Relato erótico
Fuera la timidez
Era muy tímido y le costaba relacionarse las chicas desde que iba a la facultad. Empezó a trabajar para poder pagarse la carrera y a los dos años lo llamaron de otra empresa. Aquí su vida cambio totalmente.
Emilio – Barcelona
Esta historia que voy a contar ahora, amigos de Clima, cambió mi vida para siempre, significa un antes y un después, ya nada volvió a ser igual. Pero antes de iniciar este relato quiero que sepáis que clase de persona soy. Tengo 26 años y trabajo en una empresa multinacional desde hace dos. Hasta que comencé a trabajar en esta empresa mi vida era bastante monótona, estudiaba y estudiaba y no mucho más.
En cuanto a mi vida sexual, era masturbación tras masturbación, no porque fuera un chico feo, sino que era extremadamente tímido, aún hoy lo soy, tan tímido era que en algunas oportunidades en la facultad me hacía amigo de chicas de mi edad que me atraían mucho, pero siempre dudaba en decir lo que sentía y terminaba viendo como algún compañero de la clase se la llevaba, de esas tengo mil historias, siempre terminaba pajeándome y mientras tanto seguía virgen.
Pero un día me llamaron de otra empresa y empecé a trabajar con un buen sueldo, de lunes a viernes, y a partir de entonces mi vida cambió, dejé la facultad, debido a que el empleo ocupaba gran parte del día, entraba a las nueve de la mañana y salía a las siete de la tarde sumamente cansado. Durante el primer año trabajé en la calle haciendo todo tipo de tareas, estaba en la empresa hasta las diez de la mañana y después salía a realizar los trámites pertinentes, y en la calle me volvía loco, veía mujeres por todos lados, y todas realmente hermosas.
Muchas veces en esos días de “fiebre” pensé en llamar a alguna puta para sacarme de una buena vez la calentura que iba juntando desde mi adolescencia, pero siempre me arrugaba, debido a miedos e inseguridades. Todo seguía su curso, trabaja, ganaba buen dinero, salía poco o nada y me masturbaba hasta tres veces por día. Pero un buen día, me ascendieron, por lo que dejaría de trabajar en la calle para ocupar un lugar en el sector de facturación de la empresa, más responsabilidad y mejor sueldo.
El sector era dirigido por Noelia, que a poco de ingresar, supe que era la amante del Director General. Éramos siete en la oficina, Noelia, nuestra jefa, Luisa, Carmen, Lola, Ramón, Lucas y yo.
Mis compañeros eran muy buenos, pero muy distintos a mí, eran de salir mucho, tenían como quien dice bastante nivel. Lola, Carmen y Luisa eran hermosas, tenían unos cuerpos increíbles, que realmente me costaba dejar de mirar, y la primera semana les habré dedicado unas diez pajas a cada de ellas. El hecho que cambió de mi existencia comenzó a ocurrir un mediodía de diciembre. Hacía como de costumbre un calor insoportable en toda la capital, y a la hora del almuerzo todos los de mi oficina salían para almorzar en una plaza céntrica cerca de nuestras oficinas, y me quedé solo en la oficina, gozando del aire acondicionado.
Al estar solo me puse a buscar en Internet alguna puta, estaba decido a dejar mi virginidad en el pasado, y cuando estaba observando en mi pantalla la foto de la chica elegida, entró en la oficina Noelia. Intenté cerrar rápido la pantalla, pero fue imposible, llegando a ver en toda su dimensión la página. Me puse como imaginaréis, de mil colores, pero cerré la página y me hice el tonto. Entonces Noelia, como si quisiera humillarme, me llamó a su despacho para que la ayudase con unas tareas, y al levantarme, mi polla, todavía dura, se hizo notar a pesar de mi intención de ocultarla, Noelia sonrío y no dijo nada. Cuando todos regresaron a la oficina yo estaba petrificado, había quedado de la peor manera ante mi jefa.
