Relato erótico
El camping del “vicio”
Suelen ir cada verano a un camping. A su mujer le encanta exhibirse y provocar a todo bicho viviente, dice que se pone caliente cuando ve que a los tíos se les pone la polla dura. Aquella noche, se encontraron con el chico de la parcela de al lado cuando estaban en una situación un tanto “comprometida”.
José – Lérida
Mi mujer y yo solemos veranear en un camping de la provincia de Tarragona. Es una exhibicionista auténtica y le gusta provocar. Dice que se pone cachonda. Suele ir todo el día en bikini o con falditas y pareos minúsculos a veces sin nada más debajo. Sus tetas son grandes y los bikinis que usa apenas las tapan, también usa camisetas ajustadas y finas y vestidos muy escotados. Vamos que es una autentica “calientapollas” muy sexy.
Por las noches íbamos a la terraza del camping a tomar algo y luego si nos apetecía nos íbamos a algún pueblo cercano o dábamos un paseo por la playa.
Una noche en concreto que estábamos sentados en la terraza un poco apartados del bullicio, ya que queríamos estar un poco en la intimidad y sobre todo porque me tenía loco con el conjunto que había escogido. Llevaba puesta una camiseta blanca y fina con mucho escote que mostraba su canalillo apretado por sus grandes tetas y mostraba con claridad sus pezones erectos y duros. También llevaba una mini muy ligera de color amarillo pálido con flores que habíamos comprado en un puesto de la playa y sin nada debajo. Yo estaba muy cachondo desde que la vi aparecer así vestida y los demás tíos que había por allí, no le quitaban el ojo de encima.
Estábamos sentados y ella me comentaba lo caliente que estaba con los comentarios que le hacían y los bultos que levantaba bajo los bañadores. Me agarró el mío que estaba a tope y mientras lo acariciaba por encima del pantalón corto que llevaba, yo la besaba metiéndole la mano bajo la falda y jugando con los dedos entre sus labios vaginales grandes y húmedos. Estábamos muy excitados y como el lugar estaba oscuro y tranquilo nos dejamos llevar por la pasión y comenzamos a tocarnos sin darnos cuenta de que un chico que estaba por allí, no se perdía detalle.
Ella me sacó la polla fuera y comenzó a chupármela primero sentada a mi lado y luego poniéndose de rodillas sobre el banco en el que estábamos dejando su coño al aire, cosa que le gustaba sentir. Yo estaba ido con los ojos cerrados y acariciándola cuando al mirarla vi que el chico se había acercado y estaba a solo un metro o dos de nosotros masturbándose. Me corte un poco y él me dijo que no era la primera vez que se masturbaba viendo a mi mujer. Era nuestro vecino de parcela y mi mujer al mirarle se emociono al ver que su polla era grande y él era un chico guapo y fuerte al que ya había echado el ojo cuando llegamos al camping. Es más, le invitó a acercarse y él aceptó sentándose junto a ella y chupándole el coño y el culo mientras se pajeaba.
Mi mujer disfrutaba mucho dándose la vuelta se puso a comerle la polla y yo ocupe el lugar del chico chupando el coño de mi mujer y su ano que vi que tenia dilatado ya que se lo había estado chupando el dueño de la polla que llenaba su boca ahora. Después de un rato así, me puse de rodillas sobre el banco y metí mi polla en su coño, follándola mientras ella gemía sin dejar de chupar y masturbar la polla del chico.
Antes de correrme, saque mi polla y ella dándose la vuelta me la chupó hasta sacarme toda la lecha que cayó sobre su cara y sus tetas. Acto seguido el chico la cogió de la cintura y la sentó sobre su polla clavándosela toda y agarrándola por las caderas la subía y bajaba a un ritmo frenético. Mi mujer estaba siendo follada por aquel chico que la tenia cogida como si fuera una pluma y que movía a su antojo. Yo de pie la agarre los pies que chupaba por encima de sus sandalias sexys. Esto le gustaba mucho y a mi creo que más.
Nuria, mi mujer, fue follada de esa manera por lo menos 15 minutos o más y tuvo varios orgasmos y el chico parecía que no se cansaba. Al fin, dejo de follarla así y levantándola la puso de pie e hizo que se agachase separándole las nalgas y cogiendo su polla con la mano se la metió por el ano despacio. Ella se quejaba ya que era muy grande y nosotros no lo hacíamos por ahí ya que le cuesta un poco, pero la resistencia fue desapareciendo a medida que el chico iba empujando poco a poco su polla dentro del culo de mi mujer que empezó a gemir alto y yo mirando hacia todos los lados vi que el ruido de la música nos mantenía alejados y ocultos del resto de la gente. Ella agachada y sujeta por la cintura del chico era follada por su culito y agarrando mi polla me la empezó a masturbar con fuerza y a meterla en la boca con rapidez. Estaba fuera de sí disfrutando de aquel momento.
