Gracias al ordenador

Le gustaba su vecina, era un poco mayor que él y cada vez que la veía se lo ponía morcillona. Aquella reunión de comunidad fue la causante de que pudiera ir a su casa y “conocerla” un poco mejor.

Andrés – Alcalá de Henares
Todo ocurrió un fin de semana especial. Me llamo Andrés, tengo 28 años, desde hace varios años vivo obsesionado con la vecina del tercero, yo vivo en el primero, es una finca muy pequeñita, no tiene ni ascensor; la chica en cuestión debe de tener unos 37 años más o menos, tiene un crio pequeño y vive sola, aunque el novio-pareja-marido (en situación extraña) aparece de vez en cuando, no está por allí.
Todo comenzó a raíz de una reunión que hubo en la finca en la que se planteaban unos presupuestos para hacer una serie de reformas en la finca, en la reunión ella comentó que tenía los presupuestos de las compañías en el ordenador, pero que lo tenía estropeado y cuando lo enchufaba se le apagaba la pantalla cada dos segundos y no podía hacer nada, así que mi padre que estaba en la reunión le comentó que quizás yo podría echarle un vistazo al ordenador y ver si podría hacer algo, ella accedió y le dijo a mi padre que me pasara mañana por la tarde que es cuando llegaba ella de trabajar.
Cuando mi padre me comentó que tenía que subir a casa de mi vecina, se me puso dura al instante, ya que desde hacía un tiempo la chica en cuestión se cuidaba bastante, hacia ejercicio, salía a correr y tenía una carita súper morbosa; llegado el día, llamo a la puerta y no me contesta nadie, espero dos minutos y oigo llegar a alguien por las escaleras, es ella.
Entramos al piso y me enseñó dónde estaba el ordenador, lo enchufó y me comenta el problema, le digo que voy a ver qué se puede hacer, ella me dice que si no me importaba que se diese una ducha rápida, le digo que se duche tranquila. Me pongo con el ordenador a ver qué es lo que le pasa, pronto encuentro el problema, resulta que el protector de pantalla le había hecho un error.
Me tomé la libertad de coger una cerveza (me la había ofrecido antes y le había dicho que no, pero cambié de opinión), mientras oía el agua de la ducha, me puse a curiosear por su ordenador, directamente entré en “mis imágenes” esperando encontrar algo morboso con que hacerme una señora paja en casa, pero todas las imágenes eran de su familia, de sus amigos, su hijo….
Qué lástima pensé, una chica decente, con lo que fantaseaba yo con ella; pero de repente vi una carpeta escondida entre las fotos en la que ponía como título “mi cam” se me puso dura al instante, entré y cuál fue mi sorpresa que encontré imágenes de video chats que ella había tenido por internet. Tenía el coñito recortadito pero peludito, y que pedazo de tetas. Unos pezones grandes como si fueras la tetina de un biberón, como no, empecé a masturbarme, me saqué la polla que ya apretaba mis pantalones y de repente encontré un archivo que era de video, le di y pude ver una grabación de ella metiéndose los dedos y frotándose el clítoris humedeciendo los dedos con la monumental corrida que tenía en el interior de su jugoso coño, para al final, meterse los dedos llenos de sus jugos en la boca y relamerlo bien. ¡Que señora paja que me estaba haciendo a costa de mi vecina!

De repente oí que el agua de la ducha paraba, y me apresuré a cerrarlo todo y dejar el ordenador preparado para decirle cual era el problema y que ya estaba solucionado; salió pues mi vecina del baño, con un pijamita apretadito, ¡que buena que estaba! y sin sujetador.
Como no me había podido acabar la paja, metiendo el culo hacia dentro de la silla para disimular mi erección, me dispuse a comentarle cual era el problema del ordenador y la solución, de nuevo me agradeció encarecidamente la ayuda, le dije que no era nada, lo que sí que le pedí es si podía usar el baño, por supuesto, me dijo que sí.
Entré en el baño, que bien que olía, una chica acabada de duchar deja un aroma en el baño que me encanta, abrí la tapa del baño y me dispuse a mear, mi trabajo me costó, ya que aún tenía mi herramienta algo erecta, mientras estaba descargando, fijé mi mirada en el bidet, y vi la ropa que se había quitado mi vecina, antes de tirar de la cadena, me dispuse a inspeccionar la ropa buscando sus bragas.
Se me había vuelto a poner durísima, así que rebuscando encontré el preciado tesoro, unas braguitas de encaje blancas, nada de tangas ni historias, unas braguitas de toda la vida que me ponían a mil, miré en la zona dónde está en contacto la braguita y su rajita y para mi sorpresa estaba impregnado de una sustancia viscosa, como si fuera leche de una corrida. Tarde un segundo en llevármelo a la nariz. Las bragas de mi vecina estaban que chorreaban de sus flujos y que cada vez que las olía se me ponía la polla dura a más no poder, y como no, no me pude resistir a probar esos jugos, estaban como dulces y saladitos y muy buenos.
Cogí las braguitas y la zona que estaba con ese líquido viscoso de su coño, las restregué por mi capullo y empecé a hacerme una paja monumental, mientras restregaba las bragas arriba y abajo por mi polla, me recreaba en las imágenes y los videos que había visto de mi vecina, esos pechos turgentes, ese coño un poquito peludito chorreando y como se relamía sus jugos, igual que los acababa de relamer yo hacía un instante, no pude aguantar más y me corrí en las bragas. Que pedazo de corrida, como si hiciera un año que no me masturbara, dejé esa zona de las braguitas completamente chorreando de mi semen, las dejé en el bidet y me apresuré a tirar de la cadena y salir, pero antes pensé un plan para tener una grabación del coño de mi vecina; así que dejé mi teléfono móvil con la cámara grabando y enfocando hacia el wc, tarde o temprano tendría que orinar y yo le podría ver todo el coño, así que camuflé el móvil y más tarde ya volvería a su casa diciéndole que me había dejado el móvil y así poder ver que había grabado ( lo bueno de los móviles de ahora es que tiene una capacidad bestial para grabar videos largos) .

