Relato erótico
Cena”completita”
Tenía que ser la anfitriona de un encuentro con los amigos de colegio de su marido. Preparó una cena, bebidas y se arregló con especial esmero para la ocasión.
Pilar – Zaragoza
Cierto día, amiga Charo, mi esposo quiso reunirse con sus amigos de colegio en nuestra casa y yo, como era lógico, me preparé para la reunión para atenderlos debidamente ya que muchos de ellos eran también amigos míos, aunque a decir verdad algunos de ellos habían sido novios míos antes de casarme ya que soy un poco ardiente y siempre me gustó tener muchos novios y amigos.
Para la reunión me compré un vestido negro que era una malla transparente y por debajo llevaba puesto un enterizo negro, que dejaba ver perfectamente mi cuerpo curvilíneo y debajo del enterizo llevaba un mini tanga que dejaba ver mis redondo y gran culo, pero no me puse sujetador pues mis pechos aun son firmes a pesar de lo protuberantes. Llevaba puesto unos zapatos cerrados de charol negro con un tacón puntilla de unos 9 cm de alto, el cabello lo tenía suelto y un poco ondulado para aumentar su volumen, mi maquillaje era oscuro, estaba acorde con mi ropa, mis labios eran rojo pasión como me gusta a mí.
La casa estaba lista para el evento, las tapas estaban dispuestas y cuando llegaron, como era lógico, los atendí con mucha amabilidad ya que mi esposo no se encontraba en casa pues estaba en el supermercado comprando el licor. Los invité a sentarse, hablamos y escuchábamos música de aquel entonces que mi esposo me regalaba cuando éramos novios, y de pronto uno de ellos me pidió un vaso de agua. Yo fui a la cocina a servir el vaso con agua cuando de pronto a pareció en la cocina uno de los amigos nuestros y me dijo:
– Oye, el matrimonio te ha sentado muy bien, estás más guapa que nunca
Le di las gracias de una forma muy coqueta e insinuante, pues con ese halago se me alborota la libido. Entonces él me tomó por la cintura y empezó a besar mi nuca y a susurrarme palabras dulces al oído lo que hizo que mi pasión se pusiera al rojo vivo, mientras con sus manos acariciaba mi vientre y mis pechos los cuales se hacían más grandes y duros al tiempo que yo empezaba a sentir algo protuberante en su pantalón. Era su verga que estaba igual de dura. Con mis manos la acaricié y él, lentamente, fue quitándome la ropa. Yo pensaba en mi esposo pero eran más las ganas de estar con aquel hombre. Pronto dejó al descubierto mis gordas tetas y dándome la vuelta quedé frente a él y mientras me besaba en la boca con mucha pasión, yo seguía acariciando su verga pues ya había bajado su cremallera y la había sacado con mi mano. Lo estaba pajeando mientras él acariciaba mis pechos.
De pronto me agaché y empecé a chupar su verga con tanta fuerza como él retorcía mis pezones pero, estábamos en esto cuando de pronto sentimos que entró alguien. Era Carlos, el amigo que había pedido el vaso con agua que ante la demora decidió ir a ver que pasaba. Cuando vio en lo que estábamos dijo:
– Vaya, parece que llego a tiempo para recordar viejas épocas.
Yo seguí chupando la verga de Antonio y le hice señas mientras este le dijo a Carlos:
– Ven que esta perra esta mamando mejor que antes y me va sacar la leche rapidito.
Carlos inmediatamente sacó su verga y se empezó a pajear y rápidamente fue creciendo y cuando quedó de un tamaño espectacular se colocó al otro lado y yo alternaba para mamarlos a los dos y cuando ya estábamos los tres bien calientes Antonio me dijo:
– Quítate la ropa que queremos ver que tal tienes el culo.
Yo me fui quitando la ropa con movimientos insinuantes mientras ellos miraban y se pajeaban, y cuando quedé totalmente desnuda, solo me dejé los zapatos, Carlos me dijo:
– Muéstranos el culo.
