Cena y buen “postre”

Había una conferencia de temas informáticos en Madrid y acudió, por cuenta de la empresa, con una compañera de trabajo. Por la noche ofrecían una cena e iban a ir los dos. Como se retrasaba, fue a recogerla a su habitación.

Oscar – La Rioja
La empresa para la cual trabajo, nos envió a una conferencia sobre nuevas tendencias en informática que se estaba llevando a cabo en otra ciudad. Ángela, como llamare a mi amiga, estaba muy entusiasmada ya que era la primera vez que asistía a tal tipo de evento. Durante el día estuvimos atendiendo a las diferentes charlas y luego nos fuimos al hotel, quedamos en encontrarnos a las ocho y media de la noche para asistir a la cena que ofrecía una de las empresas promotoras del evento.
Esperé a Ángela en el vestíbulo del hotel y cuando pasaron unos veinte minutos comencé a impacientarme y llamé a su habitación, nadie atendió al teléfono y pensé que debía estar bajando, y después de esperar cinco minutos más me preocupé y decidí subir a ver qué pasaba.
Llamé a la puerta y oí que decía:
-Pasa, la puerta está sin cerrojo, es que aun estoy en la ducha.
Al entrar me dijo que la disculpara por la espera que estaría lista en un instante. Sobre la cama estaba una braguita blanca diminuta, un sostenedor y una especie de vestido cortito blanco como semitransparente. Oí que cerraba el grifo y el agua dejaba de correr y me dijo:
-Por favor, pásame la ropa que está en la cama y así me visto aquí mismo dentro del baño.
Yo, con la idea de poder ver algo de su hermoso cuerpo, me apresuré a alcanzarle lo que me había pedido, pero al entrar al baño, solo pude ver su silueta a través de la mampara de la ducha. Me dijo que lo dejara sobra el lavabo y así lo hice, salí y dejé la puerta entreabierta para intentar ver algo.
Salí y espere, solo podía ver su mano que cogió primero la braguita, luego el sostenedor y luego el vestido. Ella me dijo que en un instante estaría lista, solo secarse un poco el cabello y listo. Cuando se paró frente al espejo pude ver que lo que llevaba puesto dejaba ver su culo en plenitud, a través de la tela y todavía no se había puesto el sujetador y podía ver sus pezones semi erectos y amenazantes.
Por mi mente pasaron imágenes, tocando y besando esas hermosas tetas. En un acto reflejo me levanté y me paré en la puerta del baño mientras le comenté como para abrir la conversación:
-Estás bellísima con ese vestido.
-Se nota que no entiendes de ropa de mujer, esto no es un vestido es una bata, el vestido está colgado en el baño –dijo-
-De todas maneras te ves muy bien -dije, sin quitarle la vista de las tetas a través del espejo, ella comenzó a secar su cabello con el secador. No pasaron ni cinco segundos cuando me paré detrás de ella para continuar hablando, con la excusa de que el secador hacia mucho ruido.