Como si el destino estuviera decidido a todo, esa misma tarde hubo un corte de energía enorme en la zona y el edificio quedó a oscuras a las dos y media de la tarde, y la energía volvió a las cinco y cuarto. Hasta entonces, la mayoría de los empleados salimos al patio interno del edificio, ya que en las oficinas el calor era insoportable, y mientras estábamos en el patio esperando el regreso de la luz, mi cabeza no paraba de pensar en lo ocurrido durante el mediodía. Yo estaba con Lola y con Ramón cuando Noelia se acercó a nuestro grupo, y comenzó a charlar con nosotros como nunca lo había hecho, preguntando sobre nuestras vidas, y cuando llegó a mí, mirándome fijo a los ojos, preguntó:
– ¿Y tú, tienes novia?
– No, no tengo novia – contesté muy colorado.
– ¿Cómo que no? ¡A tu edad, con esa pinta y un buen trabajo! Lola, ¿no tienes una amiga para presentarle?
Todos reímos, aunque en mi caso, era risa de nervios, no soportaba la situación, y por suerte, volvió la luz y todos regresamos a nuestros puestos, lo malo era que por el corte de energía debíamos quedarnos a realizar horas extras, ya que el trabajo del día estaba muy atrasado. Eran las siete y media cuando Luisa se retiró, yo quedé solo con Lucas y Noelia, trabajando sin parar. A las nueve, de repente el aire acondicionado dejó de funcionar, el calor se hizo insoportable, con un humor de perros y con bronca por todo lo sucedido durante el día, salí despedido de la oficina rumbo al subsuelo, para ver qué había sucedido con el aire.
En el ascensor me encontré con un muchacho de seguridad, que me dijo que el encargado de mantenimiento se encontraba en el primer piso, así que bajé e intenté buscarlo por las oficinas de ese piso, no había nadie a simple vista, pero oí un ruido extraño que provenía de una de las oficinas del fondo, me acerqué y los ruidos se hicieron más claros. Eran gemidos. Llegué hasta la puerta y oí el siguiente diálogo:
– Sí puta, ¿te gusta cómo te follo entera?
– ¡Sí, fóllame me encanta sentir tu polla bien dentro de mí!
Quedé sin palabras, era la voz de Noelia, me asomé y la vi encima de un tipo desconocido, que no era el Director General, y se movía como una loca sobre esa polla. La situación me calentó mucho, a tal punto de ponerme la verga súper dura.
Noelia tiene 38 años, es alta, y digamos que algo gordita, pero muy bien distribuido todo, no tengo precisión sobre las medidas, pero tendrá, más de 100 de tetas, 70 de cintura y 105 de caderas, lleva el pelo corto, de color rojizo, y siempre viste muy provocativa, aunque hasta ese día nunca la observé de esa forma. Ahora la veía muy puta, muy golfa sobre esa polla pidiendo más. La oí gemir como una loca cuando se corrió y en ese momento… ¡me vio! Clavó sus ojos en mí. Yo me asusté y me fui, subí a mi oficina y aduciendo un malestar, me retiré.
Al día siguiente, al ingresar a mi oficina, Noelia se me acercó y casi susurrando me dijo:
– Anoche soñé que me follaba… y no sabes lo mojadita que me desperté.
Temblando, tuve una erección en el acto, el corazón me latía más fuerte que nunca, sentía como si fuera a salirse de lugar, pero me hice el tonto y me puse a hacer cualquier cosa. A la media hora fui al baño y me hice una paja memorable pensando en el cuerpo de Noelia y esa tarde fue la mejor de mi vida. A las siete, cuando era la hora de irse, Noelia me llamó, dijo que no me fuera, que tenía algo importante para mí.
