Despidiendo el verano

Pasó unas vacaciones estupendas, pero las despedidas que le montaron, fueron espectaculares y placenteras.

Fina – CORDOBA
Eran mis últimos dos días de vacaciones, y recibí una llamada telefónica de Miguel, un buen amigo mío, invitándome a cenar y acepté para poder despedirme de él.
Se lo conté a mi amiga Teresa, que compartía el apartamento de verano conmigo y me dijo que había montado una fiesta de despedida para mi la noche siguiente.
Me encontré con Miguel en el restaurante, cenamos y luego nos fuimos a su casa. Estábamos muy calientes y ya en el coche nos empezamos a acariciar. Metió su mano bajo mi falda, estimulando mi clítoris. Yo saqué su polla y lo masturbaba lentamente, luego me agaché y se la empecé a chupar suavemente, provocándole espasmos de placer.
Cuando llegamos a la puerta de su casa, Miguel vio que un chico lo estaba esperando. Ambos nos arreglamos la ropa y al bajar resultó ser un viejo amigo de él que hacía más de un año que no veía y que estaba de paso por la ciudad. Miguel no sabía qué hacer ya que la llegada de su amigo estaba arruinando nuestro encuentro, me miró haciendo un gesto de impotencia, y yo tomé la iniciativa, me presenté y lo invité a tomar algo con nosotros.
Fuimos a la cocina a buscar algo de beber y me dijo que intentaría que se fuese lo antes posible. Le dije que no se preocupase, que podíamos pasarlo bien de todas formas.
Él no entendió bien lo que quise decir, pero se me habían ocurrido unas cuantas cosas para él y su amigo. Charlamos un rato y tomamos algunas copas. Francisco, el amigo de Miguel, era realmente muy agradable y también bastante atractivo.
Pusimos un poco de música y empezamos a bailar, primero lo hice con Miguel, y el roce volvió a provocarnos un calentón. Mis pezones estaban duros y él, difícilmente podía disimular que estaba empalmado.
Su amigo observaba la escena y observé que estaba a tope. Lo miré sonriendo y lo animé a que se uniera a nosotros mientras bailábamos. No me podía quejar, tenia una polla restregándome el culo y otra en el chocho.
Mi calentura era tal que me saqué el vestido quedando con mis enormes pechos al aire y debajo solo con el minúsculo tanga que traía.
Entonces ambos se fueron sobre mis tetas y empezaron a chuparlas y a masajearlas, mis pezones estaban duros como rocas.

Miguel deslizó una mano por el tanga llegando hasta mi coño, que estaba empapado, y metió un par de dedos dentro. Mientras tanto, Francisco no dejaba de chupar y lamer mis tetas. Los dedos de Miguel masajeaban ahora mi clítoris, lo cual no tardó en provocarme un orgasmo que hizo que mojara toda su mano con mis flujos. Entonces me agaché frente a ellos y saqué sus pollas, mientras chupaba a una, masturbaba a la otra y a veces las chupaba las dos. Estuvimos así un rato hasta que nos desnudamos los tres por completo y nos fuimos a la habitación, me acostaron en la cama y Francisco comenzó a comerme chocho, mientras Miguel me ponía la polla en la boca.
La lengua de Francisco taladraba mi clítoris y recorría mi coño hasta el agujero del culo y luego volvía a subir, esto me estremecía de placer y hacía que me tragara la polla de Miguel entera.
El “trabajito” que me estaba haciendo Francisco en el coño me hizo correr y en cuanto notó que había terminado, se colocó sobre mi y de una sota atacada me la metió a fondo en el coño. Me estaba dando tanto gusto que aceleré la mamada a Miguel y le hice correr en mi boca. Como pude me incorporé y me dediqué a chupar y lamer sus pollas hasta dejarlas totalmente limpias.
Como me gusta tener una polla en la boca, les dediqué un buen rato y me di cuenta de que volvían a empalmarse. Les sonreí y les pregunté:
-¿Qué pasa, es que hacia tiempo que no estabais con una tía? Veo que vuestras pollas están hambrientas de chocho.
Sin decir nada, cambiaron los papeles. Miguel, se sentó en el sofá, me colocó sobre su polla y empezó a follarme y Francisco me la metió en la boca.
Como estaban recién “corridos”, aguantaban mucho, entonces me levanté, me di la vuelta y le ofrecí el culo a Francisco, mientras le decía:
-Quiero que me des por el culo. Me gusta sentirme “plena” de polla”
Se miraron y no podían creer lo que oían, les volví a pedir que quería dos pollas dentro.
Estaban como locos, me follaban con fuerza hasta que al cabo de unos minutos, dijeron que iban a correrse.
Nos “desenganchamos”, me arrodillé y se corrieron en mi boca.
Estábamos exhaustos, así que descansamos y dormimos un rato. Al despertarme estaba lista para más sexo, ver aquellos dos cuerpos a mi lado y con las pollas morcillonas me puso cachonda.
Las fui chupando, alternativamente, hasta que logré que se despertaran. Me coloqué encima de Francisco y me clave su rabo en el chocho, quería que Miguel probara mi vicioso culo.

