Relato erótico
Cena de fin de año
Estaba claro que a ella tanto le iban las mujeres como los hombres, pero cuando logró obtener su sueño más preciado fue en una fiesta que organizaba su agencia para celebrar el fin de año. Comió de “todo” y mucho.
Anna – Girona
Me llamo Anna, soy de Gerona, morena, mido 1,70 y mis medidas son 100-60-92 y así comienza mi experiencia. Ese día no trabajaba, ya que por la noche la agencia organizaba una reunión con motivo de fin de año con todos sus principales clientes, así que decidí ir al gimnasio temprano por la mañana, a primera hora.
Llegó la hora de vestirme para la fiesta, me puse un vestido largo negro, escotado por delante y en la espalda, así que decidí no llevar sujetador y me puse un tanguita negro muy chiquito, para que no se marcara sobre el vestido ajustado. Estaba muy sexy.
Pasó a buscarme un compañero de trabajo que al verme casi se desmaya, me elogió mucho y me dijo que estaba muy hermosa. Llegamos a la fiesta, era temprano ya que yo era una de las encargadas de recibir a los clientes, pero mi jefe y los dueños llegaron enseguida y todos alabaron mi aspecto. Al rato comenzaron a llegar los invitados, los fui recibiendo y situándolos en las mesas. La mayoría eran hombres de entre 50 y 55 años y casi todos iban con sus esposas, pero casi al final llegaron dos socios de una empresa, los cuales yo solo había visto una vez pues el trato con ellos lo había hecho mi jefe ya que eran amigos de él.
Tendrían unos cuarenta años, bastante atractivos, llegaron solos, uno era de estatura normal y el otro un poco más alto, muy elegantes y al recibirlos y presentarme, me saludaron muy atentamente y tampoco faltó un comentario de ambos con respecto a mi belleza. Los situé en su lugar, junto a dos parejas y solo me dijeron que esperaban que después pudiera dedicarles un poco mas de tiempo. Yo les dije que seguro lo haría.
La fiesta comenzó y pasé la noche atendiendo a los invitados y haciendo presentaciones, mas entrada la noche la fiesta estaba un poco aburrida, los hombres no dejaban de hablar de negocios y las mujeres se cansaban de sus maridos, entonces recordé a los dos hombres y me acerqué a ellos como para ver sí la cosa se animaba un poco, me senté con ellos y charlamos muy alegremente, eran divertidos y simpáticos, entonces se hizo la hora de iniciar el baile que estaba preparado, me fui un momento para organizarlo, me pidieron que no me fuera, pero solo conteste que no se preocuparan que iba a volver.
El baile comenzó con una música tranquila y un poco aburrida, algo formal, entonces bailé con mi jefe y con los dueños, todo muy respetable, pero enseguida alguien pidió bailar conmigo, era uno de los hombres, acepté gustosa, me tomó por la cintura y me apretó un poco contra él, bailamos un rato y el roce de los cuerpos, nos excito a ambos, luego el otro también quería bailar conmigo, era el mas alto, pero también se apretó contra mí, y mi chochito ya evidenciaba mi excitación y noté la de él apretada contra mi vientre. Luego el baile fue mas animado y movido y sí bien muchos querían bailar conmigo, siempre terminaba haciéndolo con ellos dos, así la noche transcurrió alegre y divertida, entonces ellos me ofrecieron irnos a un lugar más tranquilo a terminar la noche, acepté con gusto, pero debía hacerlo después de despedir a los invitados.
Nos fuimos en el coche de uno de ellos, me preguntaron sí deseaba ir a algún lugar a beber algo o prefería hacerlo en la casa de uno de ellos, me dijeron que tenía un lugar frente al mar muy hermoso. Preferí ir a su casa, sería mas intimo y tranquilo. Al llegar era un lugar hermoso, con un gran ventanal que tenias al mar, entonces ellos, Joan y Jordi, uno puso música y otro fue por una botella de champagne.
Bebimos y charlamos un buen rato, ambos eran realmente muy agradables, nos pusimos a bailar, lo hacia con uno y con otro, entonces mientras bebíamos un poco mas, ellos comenzaron a decirme algo que tenía que ver con estar allí esa noche, que yo les agradaba mucho, que ambos me deseaban, pero que para eso yo debía hacer una elección.
– No entiendo bien – les dije – ¿Qué elección?
