Relato erótico
En la variación esta el gusto
Son novios desde hace unos años, se quieren, se gustan y el sexo lo llevan de maravilla. Son liberales y se han montado algún que otro trío. Hoy nos cuentan uno que recuerdan con mucho morbo.
Marta – LUGO
Me llamo Marta y vivo en Lugo, tengo 26 años, y algunos años de gimnasia me han ayudado a tener un buen cuerpo. Lo que más le gusta a mi novio es mi culo y mis nalgas, lo traen loco. Mi novio, se llama David, y juntos tenemos varias historias muy cachondas, pero hoy voy a contar una en particular.
Mi primera experiencia en trío fue con él y con un amigo nuestro. Nosotros habíamos hablado de la posibilidad de tener una experiencia de ese tipo, era una fantasía que ambos teníamos, pero de hacerlo teníamos que elegir muy bien al candidato. Pues bien, el elegido fue nuestro amigo Álvaro, quien es un chico muy cachondo. Él era la víctima ideal para esta travesura por varios motivos, aunque había un problema para poder hacerlo. El problema era su novia ya que siempre estaban juntos, así que teníamos que planear cómo convencerlo.
Un día de tantos, hablamos por teléfono con Álvaro para invitarlo a un bar, a lo cual accedió, pero con su novia y otros amigos. Ese día traté de vestirme lo más provocativa que pude. Me puse un tanga azul marino y unos pantalones color lila, con toda la intención de que lo poco que quedaba a la vista del tanga pudiera trasparentarse. Me puse una blusa blanca, un poco transparente también y sin sujetador, así que mis pezones también se podían ver con poco esfuerzo.
Los recogimos a las 5 de la tarde. Yo estaba muy excitada con la idea de follar con él y con David, pero pensaba que con su novia allí, no tendría la oportunidad.
En un momento dado, mientras bailaba con Álvaro y mi novio hablaba con su novia, pegué mi cuerpo al suyo para provocarle malos pensamientos y en cierto modo funcionó porque también pegaba su cuerpo al mío mientras hablábamos muy cerca. Entonces le dije que me gustaba mucho y besé su mejilla. Él me devolvió el beso.
Cerca de la una de la madrugada, salimos de la fiesta los cuatro, pues los otros con quienes veníamos se quedaron. Lo primero que hicimos fue acompañarlo a dejar a su novia, así ya había posibilidad de que se hiciera algo, si es que él quería. Después de la despedida le preguntamos si quería que siguiéramos y él estuvo de acuerdo. Compramos más cerveza y nos dirigimos a un hotel, allí sacamos una baraja y mientras bebíamos comenzamos a jugar a prenda y castigos. En una pausa del juego mi novio encendió la TV y buscó el canal porno. Tenía la intención de poner el ambiente lo más caliente que fuera posible. Cuando sintonizó aquel canal los tres observamos una escena en la que una mujer era penetrada por dos al mismo tiempo en una bañera. La imagen cambió acercándose por lo que se veían los pollas de ambos hombres entrar y salir del coño y del ano de la mujer. Mi novio dejando la TV encendida en ese canal dijo que eso excitaba mucho. Los tres reímos algo nerviosos.
Podían verse sus miembros bien erectos, él de mi novio lo conocía muy bien y es una verga grande, aparte de gruesa. Es preciosa. La de nuestro amigo no se quedaba atrás, es larga y no muy gruesa, pero también está muy bien. Ya completamente desnudos los tres seguimos jugando hasta que me tocó un castigo y me hicieron bailar.
Ellos, sentados, observaban mi cuerpo desnudo moviéndose muy insinuante. Mi intención era excitarlos mucho así que me movía lo más erótico que podía y ellos miraban atentamente mis piernas, mis nalgas y mi coño, que ya estaba también muy excitado. Al finalizar el baile salté hacia la cama y seguimos con el juego de cartas.
Ahora le había tocado perder a Álvaro y fui directa al grano, preguntándole si él participaría en un trío y contestó que sí. Mi siguiente pregunta fue si quería hacerlo con nosotros y no dudando ni un segundo dijo que sí. Yo, de inmediato, lo besé en la boca mientras cogía su polla con la mano al tiempo que mi novio nos miraba y se excitaba cada vez más, al igual que yo. Después de unos segundos me agaché a chupársela y ellos comenzaron a acariciarme, besarme y pasarme sus lenguas por mis pechos, piernas, por todo el cuerpo. Apretaban mis nalgas y me metían los dedos mientras sus cuerpos rozaban el mío e incluso David separó mis piernas y hundió su lengua en mi coño, acariciando y apretando mi clítoris.
Yo seguía chupándosela a Álvaro cuando mi novio se levantó para besarme, entonces busqué y acaricié su miembro en tanto que mi amigo me besaba los senos y abría mis piernas. Sus labios seguían bajando por mi vientre hasta llegar a mi chochito. David y yo seguíamos besándonos cuando sentí los labios y la lengua de Álvaro chupar mi almeja y comencé a gemir apretando la verga de mi novio para acercarla a mi boca. Con todo lo que estaba pasando, estaba muy húmeda, quería que me metieran ya sus gordas pollas, así que me puse de espaldas a Álvaro y me coloqué en posición de perrito, ofreciéndole mis nalgas. Rápidamente sentí cómo él, arrodillado en la cama, me penetraba. Su lanza entró en mí con toda facilidad y cogiéndome por las caderas comenzó a moverme hacia delante y hacia atrás al tiempo que me daba unos fuertes azotes en las nalgas. Entonces llamé a David, que aun nos observaba y que tenía la polla bien dura, le pedí que se pusiera frente a mí para chupársela. Esto me hacía sentir mucho placer porque me gusta chupársela desde los huevos hasta la punta, y que me estuvieran dando desde atrás al mismo tiempo me hacía sentir mucho más placer.
