Relato erótico
Era un cornudo
Llegó a su case antes de la hora prevista, fue a su cuarto a cambiarse y miró por la ventana. Su mujer se estaba bañando en la piscina completamente desnuda. Le extrañó, pero lo que vio después lo dejo atónito.
Eusebio – Cantabria
Era la primera vez en cinco años que llevaba en mi nuevo trabajo que salía antes, llegué a casa una hora antes de lo habitual, al entrar no escuche ningún ruido y cuando llamé a mi mujer no me contestó, pensé que habría salido a hacer a algún recado así que subí a la planta de arriba para cambiarme de ropa.
Después de cambiarme mire por la ventana que da al jardín y para mi sorpresa vi a mi mujer bañándose desnuda, y no me haba oído llegar. Pensé que tenía ganas de cachondeo y por eso se bañaba desnuda así que decidí bajar para darla una sorpresa y pegar un polvo en la piscina cuando lo que vi por la ventana me dejó helado, no me había fijado antes pero ahora veía en una de las tumbonas al jardinero que habíamos contratado hacia tres meses, de las entrevistas que habíamos realizado era el que menos experiencia tenia pero la vecina se lo había recomendado “especialmente” a mi mujer así que lo contratamos.
No sabía qué coño hacia allí ya que su horario era de diez a una del mediodía y debería haberse ido hacia un rato pero lo más desconcertante era que mi mujer se tomara la confianza de bañarse en pelotas delante de él, por desgracia pronto vería que tenían mucha más confianza…
Antes de que decidiera bajar para enterarme de que cojones hacia mi mujer bañándose desnuda en la piscina con el jardinero a pocos metros este se levantó y se dirigió al borde de la piscina donde estaba mi mujer, esta le dio las manos y el jardinero la levanto sacándola de la piscina.
Allí estaba mi mujer desnuda completamente ante aquel jardinero de 22 años, 10 menos que mi mujer y 15 años menos que yo.
Sin previo aviso vi como el jardinero se arrodillo ante mi mujer y comenzó a besar el precioso culo de mi mujer, luego la giro y comenzó a chuparle el coño.
Vi que mi mujer movía los labios pero no podía escuchar lo que decía así que muy despacio abrí la ventana del dormitorio lo suficiente para poder escuchar.
Mi mujer cogía la cabeza del jardinero y la apretaba contra su coño, casi sin dejarle respirar.
Luego hizo que el jardinero se levantara y bajo la cremallera de su mono de trabajo haciendo que este cayera hacia atrás apareciendo ante mis ojos y los de mi mujer una gruesa y larga herramienta preparada para follar.
El jardinero agarro a mi mujer en brazos y en el mismo borde de la piscina se la metió de golpe.
Esta vez sí pude escuchar a mi mujer:
-Siiiiiiiiiiii, joderrrrrrrrr, follameeeeee”
Atónito me quede ante las palabras del jardinero
-Calla puta, que nos van a oír…
Ese cabrón le hablaba a mi mujer como si fuera una putita de barrio y parecía que a ella no le importaba en absoluto pues seguía jadeando sin inmutarse con la polla del jardinero entrando y saliendo de ella.
-Solo nos puede oír Isabel y ella ya sabe lo buen jardinero que eres y lo bien que usas tu herramienta.
Isabel, ese era el nombre de nuestra vecina que le había recomendado a mi mujer especialmente a ese jardinero, ahora entendía claramente el porqué, vivíamos en un chalet pareado y la otra casa pegada a la nuestra era la de Isabel y su marido Ricardo, un ejecutivo que se pasaba media vida viajando de aquí para allá, estaba claro que su mujer se había buscado alguien que la “atendiera” durante las ausencias de su marido y la muy puta se lo había buscado también a mi mujer.
-Te gusta cómo te follo verdad puta, eres una zorra, aquí follando con el jardinero mientras el cornudo de tu marido está trabajando como un cabrón para pagarte tus comodidades.
-Que le jodan, sino trabajara tanto a lo mejor no habría tenido que contratar un jardinero, y no te quejes que trabaja tanto para pagarte por follarte a su mujer.
Menuda puta tenía por mujer
El jardinero cansado de mantenerla en brazos la bajo al suelo y la pidió, bueno, seria más correcto decir que la ordenó que se arrodillara y le chupara la polla.
