Relato erótico
Jugar entre bolas
Iba a pasar la tarde a casa de su amiga y fue a avisar a su novio para que supiera donde localizarla. Estaba en una sala de billar con unos amigos. La estaban reformando pero, habían dejado una besa para jugar.
Ana – Benicarló
Todo empezó cuando fui con mi amiga Eva a la sala de juegos para decirle a mi chico que me iba a casa de mi amiga a pasar la tarde mientras él jugaba con sus amigos al billar.
La sala de juegos era de la familia de uno de los amigos de mi novio. Estaba cerrada por reformas pero en una de las esquinas habían dejado una gran mesa de billar. Entré con mi amiga y me acerqué a mi novio mientras los otros tres chicos no pararon de mirarme el culo, pero no de forma muy descarada para no ofender a su compañero, pero rodearon a Eva, pero cuando uno de ellos le acarició el culo la chica se dio la vuelta y le soltó un sopapo aunque eso, en lugar de echarles hacia atrás, les envalentonó.
Además a su lado Fernando, mi novio, me estaba comiendo la boca y eso hizo que los otros tres chicos tuvieran una gran erección. Otro besó a Eva que, al principio, le rechazó pero luego abrió la boca y empezó a darse un muerdo con él. El tercer chico, que no había intentado nada, le bajó los tirantes a Eva, dejando libres primero sus gordas tetas y luego, de otro tirón, la desnudó por completo.
La tumbaron encima de la mesa del billar a la vez que yo me arrodillaba entre las piernas de mi novio y le soltaba los botones. Por cada botón que abría le miraba con cara más picara cada vez y cuando los quité todos, se los bajé y le saqué también el calzoncillo. Luego, cogiéndole la polla como la que empuña una barra, se la acaricié y masajeé hasta que empezó a ponerse bastante dura, momento en que la besé en la punta y acaricié con mucha suavidad con la lengua el glande pasándole los dientes.
En el otro lado, los tres chicos se habían desnudado y estaban como lobos sobre el cuerpo de Eva, uno en los pechos, el otro comiéndole el coño y un tercero recibiendo una mamada de la chica que al final más que mamada se estaba convirtiendo en que la chica estaba siendo follada por la boca. Estaban a mil. Entonces uno de los tres que estaban jugando con Eva, se bajó de la mesa y fue hacia mí y besándome en el cuello, me levantó la falda y apartó a un lado el tanga para pasar una y otra vez la polla y acabar penetrándome el coño.
Con las manos me ayudó a quitarme la camiseta mientras yo no paraba de comerme la verga de mi chico, hasta que me levanté y les dije que esperasen, que iban a disfrutar más dejándonos a nosotras llevar la iniciativa.
Hice que Eva bajara de la mesa y terminando de desnudarme, la besé en la boca con dulzura y separando los labios miramos a los chicos con una mezcla de lujuria e inocencia que hizo que los cuatro se pusieran como motos. Ahora las dos nos separamos y ellos pudieron admirar nuestros cuerpos.
Eva es más bajita, de pelo castaño con mechas rubias, una pequeña cara de porcelana y ojos grises, pechos pequeñitos, pubis casi enteramente rasurado y un culito pequeño pero duro y redondito por el ejercicio. Yo, en cambio, soy más alta, morena con el pelo corto, los ojos azules y los labios más carnosos, pechos no muy grandes pero más que los de mi amiga, rematados por unos pequeños pezones café oscuro, pubis rasurado por completo y el culo redondo, también más grande que el de Eva, pero no menos apetecible.
Yo llevaba la iniciativa y volví a besar a Eva y enrollándome con ella nos subimos encima de la mesa como si fuera una tarima en la que realizar un espectáculo para un público, en este caso reducido, que sentados en el suelo empezaban a acariciarse tras haberse quitado la ropa. Las dos, sentadas una frente a la otra, ahora realizábamos una tijera. Se notaba como disfrutábamos, las dos con la mirada perdida y los párpados semi cerrados. Al rato Fernando se acercó a mi, me ofreció la polla y yo la acepté encantada. Luego Enrique se acercó por el otro lado y me ofreció la suya. Yo mamaba las dos alternativamente y masturbaba la de Javi con la mano hasta que en algún momento llegué a tener dos trancas en la boca.
