Relato erótico
Después de insistir
Es una pareja que se lleva bien, se quieren y follan a tope. Él es un asiduo lector de nuestra sección de Relatos y el tema de los tríos y el intercambio lo tienen “obsesionado”.
Eduardo – LOGROÑO
Saludos a todos/as los lectores/as de esta sección. Comienzo presentándome, me llamo Eduardo, tengo 36 años y llevo leyendo esta revista desde hace varios años pero nunca me había decidido a escribir, cosa que voy a remediar a partir de ahora. Mi mujer se llama Belén, es morena, tiene 33 años, mide 1,69m, siempre ha sido delgada y tiene un cuerpo de impresión, sobre todo tiene un culo de órdago, las tetas son muy grandes, con unos pezones muy salidos cuando se excita, de esos que te dan ganas de chupárselos continuamente. Siempre hemos estado muy bien compenetrados en el tema del sexo, aunque supongo que, como todas las parejas, hemos ido decreciendo el número de veces que follamos al mes, pero éstas cada vez se han vuelto más morbosas y con un nivel erótico mayor.
A mí, concretamente, me apetecía experimentar con otras personas pero ella ya de antemano se había cerrado en banda y no había manera de que transigiera, lo más que había conseguido era contarle mis fantasías y cuando follábamos me seguía la corriente. Había veces que la fantasía la proponía ella y me dejaba perdido porque la planteaba como si realmente quisiera realizar un trío o una orgía con uno o varios chicos. Pero decía que le daba asco hacerlo o imaginarse haciéndolo con otra chica. Esto hizo girar mi vida sexual ya que las fantasías que pudiera tener eran solo relacionadas con tríos, orgías con hombres para ella.
A partir de aquí, le ponía películas de orgías, de dobles o triples penetraciones y descubrí que le encantaba ver a hombres teniendo relaciones entre sí, por lo que en nuestras fantasías incluíamos relaciones bisexuales de hombres con hombres y con mujeres. Yo no soy gay, ni bisexual pero cuando estás en situación parece que todo te gusta. Tanto es así que otra de sus fantasías era darme por el culo, por lo que le compré un doble consolador con el que lo pasamos de miedo.
Un día, al llamarla al trabajo, me dijo que tenía una sorpresa de las que a mí me gustan y que me la iba a enseñar cuando llegara a casa. Al llegar me recibió solo con el sujetador puesto y con el coño prácticamente depilado. Tan caliente me puso que no tuve otra opción que hacerle una comida de coño brutal, cosa que me encanta, sobre todo cuando consigo que se ponga tan cachonda como para que sea ella la que lleve la iniciativa y la que empiece a inventarse una fantasía mientras follamos. Después de estar un rato degustando tan delicioso manjar terminó cachonda perdida y me tiró al suelo para follarme en la postura que a ella más le gusta, ella arriba y yo abajo, empezando a ponerme cachondo perdido inventándose una fantasía en la que quería follar con otros hombres.
– ¿A que te gustaría ver como me follo a otros tíos? – me dijo.
– Pues ya sabes tú que sí – le respondí.
– Se está acercando el día, ya lo verás.
Días después se me ocurrió ir un día a la piscina, en concreto a una piscina que posee un apartado nudista, con la intención de que le picara la curiosidad, y así fue. Para la ocasión ella llevaba un bikini rojo muy ajustado que le levantaba el pecho, haciéndole un canalillo muy atractivo, con una braga muy pequeña que con el movimiento se le metía por el culo y le hacía marcar descaradamente la raja del chocho, ya que como he mencionado antes lo llevaba prácticamente depilado. Según íbamos avanzando en la piscina se nos quedaban mirando tanto los chicos como las chicas, ya que yo llevaba un bañador tipo nadador que me queda bastante bien. Nosotros nos fijábamos también en que en la zona normal de la piscina había mucha gente que estaba en tanga, en topless, vamos que también había mucha gente ligerita de ropa. Al ver a una pareja, él de unos 50 años y ella de unos 35, ambos en tanga, Belén dijo:
– Hoy creo que me lo voy a pasar bien.
No sé con qué intención lo dijo, o porque el hombre tenía un aspecto ridículo o porque le podía ver todo prácticamente ya que la polla se le intuía. El caso es que sabía que con el bikini rojo llamaba la atención y me hizo dar una vuelta a toda la piscina con el pretexto de encontrar el lugar adecuado. Cuando le dije que en esta piscina había un espacio para los nudistas me dijo que fuéramos a indagar, y al preguntarle qué era lo que quería ver, me dijo que nunca había ido a una playa nudista y que le daba morbo. Fuimos a ver donde estaba pero lo tenían cerrado con unas vallas tipo de caña. No se podía ver nada desde fuera y al preguntarle que si pasábamos me contestó que solo quería actuar de voyeur. Seguí picándola diciéndole que me la imaginaba tumbada tomando el sol en pelotas con el coño depilado como lo llevaba rodeada de mirones también desnudos con la polla dura alrededor de ella. Le dije que solo con pensarlo se me estaba poniendo dura, y era verdad, me tuve que poner boca abajo para que no se me saliera la picha del bañador.
