Relato erótico
Hay que renovarse
A muchas parejas les ocurre. Se casan, se quieren y aunque pasen los años todo funciona, pero… necesitan algo más en el sexo, se compran juguetes y ven películas porno. Hasta que un día decidieron probar algo más.
Raquel – Málaga
Os contare mi experiencia, la primera vez que acudimos a un local de parejas. Tengo 44 años estoy casada desde hace dieciocho con Vicente que tiene 47, somos una pareja normal física y de costumbres. Nuestra convivencia es muy buena así como nuestras relaciones sexuales, creo que hemos realizado todo lo que se puede realizar en pareja sin dolor, desde hace unos siete años incluimos juguetes esporádicamente en nuestras relaciones, así como la visión de alguna película erótica, para aumentar nuestra libido.
A raíz de ver estas película fuimos hablando del amor en grupo y demás variantes, confieso que él con más interés que yo, por lo que he leído en algún relato es lo habitual, que sean los hombres los más interesados.
Después de ver las normas y funcionamiento de los locales de parejas por Internet, hace cosa de ocho meses decidimos acudir una noche a uno de Torremolinos, según indicaban los comentarios es uno de los más habituales y que acude más gente, cosa que me parecía bien, porque lo considerábamos mas impersonal y que podríamos pasar más desapercibidos. Decidimos ir un sábado, para esa ocasión me compre un juego de ropa interior más sugestivo y que resaltara mi pecho lo tengo bastante grande, y destaca ya que mido 1,63, estoy bastante bien de figura mantengo una talla 38, pero después de una maternidad ya no esta tan firme como antaño, tengo que confesar que todo esto estimulaba. Para la ocasión me coloque uno de los vestidos más cortos que tenia (no era en exceso). Vicente vistió normal americana etc., él se mantiene físicamente bien a pesar de un poco de sobrepeso pero no en exceso, destaca su físico fuerte.
Después de tomar un par de copas en una vinatería de moda, fuimos a cenar a un restaurante que conocemos, nos tomamos una botella de Rioja y un par chupitos de orujo de hierbas cada uno con lo que íbamos con un punto simpático. Creo que los dos lo buscamos para contrarrestar el nerviosismo, ya que no sabíamos que nos íbamos a encontrar.
Llegamos al local nos atendió un señor muy correcto, nos paso a una zona donde había una barra de bar con algunas parejas y 3 o 4 chicos solos. Nosotros habíamos visto las fotos del local por Internet previamente. Nos pregunto si era la primera vez, le contestamos afirmativamente y nos comento las normas generales y nos enseño varias partes del local.
Tengo que confesar que el sitio me excitó un poco o simplemente saber lo que ocurría allí, pedimos una copa y pasamos a una sala anexa que había unos sofás, habría unas siete parejas allí sentadas. Estuvimos comentando el lugar y la gente que había de distintas edades y distintas formas de vestir. Algunas hablaban entre ellos y un par de ellos estaba besándose y acariciándose. Todo aquello me estaba excitando sin saber porque, Vicente me empezó a besar para animarnos y le dirigí la mano debajo de mi falda, descubriendo que no llevaba bragas, me las había quitado cuando había ido al lavabo poco antes, esto le excitó.
Nos fuimos a bailar a una pequeña pista muy oscura que había al final de la sala, yo confieso que estaba nerviosa y excitada a la vez, allí sabíamos que te podían acariciar por lo que habíamos leído. Al poco de entrar que se nos acostumbró la vista pudimos apreciar que habían unas cinco parejas dos de ellas muy juntas intercambiándose caricias. Nosotros empezamos a acariciarnos mientras bailábamos, Vicente empezó a acariciarme el culo, que sabe que me excita, al poco sentí unos dedos que me acariciaban suavemente una de las piernas por detrás, que me produjo un escalofrío por la espalda, se lo comenté a Vicente y me pregunto:
-¿Te gusta?