Yo volví a correrme en su boca y el chico todavía estuvo un rato follándole el culo, era increíble el aguante que tenia y mi mujer estaba extasiada de tantos orgasmos que tuvo. Ella le pedía jadeando que se corriera dentro del culo, que quería sentir su semen caliente llenándola, y vaya si la llenó, se corrió dentro y sacándola el culo de mi mujer escurría semen mientras que su polla regaba la cara y las tetas de Nuria.
Nos quedamos sentados un rato los tres y él dijo que si queríamos ir a tomar algo al pueblo a una discoteca. Nos pusimos de acuerdo para cambiarnos y quedar en la cafetería del camping en media hora. Así que nos fuimos los tres juntos. Nuria dijo que siguiéramos que se quedaba en los servicios a limpiarse un poco y luego iría a cambiarse. Por el camino él me decía que me envidiaba por tener una mujer así, cosa que yo reconocí ya que es espectacular y maravillosa.
Al cabo de un rato salió con un vestido negro de brillos metálicos. También se había puesto unas medias de rejilla negras y unas sandalias también negras de tacón alto y fino y una tira adelante. No llevaba ni bragas ni sujetador y estaba muy sexy.
Al llegar a la discoteca, nuestro vecino se encontró con un amigo suyo que vivía en el pueblo donde estábamos y nos presentó. Debió de contarle lo sucedido brevemente ya que su amigo miro a mi mujer con una sonrisa lasciva. El chico también estaba de buen ver y a mi mujer le agradó.
Ya dentro de la discoteca su amigo nos trajo unas bebidas mientras nosotros tres nos sentamos en un reservado, ella en medio. Cuando vino su amigo con las bebidas la conversación ya estaba muy entonada y él se entusiasmó uniéndose a la conversación y halagando a mi mujer. Viendo que la cosa iba calentándose saque a mi mujer a bailar y me comentó que quería montárselo con los tres, que estaba muy cachonda. La lleve hacia un sitio oscuro cerca de donde estaban nuestros amigos que no nos perdían de vista a la vez que comentaban seguro la mini orgía que habíamos tenido en el camping.
Mi mujer me abrazó tras una columna y empezamos a morreárnos mientras nos acariciábamos todo el cuerpo como animales en celo. Sacó mi polla y empezó a masturbarme mientras mordiéndome la oreja me dijo que los llamase. Yo les hice señas con la cabeza diciéndoles que se acercasen. En cuanto llegaron se pusieron detrás de ella rodeándola entre los tres en un estrecho círculo y con sus pollas fuera se frotaban contra el culo y la espalda de Nuria que estaba gimiendo y muy excitada. Con sus manos nos tocaba las pollas y se frotaba contra nosotros.
Metió mi polla entre sus piernas y echando su hermoso trasero hacia atrás se separo las nalgas y dijo que quería una polla allí. Uno de ellos empezó a pasarle el pollón por toda la raja del culo desde el coño hasta la espalda mojándoselo y ayudando a lubricar los dos agujeritos de Nuria que iban a estar poco tiempo vacíos.
Ella se agachó y en cuclillas me chupó la polla mientras uno de ellos se tumbaba en el suelo y le comía el coño y el culo y el otro a mi lado le daba la polla para que alternase la mamada con la mía. El que estaba debajo lamiéndole el coño se deslizo bajo ella y le metió la polla en el coño. Tenía la polla tan grande como nuestro vecino.
Después nuestro vecino se la llevó a un sofá y sentándola encima de espaldas a él le metió la polla como en la terraza del camping en el culo, levantándola y bajándola follándola por el ano mientras que yo de rodillas le follaba el coño.
El amigo de nuestro vecino de pie en el sofá le metió la polla en la boca y agarrándole la cabeza la follaba la boca. Nuria gemía de placer siendo follada por tres hombres a la vez, y pidió que nos corriéramos sobre su cuerpo.
Después de mucho rato follándola así se puso a cuatro patas sobre el sofá y nos íbamos alternando. Cuando estábamos a punto de corrernos, Nuria se tumbó boca arriba y pidió que la bañásemos en semen cosa que hicimos y en gran cantidad.
No aseamos como pudimos y nos fuimos a dormir. Había sido una noche bastante ajetreada. Mi mujer estaba muy contenta y dijo que teníamos que repetirlo más veces, cosa que no sería difícil, ya que, con lo buena que esta y lo bien que sabe lucirlo, pretendientes no la iban a faltar.
Besos y hasta pronto.