No sé si por su intención o la mía, pero al estar detrás de ella, sus nalgas rozaron mi miembro el cual estaba con una gran erección. No hizo ningún gesto para evitar mi roce, incluso, oí como suspiro profundo. Sus pezones ya estaban duros y sin pensarlo dos veces la abracé desde atrás tomando una teta en cada una de mis manos y besando su cuello, a pesar de lo que yo creí una sorpresa, ella no hizo ningún esfuerzo por zafarse, y pude ver a través del espejo que cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás como dándome espacio para besar su cuello.
Giró la cabeza y nos fundimos en un beso lleno de deseo, nuestras lenguas jugaron mientras yo, aun con mis manos en sus tetas, intentaba darle la vuelta hacia mí.
Cuando estuvimos de frente, seguimos besándonos, la levanté y la senté sobre el lavamanos. Le quite la bata y comencé a besar sus pezones dando vueltas con mi lengua sobre la punta, luego seguí bajando poco a poco besando su abdomen y luego comencé a bajar sus bragas, a lo que ella me ayudó, aquí confirme lo que siempre me había imaginado, estaba completamente afeitada, solo un pequeño triangulo de bello en la parte superior de su pubis.
Comencé a pasar mi lengua lentamente por toda la zona afeitada. Se estremecía a cada pase de mi lengua, luego comencé a lamer lentamente y le fui abriendo el chocho poco a poco, pasaba mi lengua por la parte interna de los labios y cercano al clítoris, pero no lo tocaba aun, ella se estremecía de placer mientras yo comenzaba a meter un dedo en su ya húmeda cueva, luego metí el segundo y seguí trabajando con mi lengua, humedecí mi dedo meñique con saliva y al momento en que toque su clítoris con mi lengua, le introduje la punta del dedo en su ano, al principio hizo presión como extrañada de lo que estaba sucediendo, pero en un instante se relajó como invitándome a hacer lo que quisiera. Coloqué mi boca en forma de círculo sobre su clítoris y succioné muy suavemente y comencé a sentir sus músculos vaginales contrayéndose al momento en que ella explotaba en su primer orgasmo. Le seguí lamiendo el clítoris, mientras se retorcía en su orgasmo hasta que tomo mi cabeza y la separó de su chocho, estaba exhausta y me pedía que parara.
Me llevó hasta la cama, y allí me tumbó de espaldas, con mis pies aun en el suelo, no sé cómo, pero me despojó de mis pantalones, se arrodillo a la orilla de la cama y comenzó a mamar mi polla como una desesperada, se la metía completamente en la boca y luego comenzaba a sacarla lentamente haciendo unos movimientos extraños con la lengua que me estremecían todo el cuerpo. Con sus manos acariciaba mis huevos y de vez en cuando les daba vueltas con la lengua. Ver su cara con todo mi miembro dentro era algo inimaginable, ya que varias veces me habían hecho sexo oral pero ninguna había logrado metérselo todo en la boca.

Ya le había demostrado mis habilidades comiéndole el chocho, pero ella estaba vengándose, cuando notó que me estaba corriendo se lo metió solo hasta la mitad, como para poder controlar mi eyaculación y fue tragando cada gota de semen que salía, hasta dejarme totalmente exprimido.
Luego nos estuvimos besando por un rato y le dije que era la mejor mamada que me habían hecho en mi vida. Se lo dije y me contesto diciendo que su técnica del “aleteo de la mariposa” nunca falla, así mismo me dijo que la comida que yo le había hecho, era espectacular, que la mayoría de los hombres van directo al clítoris y desperdician el resto de las zonas cercanas que son tan o más sensitivas que este. Mientras hablábamos admiraba su cuerpo y mi miembro comenzó a “alistarse” nuevamente, cuando ella lo vio lo beso cariñosamente y me dijo que la dejara montarlo, se sentó sobre mi polla y se la fue metiendo poco a poco hasta la base, cuando la tuvo todo dentro, cerró los ojos y comenzó a mover sus caderas de adelante hacia atrás.
Sentí algo que no había sentido, la muy zorra estaba succionando mi pene con sus músculos vaginales, era una pasada. Yo lo estaba disfrutando muchísimo, pero ella, más, parecía como transportada a otro mundo, aceleró el ritmo y explotó en un larguísimo orgasmo del cual cayó como sin fuerzas, la acosté sobre su costado y levante su pierna derecha, procurando tener un buen ángulo para una penetración profunda, comencé a metérsela, hasta el fondo y se la sacaba casi toda lentamente. Esta situación la tenia sin aliento y me lo pedía a gritos que se la metiera todo, pero esto ocurría solo cada tres empujes y sentía como mi miembro topaba contra el fondo de su chocho, lo que la volvía como loca, se retorcía y tomaba aire cada vez que sentía que venía el empuje completo. Al poco rato explotamos los dos en un espectacular orgasmo que nos dejó exhaustos.
Nuestra cena se convirtió en llamar al servicio de habitaciones y en continuar nuestra sesión hasta el amanecer.