Después de un rato sentí cómo Álvaro se corría dentro de mí y le pedí a mi novio que ocupara su lugar. Yo no me moví de mi posición y sentí que su verga entraba fácilmente en mi coño, que estaba lubricado por mis jugos y por el semen de Álvaro. David continuó follándome un rato en la misma posición, pero cuando notó que nuestro amigo estaba listo de nuevo le propuso ocupar una vez más ese lugar. Él se levantó del sillón desde donde nos observaba y le indiqué que se acercara primero para mamarle su dura polla y después de unos segundos así, mi novio se levantó de la cama y Álvaro se colocó detrás de mí.
De nuevo lo tenía atrás bombeando muy fuerte y azotándome el culo, y con mi boca trabajaba la otra verga. Estuvimos así varios minutos hasta que mi novio terminó echando chorros de semen en mi boca, mi cara y mi cabello. Entonces se fue a sentar en el sillón frente a la cama fumándose un cigarrillo mientras contemplaba como su mejor amigo me follaba.
No pasó mucho tiempo para que la tuviera tiesa de nuevo, pero seguía observándonos gozar a Álvaro y a mí.
Mientras entraba y salía de mi coño me decía que era una traviesa, que era una caliente y que tenía un culo muy bonito. Siguió así hasta que me dijo que necesitaba descansar un momento. Yo no decía nada, simplemente dejaba que me gozaran y aceptaba todo lo que me hacían los dos. Entonces David se acostó encima de mí penetrándome muy fuerte durante un buen rato. Cuando terminó escurrió hasta la última gota de su leche sobre mi cuerpo.
De nuevo estaba sola con Álvaro, mientras mi novio descansaba y miraba como él me la metía de frente, yo sentada sobre su duro miembro. Nos besábamos, saltábamos y sentía como entraba y salía su verga de mi coño.
Desde el principio estuve gimiendo de placer, me excitaba todo lo que me decían, lo que se decían entre ellos y lo fácil que me sentía aceptando que me follaran por turnos, haciendo cada relevo más placentero para mí. Me excitaba ser penetrada y recibir a uno y luego a otro, me sentía lujuriosa cuando ellos cambiaban una y otra vez su lugar. Pero ahora no podía contener mis gemidos al sentir cómo la verga de mi amigo entraba y salía rápida y violentamente de mí cuerpo. Con cada golpe que Álvaro me daba con su verga, yo emitía un gemido y él me animaba a no reprimirlos diciéndome que se excitaba mucho con mis gritos.
De pronto sentí que mi novio se colocaba a mis espaldas y buscaba con
su polla mi culo y cuando detuvimos el movimiento, nos preguntó si nos parecía bien hacer lo que habíamos visto hacía un rato en la TV, es decir, el bocadillo del canal porno. Álvaro no dijo nada y yo solo le contesté que ya había empezado. Así que me abrí más y podía sentir cómo su verga resbalaba por mi ano mientras tenía la de Álvaro muy adentro en mi coño. Al principio me hizo sentir un poco de dolor, pero se me olvidó con lo excitada que estaba, porque los dos se empezaron a mover y yo sentía dos penes duros dentro de mí.
Mi cuerpo temblaba y al ritmo de ellos comencé a moverme también hasta estar completamente mojada de mis dos orificios. El ritmo era cada vez más rápido y muchas descargas eléctricas vinieron a mí, empezando a gritar muy fuerte, tanto que mi novio me tapó la boca. Pronto ellos cambiaron de lugar, ahora Álvaro disfrutaba de mi culo. Yo ya no aguantaba más el placer tan inmenso que estaba sintiendo y me corrí casi al mismo tiempo que Álvaro, que llenó de leche mi ano mientras David se reservaba un poco más.
A ver que él no había terminado, me saqué su miembro y fui bajando poco a poco para hacerle una sabrosa chupada. Él, se recostó, puso las manos en la nuca y se quedo quietecito para sentir cómo le daba más placer. Yo trataba de meterme toda su verga en la boca y absorberle, me ayudaba también con la mano, tratando de jugar con su puntita y le chupaba todo el glande.
Entonces Álvaro se recostó al lado de mi novio y pude ver cómo se le estaba levantando al ver la sesión de sexo oral que le estaba haciendo a David. Inmediatamente lo acerqué hacia nosotros, tomé su dura verga con mis manos y entonces mi boca cambió de verga. Mi novio seguía quieto y lo masturbaba mientras tenía la de Álvaro en mi boca, pudiendo sentir sus venas salir de su pene.
Luego le tocó a mi novio que se la chupara, me cambié y chupaba la de mi novio mientras masturbaba a Álvaro, cosa que cada vez hacía más rápido intentando meterme los dos penes en mi boca.
Aquello era una locura, no encontrábamos el momento de acabar. Estábamos agotados y fuimos a darnos un baño. En cuanto acabamos de asearnos salimos del hotel y ambos me llevaron hasta mi casa. De esto ya ha pasado un año, he visto a Álvaro un par de veces y hablamos normalmente, como si aquello nunca hubiera pasado.
Recibe todos mis besos, amiga Charo.