Entonces Fernando me acercó al borde de la mesa y me puso de lado, levantó mi pierna hasta sujetarla en su hombro y me penetró el coño de una estocada mientras que Enrique se puso justo al lado de tal forma que su verga llegaba a mi ano y empezó a presionar hasta que logró vencer la resistencia del esfínter y también me penetró. Mientras era follada por mis dos agujeros, Javi me puso la polla en la boca. Tenía tres pollas para mi sola, llenando cada una uno de mis agujeros.
Ahora el cuarto chico, Pedro, se acercó atrayendo hacia el borde de la mesa a Eva justo a mi lado. Yo no había visto que tamaño de polla tenía el chaval pero la verdad que superaba los veinte centímetros sin problemas y encima con un grosor del tamaño de un vaso de tubo y eso se iba a follar a Eva. En lugar de sentir pena por ella por si la hacía daño al penetrarla, lo que sentí es envidia de poder sentir aquella verga dentro de mí.
Evidentemente el chico tuvo problemas a la hora de metérsela a Eva y optaron por otra solución. El chico se sentó en la mesa y ella dándole la espalda y haciendo que el muchacho sujetara el falo vertical se fue dejando caer sobre ella ensartándose poco a poco. Parecía como si la estuvieran empalando por los gritos que daba de dolor al principio pero en lugar de parar o renunciar a ser follada por semejante arma siguió hasta que estuvo penetrada por toda la tranca. En ese momento empezó a botar sobre el chico. Al principio con dificultad pero sus fluidos empezaron a ejercer su función de lubricante y en unos segundos no paraba de gemir y jadear de placer a la vez que se follaba aquel pedazo de carne. De vez en cuando Eva se inclinaba sobre mí y me besaba los pechos y acariciaba mis pezones haciendo que yo entrase en el paraíso del placer.
A mí se me habían ido follando por cada uno de mis agujeros los otros tres chicos y ahora se iban a follar a Eva. Iban a ser los cuatro para la misma chica. Eva se dio la vuelta sobre Pedro y así se colocó mirando hacia la cara del chico a la vez que Fernando la penetraba analmente y ella entre su boca y sus manos daba placer a Javi y a Enrique. Yo me puse sobre la cara de Pedro con mi coño recibiendo de este la lengua y ayudando a Eva a mamar las dos pollas que tenían entre manos. Era una mamada a dos bocas.
Pero yo quería ir algo más allá y sentir a Pedro en mis dos agujeros.
Eva me dijo que por el coño al final lo lograría, pero que por el culo iba a ser casi imposible sin sufrir alguna lesión, pero yo estaba decidida. Me separé y me puse a cuatro patas. Eva se levantó de encima de Pedro y se sentó encima de Fernando introduciéndose la polla por el coño sin ninguna dificultad, ya que estaba muy dilatado por la polla del otro chico.
Yo sabía que a Pedro, en la Universidad, mi novio y sus amigos le llamaban el tres piernas y otros apodos parecidos, los seis iban a la misma clase de la Universidad, pero lo que menos esperaba era aquel pollón. Ahora Pedro, que estaba muy caliente, intentó penetrarme y lo logró con más facilidad que con la otra chica por el rato que llevaban follando.
Me cogía de los pechos y me guiaba en el polvo. Eva a su vez había sido sodomizada por Javi y mamaba la polla de Enrique. Luego los tres chicos se fueron alternando en los tres puestos. Eva no paraba de tener orgasmos y de pedir más cuando llegó el momento en que yo quería sentir aquella verga del otro chico en mi culo.
A pesar de que los otros tres chicos y Eva estaban jodiendo, se pusieron a mirar si el chaval era capaz de metérmela y la verdad es que a fuerza de ponerme mucho lubricante y de intentarlo varias veces, al final lo consiguió y me estaba follando analmente. Yo, al principio, resoplaba y me mordía los labios por el dolor pero como con mi amiga cuando se la metió en el coño, el dolor se convirtió en placer. En este caso en mucho placer.
Por su parte, Eva se acercó y tumbándose boca arriba me ofreció su coño y se lo lamí y comí lo mejor que pude. Ante todo eso, los otros tres chicos se pusieron a masturbarse encima de nosotras, lo mismo que hizo Pedro cuando sacó la polla de mi muy abierto ano y se juntó con los otros chicos.
Las dos chicas entonces nos arrodillamos y juntamos nuestras caras para recibir todo el semen de los cuatro. Quedamos bien cubiertas de un manto viscoso y blanco. Terminamos, nos lavamos y nos vestimos.
A partir de ese momento toda la cuadrilla nos hicimos inseparables en todos los sentidos…
Besos.