo me acerqué hasta ella y me senté al borde la cama mirándola con la polla fuera del pantalón, tiesa como nunca la había tenido. Del coño de Esperanza un hilo de semen de las corridas de los tres tíos que la habían follado y le bajaba por la raja del culo, cosa que a mi me excitaba muchísimo. Mientras me masturbaba comencé a acariciarle los muslos, besarle las tetas y chuparle los pezones, que tenía durísimos. Poco a poco me fui animando y comencé a tocarle el coño, y le metí varios dedos y la follaba con ellos, y como Esperanza comenzaba a gemir, me animé a
seguir y comenzamos a morrearnos como novios metiéndome ella la lengua hasta la campanilla.
Se fue animando, me agarró la polla con una mano y sin más se puso en cuclillas sobre mi verga y se fue sentando sobre mi, clavándosela en el coño, echada sobre mi pecho y morreándome de nuevo.
Saludos y todo lo que ocurrió después, y que es mucho, al menos para mí, os lo contaré en una próxima carta