Relato erótico
Cena juego y sexo
Invitaron a una pareja que conocieron en internet. Eran argentinos y aquel verano les dijeron que querían pasar las vacaciones en España. Les invitaron a su casa y pasaron unos días de vértigo,
Antonio – MARBELLA
Amiga Charo, nos habíamos hecho amigos a través de la internet y llevábamos mucho tiempo escribiéndonos. Ellos son argentinos, un matrimonio normal, como cualquier otro, que vinieron de vacaciones a Marbella.
Nosotros españoles de clase media, con un buen pasar y buena onda con los amigos. Esos amigos decidieron venir a España para conocernos personalmente. Acordamos que se quedarían en casa para que se ahorrasen el hotel y para estar un tiempo más juntos. Ya, desde el principio nos llevamos bien, como si nos conociéramos de toda la vida en forma directa.
La primera noche también vinieron a cenar otro matrimonio de amigos, Julio y Rosario. Tras una buena cena, buen vino y bromas varias, Viviana, la argentina, propuso jugar a “dígalo con mímica”. Hombres contra mujeres.
Todo empezó muy bien hasta que Rosario comenzó a poner títulos de películas eróticas. Entonces nosotros hicimos lo mismo. En una de ellas, “Garganta profunda”, Viviana y Rosario no tuvieron mejor idea que representarla haciendo una de ellas de hombre, poniéndose el control remoto de la tv entre las piernas mientras la otra se lo chupaba como si fuera un miembro. Nosotros, a propósito, hacíamos como que no adivinábamos y así ellas seguían cada vez con más empeño en su dramatización.
Ya el vino, más algún whisky, hacían efecto en todos, pero especialmente en las chicas. Entonces se les unió mi esposa, que comenzó a lamer el control remoto de una forma por demás muy sensual y en una de esas, su lengua y la de Rosario se rozaron y parece que les gustó, porque empezaron a lamerse una a otra. Viviana ya fuera de sí, ante nuestra mirada atónita y nuestros miembros endurecidos, no tuvo mejor idea que levantarse la falda, apartarse el tanga y ponerse el control remoto, como si fuera un consolador, en la vagina. Acto seguido cogió por detrás a mi esposa y simuló penetrarla. Fue el acabose.
A todo esto Rosario preguntaba:
– ¿A que no adivinan la peli?
Se arrodilló ante Roberto, el argentino, le desabrochó la bragueta y sacándole la verga empezó a chupársela.
– ¡Cambio de parejas! – gritó la argentina y sacándose el tanga, puso su pelvis pegada a mi cara y me pidió que le chupara el coño.
Mi amigo mientras tanto quedó frente a frente con mi mujer y terriblemente excitado se bajó los pantalones dejando al descubierto un pedazo de polla de… ¡30 cm! La verdad que todos quedamos helados ante tan terrible verga. Todos menos mi mujer que se la empezó a chupar desde la cabeza a los huevos, hasta introducírsela hasta la garganta.
Rosario a todo esto gritó:
– ¡La peli era “Garganta profunda”!.
Mientras Viviana chupaba mi polla yo, la verdad, es que me sentía un enano ante lo que veía. Es más mi mujer se acostó en el sillón, se abrió de piernas totalmente y mi amigo le metió el pedazo casi hasta el fondo y empezó a darle en forma durísima. Les juro que me dio miedo que se lo partiera, pero al ver a mi mujer gozando como una cerda, con los ojos en blanco, me excité y empecé a darle duro a la argentina. Rosario mientras tanto recibía la polla de Ricardo por el culo y se masturbaba con el control remoto insertándoselo hasta el fondo en su impresionante coño, que ya estaba acostumbrado al pedazo monstruoso de mi amigo. Yo acabé muy rápido y me monté a Rosario que se había sacado el control remoto de dentro de su coño. Su vagina era como un túnel, me polla bailaba en él y eso que seguía recibiendo a Roberto por el culo, haciéndole entre los dos un bocadillo muy sabroso.
La argentina, mientras tanto, logró sacar a mi amigo de encima a mi mujer y se le subió a caballito. Tampoco pude creer como logro subirse a ese obelisco, cabalgarlo un rato y después mamarle la polla a dúo con mi mujer, compartiendo una catarata de leche caliente.
Al rato ya descansados nos pusieron a los tres en fila y cada una hizo el intento de meterse las tres pollas en la boca, cosa imposible porque la de Julio, era más grande que las otras dos juntas. Luego las chicas se pusieron culito para arriba y las empezamos a ensartar de una a una y esta vez Rosario, que chorreaba leche por sus orificios, fue la encargada de recibir la súper verga. Pero las chicas querían ser penetradas por el culo por tamaña polla, así que lo pidieron a gritos. Yo le dije a Julio:
– ¡Para loco se los vas a partir…!.
Pero nadie me hizo caso y tuve que ver también como, lentamente, el ojete de mi mujer devoraba centímetro a centímetro ese trozo de carne gigantesco. El tío estaba en la gloria, hacía años que no se follaba un culo tan apretado. Y ahí yo perdí el control, me puse detrás de Julio y se la metí por el culo lo más fuerte que pude. Pero ante mi asombro no se molestó, es más se acomodó para que le entrara mejor por lo que empecé a bombear con fuerza hasta que sentí que mi culo era penetrado por una lengua, larga y caliente.
Era Rosario que desvirgaba mi culo de forma frenética. Los demás se unieron al tren, Viviana chupándole el coño a Rosario y Roberto metiéndole la polla en la boca a mi mujer. Ya era la orgía total.
Fuimos corriéndonos uno a uno y luego yéndonos a duchar para sacarnos el semen y el flujo de encima. La última fue mi mujer, que caminando lento y con las pierna abiertas, me dijo:
– Me han roto el culo… pero que me quiten lo follado.
Y pensar que todo empezó con un control remoto.