Me quedé, nervioso y muy caliente, no sabía cómo actuar, cuando todos se fueron, Noelia caminó hacia mi escritorio y mirándome fijo a los ojos, pidió que la acompañe. Tomé mis cosas y la seguí, subimos a su coche y no dijo una sola palabra, llegamos a una casa hermosa en la zona de elegante de la ciudad, me invitó a entrar y una vez dentro, me agarró contra la puerta y me dio un beso de lengua hermoso, en ese mismo instante mi polla se agrandó a más no poder, nos besamos apasionadamente mientras yo, con mis manos, recorría todo su cuerpo, le tocaba el culo, que era gigantesco y suave, y sus tetas que también eran bien grandes, tenía los pezones muy duros, pero ella, al rato, me tiró casi sin darme cuenta sobre un sillón, me miró con una cara de puta que jamás voy a olvidar, y me dijo:
– Ahora vas a saber cómo folla una mujer caliente.
Abrió mi pantalón, tomó mi polla entre sus manos, la acercó a su cara y añadió:
– ¡Que hermosa polla tienes! No sabes como me la voy a comer, ¿te gusta que te coman la verga?
La rozó con la punta de la lengua la cabeza de mi polla, y me estremecí, la empezó a introducir en su boca, caliente, húmeda, y de pronto, la tragó toda. Yo veía su cara de perra en celo, con toda mi verga en su boca, que chupó y chupó desesperada durante unos pocos minutos, hasta que le advertí que iba a correrme, pues era tanta la calentura que tenía que sabía que iba derramar leche por todos lados.
– Dámela cariño, dame leche, me gusta la leche – me decía mientras me pajeaba.
De pronto exploté, que placer, escupió mi polla una cantidad de semen blanco y espeso sobre su cara, y ella empezó a chuparla de nuevo degustando toda la leche, la tragó casi toda, hasta tragó un poco que había caído al suelo.
– ¡Cuanta leche… quiero más, la quiero en mi coño! ¿Me la vas a dar?
– Si, toda te la voy dar.
Nos sacamos toda la ropa, y chupé sus tetas gigantes durante veinte minutos, mientras con mis dedos le tocaba el coño, que estaba mojado, hasta que ella empezó a rogarme que me la follara, cosa que me calentó sobremanera.
– ¡Pónmela, no seas malo, dame polla por favor! – gemía, muy golfa.
Empecé a penetrarla poco a poco, era mi debut, jamás en mi vida pensé que podía ser tan placentero penetrar un coño. Al principio me movía mal, pero ella, como una perra experta, me fue guiando. Bombeamos durante quince minutos hasta que sentí que me corría. Ella se estremeció, gritó, me apretó bien fuerte contra su cuerpo y no resistí más, le di leche y le llené el coño como quería. Gritamos como locos, y gocé como jamás pensé que podía gozar.
Descansamos durante unos minutos, mirándonos y tocándonos todo el cuerpo, hasta que cella rompió el silencio pidiendo algo que con solo oírlo me calentó.
– Ahora te la voy a chupar un ratito, hasta que la tengas bien durita y después, quiero que me rompas el culo – me dijo.
Empezó a chuparme la polla otra vez, esta vez más lentamente, y lo gocé más que la primera vez, y cuando la tenía bien dura y caliente, se dio la vuelta y me agarró la verga con una mano mientras que con la otra se sostenía para no caer. No puedo explicar lo que era ese panorama, todo es gran culo delante de mí, su coño mojado también a la vista, como pidiéndome más.
Primero se la introdujo en el coño, yo bombeé unos minutos, después la sacó y apoyó la punta de mi polla en la entrada de su culo, y se la introduje poco a poco. Me dolió al principio, pero cuando logramos que entrase, fue mágico, sentía en mi polla una presión divina, entraba y salía mi verga del culo enorme de Noelia, y no tardé mucho en eyacular, llenándole el culo de leche y ella gozó a más no poder. Quedamos extasiados de tanto placer.
A partir de este momento, somos amantes, follamos casi todos los días, y cada día es mejor, pero otro día contaré como fue que entró a nuestra cama Lola.
Con Noelia debuté y me hice hombre, es una mujer increíblemente activa y sensual, jamás pensé que una mujer mayor que yo y a simple vista gordita, me iba a dar tanto placer.
Saludos y hasta otra.