Mi mujer se empezó a reír pero la muy cabrona ya no me seguía la corriente porque sabía que lo decía de verdad. En numerosas ocasiones me preguntó si yo sería capaz de dejar que otros se la cepillaran y sin la calentura de estar follando le dije que sí, incluso le confesé que tuve un par de sueños eróticos en los que ella se tiraba a dos hombres en mi presencia mientras me masturbaba disfrutando de la escena y que me había gustado la experiencia. Continué con mi ataque diciéndola que el siguiente día que fuéramos a esa piscina entraría yo por lo menos para ver que se sentía estando desnudo, pero ella me dijo que ese día entraríamos cada uno por nuestro lado.
Primero entré yo. Me situé en la zona más alejada de la puerta, entre varios hombres y alguna mujer, para que tuviera que exhibirse ante todos. Por un momento pensé que no se iba a atrever ya que tardaba mucho, pero pasados unos 10 minutos allí estaba ella, desnuda por completo con el coño prácticamente depilado, su pelo largo moreno suelto, andando con esa picardía que tienen las mujeres cuando quieren provocar al personal. Las gordas tetas le bailaban a cada paso que daba y tenía los pezones erectos debido a la excitación. La muy zorra se puso en una zona rodeada de machos donde yo podía ver todo lo que hacía. Empezó tendiendo su toalla asegurando mantener el culo y el coño a la vista de ellos para provocarles lo suficiente. Al tumbarse tanto boca arriba como boca abajo se dedicaba a abrir lo suficientemente las piernas para que se le vieran sus dos maravillosos agujeros.
Estaba muy cachonda, se le veían los labios del coño brillantes y eso sólo quería decir que estaba caldosa. Aun así yo sabia que ella sólo quería calentar algunas pollas, aunque no sabía hasta qué extremo. Se dedicó a darse crema pero como no llegaba a ciertos sitios de su cuerpo pidió ayuda a un hombretón que estaba a su lado. La guarra eligió bien, éste era alto, moreno, corpulento, llevaba el torso depilado como yo y mostraba en ese momento una pequeña erección. Según le iba repartiendo la crema y al llegar al culo la erección era completa, la tenía más grande que la mía, le debía de medir los 20 cm seguro. Belén se dio cuenta y sonriendo se la agarró con la mano derecha moviéndola como cuando estrechas la mano a alguien que conoces. Al momento se acercó Diego, un amigo de Cesar, era rubio con el pelo lacio y largo, cara aniñada con un cuerpo atlético y un rabo más largo que César pero menos grueso.
Al contemplar como Belén tocaba por primera vez otra polla que no fuera la mía me tuve que dar la vuelta porque estaba a punto de correrme.
Se levantaron y se dirigieron hacia mí. Belén me los presentó y me dijo al oído:
– ¿Quieres que haga realidad tu fantasía y me tire a estos tíos buenos?
– ¡Siiií…! – le respondí.
– Si lo hago hoy, ¿me dejarás que haga realidad también una fantasía que yo tengo?
– ¿Cuál es? – pregunté intrigado.
– Estos dos amigos, a parte de estar muy buenos como puedes ver, son bisexuales y les gustas.
A buen entendedor pocas palabras bastan, esa noche terminaría con el culo un poco escocido. Quedamos a las 11 para cenar en un restaurante cercano a nuestra casa, no sin antes despedirse de Belén con un morreo con lengua en toda regla. Se puso su vestido y salimos de la piscina parra coger el coche y dirigirnos a casa a prepararnos. En el trayecto le toqué el chocho y descubrí que lo tenía completamente encharcado de flujos vaginales.
Nos duchamos y nos dispusimos a vestirnos para acudir a la cita. Belén se puso muy agresiva, un vestido blanco largo que la queda muy bien, el defecto o la virtud de este vestido es que se transparenta lo que lleva debajo siempre que no sea color carne. Se puso un tanga blanco de encaje que me encanta y no se puso sujetador, por lo que se le transparentaban y marcaban los pezones y el tanga tan agresivo que llevaba. Estaba realmente sexy.
