Relato erótico
Follando con la “tercera edad”
Siempre le han gustado los hombres mayores o muy mayores. Su madre, viuda desde hace años tiene un medio novio de 69 años. Aquel día su madre estaba indispuesta y él fue a visitarla. En cuanto lo vio, supo que acabaría chupándosela.
Eloísa – Madrid
Soy Eloísa y tengo 24 años. Lo que quiero contaros es que he conocido al nuevo amigo de mi madre. Tiene una polla de 20 cm, gorda como una morcilla que tuve la oportunidad de probar en mi casa.
Como era lunes, tuve fiesta en el trabajo y estuve con mi madre en casa pero, a eso de las once de la mañana llamaron al timbre, me puse una camiseta larga hasta medio muslo y con las braguitas y las zapatillas, fui a abrir. Eran mi hermana Yolanda y un tío, que, según mi hermana era el amante de mi madre.
Tenía 69 años, era majo de cara y aunque tenía un poco de barriga, resultaba atractivo. Tengo que confesaros que yo creía que a esa edad la gente no folla, pero me equivoqué
Se presentó, me dijo que se llamaba Ramón y mientras me hablaba, me di cuenta que me repasaba de arriba abajo con ojos de vicioso.
Tomamos el café en la habitación de mi madre hasta que, mirando a mi hermana, me levanté diciendo que tenía que mover un mueble de mi habitación y como esperaba, Ramón se ofreció a ayudarme. Mi madre le animó diciéndole:
– Eso, ayúdala, que no se haga daño.
Me dirigí a mi habitación mientras él me comía con la mirada. Cuando entramos, cerré la puerta detrás de mí y quitándome la camiseta me quedé con el tanga y los pezones duros como el granito. Sonrió y me dijo:
– No hay que mover muebles, ¿verdad?
Me acerqué a él moviendo las tetas y después de besarle en la boca, empecé a quitarle la camisa. Él no decía nada pero una vez en calzoncillos, me arrodillé y basándole el enorme bulto que formaba su polla, me dijo:
– Eres una putita, pero eso ya lo vi nada más entrar por la puerta, pero no me imaginaba que acabarías chupándomela.
Le empecé a bajar los calzoncillos y apareció un pedazo de polla que me hizo sonreír del atracón que me iba a dar. Pero en este momento tocaron a la puerta y la voz de mi hermana dijo:
– Mamá se ha dormido, estaré viendo la tele en la cocina.
Le cogí la polla a Ramón y mientras se la meneaba lentamente, le contesté:
-Siempre me han gustado los hombres mayores y follarme al novio de mi madre, tiene un morbo añadido.
Ramón se sentó al borde de la cama y cogiendo su polla por la base, me preguntó, sin que yo parara de hacerle la paja:
– ¿Te gusta mi polla, nenita? Mide 20cm y como así lo deseas, te la voy a meter por donde quieras. Pero ahora, chúpala que, por lo que veo, no es la primara vez que haces algo así.
Era tan gorda, que en la boca me pude meter el gordo capullo y poco más, por lo que me dediqué a lamérsela de arriba a abajo y meterme sus hermosos huevos, uno a uno, en la boca. Ramón soplaba y me acariciaba la cabeza, mientras, yo chupaba aquel tubo de carne que parecía de piedra.
Decidí que ya era hora de tener todo aquello dentro de mí y abriendo el cajón de mi mesita de noche, cogí el tubo de vaselina, me quité las bragas y dándole el tubo, me puse en la cama a cuatro patas. Ante su asombro, abrí mis nalgas con las manos y le dije, cachonda perdida:
– Quiero que me la metas en el culo hasta los huevos.
Se puso de rodillas y arrimando su capullo a mi chochito, empezó a restregarlo de abajo a arriba, haciéndome la “brocha” y diciendo:
– No tengas prisa, putita, claro que te la meteré en el culo, pero primero te follaré ese coñito tan jugoso que tienes.
Dio un empujón y noté como mi coño se abría al paso de semejante ariete. Me la metió lentamente y cuando sus cojones hicieron tope en mi culo, me dijo:
– Vaya coño tienes, chica, me parece que tú y yo vamos a ser muy buenos amigos pero ahora, venga zorrita, mueve el culo de guarra que tienes.
Aquella polla entraba y salía de mi coño en una lenta y desesperante follada que me estaba volviendo loca de gusto. Estaba tan caliente que yo misma, mientras Ramón cogido a mi cintura, me martilleaba con su potente rabo, cogí el tubo de vaselina y empecé a untar mi ano. Él me dio una palmada en la nalga y me dijo:
– ¡Pero qué puta eres, vaya como te gusta que te den por el culo!
Ya tenía dos de mis dedos entrando y saliendo de mi dilatado ano y Ramón, sacando su polla de mi coño, la puso a la entrada de mi culo diciéndome:
– ¡Pues si te gusta que te den por el culo, la vas a tener ahí, zorrita!
De un golpe seco y bestial, metió la mitad de aquella porra de carne, notando como mi ano se abría para que entrara poco a poco, mientras Ramón me daba palmadas en las nalgas y me decía:
– ¡Eso es, potrilla, abre el culo que te la voy a meter toda!
Pero no estaba a gusto en aquella postura, así que, apartándome de él, cogí a Ramón, lo hice sentar en una silla y me puse a horcajadas sobre él y mientras me abría las nalgas, cogí su polla y poniendo su capullo en mi caliente agujero anal, me dejé caer, diciéndole:
– ¡Que gusto tener tu polla en el culo!
Empecé a subir y bajar pero Ramón, echándome hacia atrás, dijo:
– Mientras te doy por el culo quiero ver cómo te haces una paja, venga nena, mastúrbate para mí.
Con toda su polla metida en el culo hasta los huevos, empecé a mover mis caderas en redondo mientras, abierta de piernas, me hacía una paja. Ramón me tiraba de los pezones y me los comía con avidez.
– ¡Así, putita, así… follas de maravilla…!
Aquello fue demasiado para él, de pronto empezó a jadear y me dijo que iba a correrse.
Me levanté rápidamente, me arrodillé y me metí la polla en la boca. Se corrió, y me soltó un buen chorro de leche.
Se quedó sentado y jadeando como un cerdo, y me dijo:
Tu madre folla bien, pero tú eres una zorrita que la chupa de maravilla. De hecho hacía tiempo que no me la mamaban tan bien.
Nos vestimos y salimos al comedor donde mi hermana se había dormido en el sofá. Ramón fue a ver a mi madre y cuando se iba, le acompañé a la puerta, donde me comió la boca y me dijo:
– Tengo algunos amigos que estarían encantados de conoceros a ti y a tu culito tragón.
Le he dicho que si tiene un amigo, de su edad o mayor con una polla como la suya y que sepa follar, tendré mucho gusto en ofrecerles mis dos agujeros a la vez.
Besos para todos.