Le confesé que más de lo que me podía imaginar y me propuso que me dejase hacer, mientras tanto el metió la mano por debajo de mi falda, tocándome el clítoris y comprobando que estaba muy mojada. A todo esto la mano me estaba acariciando la parte interior de los muslos y pude notar por la mano que era de mujer, cosa que me produjo otro escalofrío, que me hizo gemir, lo que no me podía imaginar, me volví con disimulo a mirar, comprobé que era una mujer de nuestra edad más o menos atractiva y que la pareja solo estaba observando las maniobras de ella.
A todo esto el dedo de Vicente estaba haciendo su efecto incrementado por las sensaciones nuevas y estaba gimiendo sin darme cuenta.
Ella rodeo con la mano mi pierna por el lado buscando mi sexo, Vicente al darse cuenta apartó la mano y empezó a acariciarme los pechos suavemente y besándome a la vez, aquellas caricias de la mujer me estaban volviendo loca , había echado el culo hacia atrás de placer sin darme cuenta y el otro hombre que era algo mayor que nosotros, se acerco a mi apoyando su bulto sobre mis nalgas sin sacársela, pero notaba la elección que tenia, yo a pesar que de buenas ganas le habría cogido la polla, pero no lo hice no sé si por vergüenza y simplemente que eran demasiado sensaciones nuevas muy rápidas, mientras estaba notando esa polla cuando me quise dar cuenta me estaba corriendo como una perra, gimiendo como tal.
La chica me dio un beso suavemente en la mejilla y se apartaron.
Salimos de la pista yo turbada por todo lo pasado pero muy excitada, no me podía quitar de la cabeza, la erección de aquel desconocido presionando mis nalgas. No sentamos a tomar una copa, yo notaba que estaba un poco mareada pero me gustaba la sensación.
Después de comentar lo pasado y lo excitante que había sido Vicente tenía una erección que iba a explotar, nos decidimos a subir a la planta superior a ver qué tal estaba, después de ver dos salas que había con unas camas grandes con varias parejas practicando sexo unos mezclados y otros solos, decidimos quitarnos la ropa y ponernos unas toallas que te daban en unas taquillas, ya que vimos otra sala más oscura con una pared que la dividía con orificios.
Al entrar oímos unos gemidos al otro lado de la pared que se accedía por el fondo, allí pasamos y no se veía prácticamente nada, nos pusimos a bailar y acariciarnos, pude comprobar la erección que tenia Vicente, tiene una polla normal (17 o 18 cm) pero de un grosor extraordinario, me confesó que para la ocasión se había tomado una viagra, lo hacíamos algunas veces cuando utilizábamos los juguetes. El saber aquello me excitó más si cabía. Al momento notamos que nos acariciaron, había dos parejas por lo que pudimos ver (a penas se veía nada) y una de ellas era la de la pista de baile, ahora estaban desnudos, yo cuando sentí nuevamente aquellos dedos, me estremecí, pero en esta ocasión dejaron paso a los de la otra mujer y su pareja que empezaron a acariciarme los pechos, la chica del principio empezó a acariciar a Vicente y al cogerle la polla exclamo a la otra mujer:
-Mira que pedazo de polla más gorda, que gozada.
La otra mujer alargó la mano para comprobarlo, para deleite y orgullo de Vicente, tengo que confesar que al principio me dio la sensación como si me fuesen a quitar algo mío, pero inmediatamente sentí excitación, ya que era mía y ellas la deseaban. Empezaron a masturbarle y una se agachó para metérsela en la boca, Vicente estaba alucinando, yo me eché un poco hacia atrás para dejar espacio entre los dos y note en mis nalgas un pene que salía por uno de aquellos agujeros, en aquel momento no me pude resistir y poniendo la mano detrás cogí aquella polla sin dueño.
Me sorprendió porque al contrario que la de Vicente, era más larga y muy fina, pero era muy suave y empecé a acariciarla mientras el hombre de la segunda pareja me estaba masturbando, estaba aumentando el ritmo de mis caricias en aquella polla y con la otra mano inconscientemente busque la del hombre de la primera pareja, la polla del agujero notaba que empujaba hacia delante todo lo que la pared le permitía y oía los gemidos, hasta que empezó a correrse apartándome para que no me manchara.