Al llegar, ya nos estaban esperando dentro tomando una copa, y cuando la vieron se les caía la baba al igual que a los dos camareros que nos habían dejado pasar y nos acompañaron a la mesa respectivamente. La cena transcurría un poco sosa y los temas se habían desviado del tema sexual. Bebimos bastante y acabamos bastante tarde. La última o la penúltima copa decidimos tomarla en casa como estaba dispuesto. Les pedimos que se comportaran como amigos hasta entrar en nuestra casa para preservar un poco nuestra intimidad de cara a los vecinos. Al llegar a casa nos lo tomamos con un poco de tranquilidad. Después de la primera copa, fue cuando empezó la sesión. Belén me pidió que pusiera una película bisexual que le compré a la par que el doble consolador. Parecía interesada en el tema y les empezó a hacer preguntas como:
– ¿Quién os la pone más dura un hombre o una mujer?, ¿Quién lo hace mejor un hombre o una mujer?, ¿Quién la come mejor,..?
La cosa se calentó demasiado y en una escena en la que un matrimonio hacía un trío con otro hombre se decidió a dar el paso siguiente y me dijo:
– Si se la chupas a nuestros invitados bien chupada me los follo ahora mismo.
Dicho y hecho, les bajé los pantalones y comencé a tocárselas por encima de los calzoncillos, luego cogí las dos pollas con cada mano y comencé a mamárselas como si en ello me fuera la vida. Ellos supieron apreciarlo porque se les puso muy dura y parecía gustarles. Me sentía raro comiendo una polla pero no sé si fue la excitación o que de veras me gustaba pero no podía dejar de chupárselas, hasta que Belén me dio el alto y comenzó su espectáculo. Se quitó el vestido y solo con el tanga se acercó a proseguir ella con la faena. Se la empezó a chupar a Diego, momento que aprovechó César para apartarle el tanga por detrás, comerle la almeja a placer y sobarla por todos los lados, al igual que hacía su amigo. La escena era muy excitante y me comencé a masturbar. La película que estábamos viendo era ya como un cuento de niños porque Belén se dio la vuelta para chupársela a César ahora, Diego no perdió comba y aprovechó para metérsela por detrás en el coño aprovechando la postura de perra viciosa que Belén conservaba. No se la consiguió meter entera porque esta postura no le agrada demasiado pero poco a poco le fue gustando más y más hasta que se la ensartó prácticamente toda. Diego la agarraba de las tetas en cada embestida y César la agarraba de la cabeza para asegurar que Belén siguiera con la mamada.
– Mira Eduardo, ¿qué te parece lo que estás viendo? – me dijo ella en un momento de respiro – ¡Fóllame cabrón! – le decía a Diego mientras alternaba la follada con la mamada – ¡Ahora fóllame tú, César!
Invirtieron los papeles y César era ahora el que la follaba por el coño pero en la postura que le gusta, es decir, ella encima. Yo no podía dejar de masturbarme, esto era infinitamente mejor de lo que había soñado, y aproveché la postura para metérsela en la boca y así obligarla a comérmela como ella sabe. Diego entonces se dedicó a chupar todo lo que podía, a veces los huevos de su amigo, a veces el culo de éste, el coño de Belén o el culo también, cosa que pareció gustarle más porque es a lo que más tiempo dedicó. Yo ya lo veía venir, Belén parece que no, pero la intención de Diego era llenarla de rabo el culo. Cuando notó el glande de Diego en el culo trató de resistirse pero al final se dejó ir y después de varios minutos consiguió encularla. Nosotros en nuestra vida sexual lo habíamos hecho en contadas ocasiones ya que su culo es estrecho y mi polla es bastante gorda. Esto era maravilloso, tenía tres pollas metidas en su cuerpo. En la mayoría de nuestras fantasías Belén decía que no quería nada más que chupar y follar por el chocho, pero en esta situación, creo que por el morbo, se atrevió a todo.
Belén no quería que se corrieran pero era evidente que tarde o temprano iba a suceder y yo no me lo quería perder, por lo que se la saqué de la boca y me senté en una silla a observar el espectáculo y a masturbarme como el que está viendo una peli porno. Ambos la llenaron de crema como si de una napolitana se tratara, corriéndose en el coño y en el culo, respectivamente. Cuando se la sacaron, sus dos agujeros estaban encharcados de semen y comenzaron a caerla borbotones, siendo esto el detonante para correrme derramando mi leche en mi propio torso.
Después de haber follado, nos dimos una ducha reparadora, dejando a Belén que disfrutara de ellos por última vez en la ducha. Luego nuestros amigos se marcharon después de darle un soberbio morreo a Belén y con una sonrisa en la boca.
Beso Charo, y hasta otra.