Así que me dirigí a la sala, dónde estaba mi vecina, me dijo que si tenía otro día un rato si podría hacerle el favor de hacerle una limpieza al ordenador, ya que decía que le iba muy lento, acepté encantado, es más, le dije que sí. Así que me despedí de ella y me dispuse a bajar las escaleras hacia mi casa tras haber quedado para el martes siguiente.
Una vez en mi casa, me acordé de que con el calentón que llevaba de cabeza una vez me corrí en las bragas, las dejé de nuevo en el bidet, sin haberlas limpiado de mi pedazo de corrida, había pasado media hora, así que se me ocurrió para poder entrar a su casa al baño y limpiar las bragas decirle que me había dejado el móvil, lo malo es que tendría que cancelar mis planes de poder grabarla en el baño, porque en media hora no creo que hubiera entrado a mear. Así que me dispuse a subir al tercer piso, llamé a la puerta y tardó un poco en abrirme, ya me había puesto nervioso, le sorprendió mi visita, le dije que me había dejado el móvil, ella se dirigió al cuarto del ordenador a ver, yo como sabía que estaba en el baño, entre rápidamente, cogí el móvil que aún estaba en la posición que lo había dejado y me dispuse a coger rápidamente las braguitas para limpiarlas, pero cuál fue mi sorpresa, ya no estaban, que palo me daba de pensar que mi vecina hubiera encontrado mi corrida.
Me apresuré a decirle que había encontrado el móvil, que se ve que me lo había dejado en el baño, así que vino y me despedí de nuevo de ella, ella me dijo que hasta el martes, me dio un sonoro y húmedo beso en la mejilla yo respiré aliviado y otra vez con la polla dura. De nuevo me dispuse a volver a mi casa, una vez entré, me fui directo a mi habitación y paré la grabación del móvil. Para ver como se vería la grabación, pasé al ordenador lo que había grabado, es decir, media hora del wc solamente.
Y cuál fue mi sorpresa, que a los 5 minutos de grabación entraba mi vecina a mear al baño, ¡bien!
Me había salido la jugada perfecta, pude ver en toda plenitud ese coñito mojadito, ahora no tan rasuradito pero con el pelito corto, como me gustaría relamer ese coñito; de la manera que había dejado el móvil grabando se podía ver también el bidet con las bragas en lo alto de todo, (pensé, tierra trágame), en eso que mientras estaba meando mi vecina, desvió su mirada al bidet, con cara extrañada miró las braguitas, acabó de mear, se limpió, y antes de levantarse los pantalones alargó su brazo y cogió las braguitas, se podía ver claramente a través de la grabación lo mojadas de mi semen que estaban las bragas, ella se las acercó a la nariz y las olió, a mí se me puso durísima al ver eso, mientras se las acercaba a la nariz e inclinarlas rebosó el semen que había depositado en las bragas y cayo algo en sus piernas, lo que vi a continuación cambió la relación que tendría en un futuro con mi vecina.
Como os contaba, el semen le cayó encima del muslo, y seguidamente ella untó sus dedos con mi semen y los relamió bien relamidos. Con que cara de perra había chupado sus dedos, estaba a punto de correrme de nuevo, ¡que cosa más morbosa!, pero si aún estaría calentito el semen y todo. De repente se llevó las bragas a la boca y empezó a chupar y tragar el semen de las bragas, que era bastante, y seguidamente se lo pasó por los pezones y los dejó untados con el liquido de mi polla, pensaba que no podía ser más cachonda la cosa, cuando de repente cogió la parte de las bragas que aún estaban llenas de mi corrida y con la otra mano se estiró la piel del coño y dejó al descubierto del capuchón su gigante clítoris, eso fue lo más.

De repente comenzó a restregar todo mi semen por su clítoris, una vez lubricado al máximo, se volvió a llevar las bragas a la boca y comenzó a frotar frenéticamente su clítoris con sus dedos bien untaditos de mi semen, mientras hacía eso, dejó las bragas mojadísimas, pero de chupar mi semen, porque ahora solo lo que ahí quedaban eran sus babas, porque el semen lo había chupado ya todo.
Empezó a meterse los dedos, los sacaba de su coño chorreando, y los relamía, ¡que morbazo de tía!
Tras unos minutos, empezó a convulsionar de placer, se quedó con las piernas abiertas, exhausta y con el clítoris impregnado de mi semen, ya transformado en una pasta blanca de tanto frotar, y su coño lleno de sus jugos tras esa tremenda paja que se acababa de hacer.
Se levantó, se limpió, tiró de la cadena, cogió la ropa y apagó la luz, lo último que se ve en el video soy yo entrando al baño y cogiendo el móvil.
Así que me hice otra señora paja con todo lo sucedido (benditos móviles), y esperando como loco al martes para ver que me depara el día, así que ya os iré contando como sigue la cosa.
Un beso caliente para todas las lectoras de Clima.