Yo abrí mis gordas nalgas, Antonio se acercó y poco a poco fue metiendo uno de sus dedos en mi ano hasta meter completamente su mano y le decía a Carlos:
– Mira esta puta, sigue teniendo el culo igual de abierto, mira como está este culo de hermoso…
Yo me movía, pues me encantaba lo que decían y lo que me estaban haciendo, y entonces Antonio me preguntó:
– ¿Quieres que te dé por el culo, perra?
– ¡Quiero que los dos me folléis al tiempo! – repliqué.
Entonces Carlos se tendió en el suelo de la cocina y acostándose boca arriba yo me subí y clavándome de una sola la verga en mi coño le dije a Antonio que por favor me abriera el culo como él sabía hacerlo. Entonces Antonio dijo:
– Veo que no se te ha olvidado cuando nos escapábamos de clase para darte por el culo, puta caliente.
Sin pensarlo más me clavó su gorda y enorme verga en mi culo. Yo gritaba de dolor y placer y entonces el otro amigo, Pedro, al oír mis gritos quiso averiguar que pasaba en la cocina y al abrir la puerta se encontró con semejante cuadro, entonces dijo:
– Vaya amigos ¿por qué no me invitaron al jueguecito?
– Ven y únete a nosotros – yo le dije con voz entrecortada.
El, sacando su verga, muy larga, me dijo:
– Mira, despiértala que está un poco dormida.
Yo la cogí con una de mis manos y acariciándola me la metí en la boca y le di una gran mamada como a ellos les gustaba que se las mamara. Pedro me decía:
– Me la estás mamando de maravilla.
– Quiero que cada uno de vosotros me folle por el coño y por el culo – les dije.
Entonces fui yo quien me tendí en el suelo, preguntándoles que quien quería ser el primero y Carlos dijo:
– Yo voy el primero pues estoy que me corro, porque esta zorra tiene el coño más profundo que antes, se ve que no ha perdido el tiempo jodiendo.
Se tendió en el suelo quedando frente a mí, yo me acerqué y cogiendo su verga con mis manos, me la introduje en mi coño. Yo estaba tan excitada que no me importaba lo que estaba haciendo. Después de un buen rato de metisaca la verga de Carlos en mi coño, le dije:
– Ahora quiero que me folles por el culo.
Girándome boca abajo dispuse mi culo para Carlos, mientras él me decía:
– ¡Hace rato que quiero darte por ese ojete, que lo tienes más rico que el de una puta!
Poco a poco fue metiendo su verga en mi culo hasta sentir que sus huevos golpeaban mis nalgas. Yo le decía que me diera más duro pues mi esposo me había acostumbrado a esto ya que a él le gustaba darme por el culo con violencia y tal vez por eso lo tengo tan abierto. De pronto Carlos pegó un grito y dijo:
– ¡Perra, me estoy corriendo en tu culo, que gusto!
Cuando acabó de dejar toda su caliente leche en mi culo, la sacó y le dije a Antonio que ahora quería que siguiera él. Rápidamente se acostó boca arriba y yo de espalda me senté encima de su verga y así brincaba metiendo y sacando su verga de mi coño hasta que de pronto me dijo:
– Al ver como Carlos te follaba, quiero darte por el culo.
En la misma posición, abrí mis nalgas y me metí de un sol empujón la gorda verga de Antonio y como mi culo ya estaba lubricado con la leche de Carlos, entró fácilmente. Pero estábamos en esto cuando de pronto oímos que la puerta de la calle se abrió. Ya no había tiempo para vestirnos, era mi esposo y al entrar a la cocina con las bebidas no le gustó ver las escena que veía pero sin embargo seguí follando con Antonio, pues él también quería dejar su leche en mi culo. Mi esposo dijo:
– Vaya veo que estáis muy entretenidos, pero si queréis diversión con esta perra llevémosla al baño.
Ellos intrigados, quisieron averiguar de qué se trataba y me llevaron al baño mientras mi esposo nos precedía. Por indicación de mi esposo me metieron en la bañera y todos ellos empezaron a masturbase hasta que, al cabo de un rato, los cuatro hombres se corrieron al mismo tiempo en mis tetas, en mi vientre y en mi cara, bañándome en semen.
Besos y hasta otra.