En ese momento que Vicente no podía mas con la mamada que le estaban haciendo me buscó con las manos, me dio la vuelta y me la metió por el chocho desde detrás, y una de las mujeres continuo masturbándome, mientras dos de ellos también estaban follando.
Ya no sabía qué mujer era, lo que si era seguro que el primer hombre que era un poco más mayor, no era porque a este seguía yo masturbándole y gemía como un loco. Entre el efecto de la polla de Vicente que la notaba más gorda que nunca y el dedo de una de las mujeres, me corrí temblándome las piernas y por poco me caigo, con las contracciones.
Noté que Vicente se corría también y la mujer que estaba acariciándome agachada le sacó la polla de mi coño y le chupo todo el semen que sacaba, sentí que me quitaba algo mío, pero me puso cachonda.
Después de todo esto salmos de allí, los demás creo que también, y decidimos coger aliento, echándonos en una de las camas, la más grande.
Estaba oscuro pero te acostumbrabas y vimos que habría unas ocho parejas. Estuvimos un tato mirando lo que hacían y cuando nos dimos cuenta fruto de lo que veíamos, nos estábamos acariciando los dos.
A nuestro lado se tumbó una pareja y Vicente se fue hacia abajo para comerme el coño y una vez que mire hacia él y viendo que me faltaba una de sus manos, vi que con esta estaba masturbando a la chica de al lado y estaba mamándosela a su pareja, mientras gemía, con esta escena noté que me mojaba el chocho y Vicente se dio cuenta, me corrí nuevamente y entonces Vicente pidió que me pusiese sobre él y le follase.
Así lo hicimos la pareja vecina habían parado y cuando vieron mi maniobra, ella se puso a acariciarme el clítoris y un poco la polla de Vicente mientras me lo follaba, noté que decía que vaya polla más gorda y esto me gustó. Estaba moviéndome suavemente encima de Vicente y disfrutando de las caricias cuando vi que por un lado se acercó el hombre, sin pensarlo fui a buscarle la polla para acariciarla, cuál fue mi sorpresa cuando comprobé que era la fina que había masturbado en la pared, recordé la corrida que le había proporcionado y me puso muy cachonda. Él, mientras tanto con el dedo me estaba presionando suavemente el ano y me estaba produciendo un placer desconocido, al comprobar nuevamente lo fina y larga que era, se me vino a la cabeza una fantasía, que nunca habíamos podido realizar hacerlo por el culo, por el grosor que tiene Vicente, las veces que lo habíamos intentado no había soportado el dolor y no habíamos podido.
Hice algo que por la mañana me habría parecido totalmente imposible, acercarme al oído de un extraño y decirle si quería metérmela por el culo, pero que tuviese cuidado, se puso detrás note que se mojaba el dedo con saliva. Me metió primero el dedo, que me volvió loca mientras seguía follando suavemente a Vicente, después note en mi ano la punta de su polla y me la fue metiendo poco a poco, al notar que no me dolía, yo misma empuje un poco hacia atrás y hice que me la metiese mas, empezó a bombearme al mismo ritmo que lo hacía yo con la polla de Vicente y fui yo quien fue aumentando el ritmo y a gemir como una perra, notando esas dos pollas dentro de mí y que se rozaban. Me corrí como nunca dándome un mareo de placer.
Vicente que estaba con unas contracciones bestiales se corrió también y el extraño continuó un poco más hasta que se corrió. Se retiro y me sentía como una guarra llena de semen por todos mis orificios pero me gustaba y así se lo dije a Vicente que estaba también como loco.
Nos fuimos a casa y dormimos abrazados. Los hemos recordado varias veces excitándonos con el recuerdo y yo confieso que me he masturbado sola recordando aquella polla por el culo.
Espero que os haya gustado nuestra experiencia. Saludos.