– Ambos queremos pasar la noche contigo – contestó Joan.
– Y creo que corresponde que elijas a uno de nosotros – añadió Jordi.
Los miré, tome un trago de cava y dije:
– ¿Por qué quedarme con uno de vosotros, sí puedo teneros a los dos?
No salían de su asombro, nunca se lo imaginaron, incluso me contaron que antes habían estado con otras mujeres en una situación similar, pero nunca se lo habían propuesto así, y que siempre habían fantaseado, y yo solo contesté que esta noche su fantasía se haría realidad. Se acercaron a mí y bailamos los tres, uno frente y otro detrás de mí, me besaban, me acariciaban. Joan besaba mi cuello, al tiempo que Jordi lo hacía en mi pecho hasta que mi vestido no tardó en caer al suelo.
Jordi apreció como asomaban mis pechos desnudos, con mis pezones ya duros y erectos de excitación y Joan pudo contemplar mis nalgas con el tanga que se metía entero entre ellas. Entonces noté la boca de Jordi sobre mis pezones, chupándolos despacio, apretados entre sus labios y Joan seguía besando mi cuello, pero sus manos acariciaban mis nalgas y sentí su miembro duro apoyarse entre ellas.
Comenzaron a desnudarse también ellos y quedamos los tres en ropa interior, nos confundíamos entre besos y caricias y así fuimos hasta la cama, me acostaron en ella boca arriba y siguieron besándome. Joan chupaba mis pechos y Jordi lamía mis muslos hasta que llegó a mi sexo y quitó mi tanguita, llegando con su lengua a mi coño húmedo de excitación.
Entonces les pedí que se desnudaran por completo y ambos lo hicieron, apareciendo ante mí dos vergas duras y erectas, de un buen tamaño, como unos 18 cm, algo gruesas, la de Joan un poco más que la de Jordi, y volvieron a su trabajo sobre mi cuerpo. Joan devoraba mis pechos y Jordi penetraba mi coño con su lengua, recorriendo todo mi interior, haciéndome chorrear jugos hasta que le pedí a Joan chupar su verga. Se puso junto a mí, cogí su verga y la recorrí con mi lengua en todo su largo, mientras Jordi no dejaba de taladrar mi chocho con su lengua y ahora añadía un dedo que entraba y salía de mí con fuerza.
Excitada llevé la verga de Joan a mi boca, la chupé, poco a poco más profundo, hasta tenerla toda en mi boca y mis gemidos se ahogaban en ella, gemidos provocados por la mamada que me hacía Jordi, chupando mi clítoris y dos de sus dedos penetrándome. No aguanté más y entre gritos y jadeos acabé corriéndome, lanzando abundantes jugos sobre la cara de Jordi y tragándome toda la verga de Joan.
Mientras duraba aun mi orgasmo, Jordi se incorporó y me clavó su verga entera hasta el fondo de mi coño todo mojado y comenzó a follarme al tiempo que Joan metía y sacaba su verga, follando mi boca. No pasó mucho tiempo hasta que sentí como la leche de sus vergas me inundaba el coño y la boca. Tragué todo lo de mi boca y me sentí inundada por la almeja, luego cogí sus vergas y las chupé para limpiarles todo rastro de leche, aunque enseguida las tuve duras otra vez.
Ahora me monté sobre Joan y cabalgaba su verga con mi coño mientras Jordi se colocaba junto a mí para que le chupara su verga. Así me follaron un rato hasta que tuve un nuevo orgasmo junto a Joan que ahora inundaba otra vez mi coño. Sin dejarme descansar, Jordi me hizo poner a cuatro patas y apuntó su verga a mi culo, aunque primero la pasó por mi coño mojado y chorreante de leche y mojó todo el agujero de mi culo, la puso sobre él y empujó. Su cabeza entró y comencé a pedirle más, que me la metiera toda adentro y así lo hizo despacio hasta sentir sus huevos chocar contra mis nalgas, sentía toda su verga enterrada en mi culo, me movía en círculos sobre su verga y él empezó a penetrarme fuerte y rápido.
Su verga entraba y salía por completo de mi ano, yo gemía fuerte de placer y le pedía mas, que no parara. Mi culo apretaba su verga y esta estalló dentro de mí, llenando mi recto de su leche caliente.
Pienso que me he alargado demasiado así que lo que sigue, lo contaré en una próxima carta.
Besos, Charo.