Cuando me dijeron que iban a correrse, les dije que se corrieran sobre mis tetas. Me encanta ver a un tío, cuando está “a punto”, pajeándose y la expresión que tiene cuando eyacula.
Tenía que irme así que me duché y tras despedirme de Francisco y Miguel regresé a casa para disfrutar mi último día.
A la mañana siguiente me despertó Teresa, que me trajo el desayuno a la cama, me sorprendió ya que solo llevaba un camisón transparente y debajo un tanga, pero al saludarme descubrí sus intenciones ya que me dio un gran beso en la boca y su lengua recorrió mi interior, le respondí con pasión y nos fundimos en un abrazo. No os había comentado que soy bisex y con Teresa tenemos unas relaciones muy placenteras.
Poco a poco nos giramos, hasta acabar en un 69 guarro y caliente. A los pocos minutos llenamos nuestras respectivas bocas con unos orgasmos, abundantes. Le di las gracias por tan delicioso “desayuno” y me dijo que por la noche, tenia otra sorpresa preparada para mi. Nos levantamos y le agradecí a mi amiga por la sorpresa, pero me dijo que eso no era todo, que a la noche habría algo más.
A la hora de cenar, tuve la agradable sorpresa de ver a Lorenzo y Julio, otros dos buenos amigos. Me hicieron una cena especial y al terminar había música y cava en la sala.
Bailábamos los cuatro y con Teresa nos encargábamos de calentar a nuestros hombres, yo imaginé que todo derivaría en que finalmente cada una se iría con uno pero Teresa, ya con mucho alcohol encima, comenzó a provocar a Lorenzo masajeando su polla hasta que finalmente lo sentó en el sillón, se la sacó y empezó a hacerle una mamada. Julio y yo estábamos embobados mirando. Julio se puso a mil. Me desnudó para empezó a chuparme el coño. Entonces Lorenzo se incorporó, desnudó por completo a Teresa y dirigiéndose a Julio le dijo que iba a enseñarle cómo beber un buen cava, para esto nos pidió a Teresa y a mí que nos sentáramos sobre el borde de la mesa, cogió una botella de cava bien helado, se acercó a Teresa y empezó a derramar el líquido en su boca pero en forma abundante, de manera que este corría por su cuerpo, entonces comenzó a beberlo desde sus tetas hasta llegar a su coño.

Julio vació el resto de la botella en mi cuerpo, y llevó su boca a mis pechos. La sensación helada me hizo estremecer provocándome espasmos de placer que aumentaban a medida que Julio llegaba a mi coño y pasaba su lengua helada por el cava dentro de caliente vagina.
Allí estábamos mi amiga y yo chorreando cava mientras los dos machos lo bebían directamente de nuestros coños. Esto no pudo derivar en otra cosa que en unos orgasmos muy intensos.
Cuando nos recuperamos, nos besamos y les dedicamos a los chicos un numerito lésbico que les levantó la polla hasta el techo. Llegó un momento en que estábamos tan calientes que ni los veíamos. Nos corrimos con el mismo placer de siempre y después nos morreamos para saborear nuestros respectivos fluidos.
Los dos tíos estaban tan a punto que les hicimos una mamada que acabo con la poca leche que les quedaba en los huevos.
Así transcurrió mi última noche. Al día siguiente volaba de regreso a mi ciudad. A la mañana siguiente me despedí de Teresa y Lorenzo en su casa y Julio me llevó al aeropuerto. Antes de embarcar y a modo de despedida y agradecimiento, le hice una ultima mamada en el baño hasta hacerlo correr y me tragué toda su leche.
Al despegar noté que estaba comenzando una nueva vida y reviví estos últimos días como los más placenteros y excitantes, llevándome en mi cuerpo las sensaciones más placenteras.
Besos a todos y a todas.