Mi mujer así lo hizo, empezó a comerle la polla, la muy guarra se masturbaba mientras se comía aquella polla como una jodida ramera, nunca había mostrado conmigo tanto entusiasmo, incluso le lamía los cojones al jardinero la muy perra.
Cuando se canso de chupar aquella polla hizo que el jardinero se tumbara sobre el césped, mi mujer se coloco encima de él y con su mano derecha agarro aquella herramienta situándola justo a la entrada de su coño, sin inmutarse bajo de golpe enfundándose toda la tranca del jardinero hasta que sus nalgas chocaron con las pelotas del muchacho.
Ante mis desorbitados ojos, mi mujer comenzó a subir y bajar sobre la polla del jardinero con una velocidad que hacía que sus tetas temblaran al ritmo de la follada.
M mujer jadeaba abiertamente de placer sin importarle nada más que las embestidas que su amante le estaba dando y comenzó a magrearse las tetas como una actriz de cine porno.
Parecía que mi mujer estaba algo cansada de cabalgar con tanta energía a su amante y empezó a disminuir la velocidad de su cabalgada, el jardinero se dio cuenta y sin sacarle la polla de dentro la recostó sobre el césped hasta quedar los dos de costado, con mi mujer de cara a la ventana desde la que yo miraba y el jardinero a su espalda.
Me escondí tras la cortina, pero estaba tan concentrada en la follada que estaba recibiendo que aunque me hubiera asomado a la ventana no me habría visto.
-¿Que hora es cariño? pregunto de pronto mi mujer
– Son casi las tres, respondió el jardinero mientras seguía embistiendo a mi mujer desde atrás
Yo no entendía la pregunta de mi mujer pero no tarde en entenderla
-Pues dame por el culo que el cornudo no tardara en llegar…
La muy puta le pedía al jardinero que se la follara por el culo porque sabía que yo solía llegar a casa sobre las cuatro de la tarde más o menos, jamás habíamos practicado sexo anal pero la familiaridad con que se lo pedía al jardinero me hizo pensar que en el tiempo que llevaba trabajando en casa ya había probado varias veces el culo de mi mujer.
Salió del culo de mi mujer, ella se colocó a cuatro patas, él agarró las caderas de mi mujer y apuntando su polla al culo de mi mujer comenzó a presionar.
Poco a poco fue entrando toda la tranca, fue rellenando a mi mujer con facilidad lo que me confirmo que ya hacía días que no era virgen del culo.
En escasos segundos volvieron las frenéticas embestidas, propiciando estas que la enorme polla se introdujera completamente en el cálido culo de mi mujer hasta que sus cojones chocaban con su chocho. Sabiendo que yo no tardaría en llegar el jardinero acelero el ritmo de sus embestidas hasta que detuvo en seco el balanceo de sus caderas dejando toda su herramienta hundida en el trasero de mi mujer, para a continuación, lanzar un gruñido de desahogo indicativo de que estaba descargando toda su leche en el interior del recto de mi mujer.
Increíblemente y tras presenciar aquello me percate de que tenia la polla por fuera de los pantalones de andar por casa y me la estaba machacando con fuerza, una mezcla de sorpresa y asco me hizo soltar mi polla y dejar mis huevos llenos a punto de explotar, me había estado pajeando mientras la puta de mi mujer me ponía los cuernos con el jardinero al que incluso le permitía darle por el culo.
Espere a que el jardinero se marchara de casa y aun pude ver como se despedía de mi mujer en el jardín besándola con lengua y dándole un cachete en el culo, mi mujer se volvió a meter en la piscina y yo baje las escaleras ya que ya era la hora lógica de mi llegada.
Cuando bajé al jardín, mi mujer me saludó desde la piscina con toda la naturalidad del mundo, si no fuera porque lo había visto jamás habría sospechado que cinco minutos antes mi mujer había estado follando como una loca con el jardinero, cuando le pregunte por la comida mi mujer me respondió que llamara y pidiera una pizza, que había estado muy ocupada esa mañana diciéndole al jardinero como debía ocuparse del jardín y no había tenido tiempo de preparar nada para comer.
Yo solo me limite a llamar y pedir una pizza, me había convertido en un cornudo.
Saludos a todos.