Relato erótico
Año nuevo, amante nuevo
Era el día de fin de año y la noche se presentaba como siempre. Cenar en casa de sus suegros. La novedad de aquel año fue que un buen amigo se había separado y estaba en Madrid. Quedaron que al terminar de cenar lo irían a buscar y saldrían a tomar algo.
Martín – Madrid
La velada de fin de año se presentaba como un año más: cenaríamos en casa de mis suegros, auténticos padres para mi tras la pérdida de los míos hace años.
Estas Navidades han estado un poco tensas pues mis cuñados, la hermana de mi mujer, no se han portado bien con nosotros cambiando fechas de reuniones a su antojo y de una forma un tanto arbitraria. El caso es que al final conseguimos coincidir esta noche. Junto a mis suegros, mi cuñada, la hermana de mi mujer, que hace un par de veranos estuve en un tris de follarme y que tiene un buen polvo, aunque lleva un año bastante histérica, mi cuñado mi sobrina de 23 años, una trabajadora un poco “locuela” y que también tiene un buen polvo, aunque yo la quiero mucho, es la más sana de la familia de mi cuñada. Estábamos también mi mujer, y mis dos pequeños.
Este año no ha sido malo para nosotros y mi mujer ha descubierto una sexualidad que tenia olvidada, no dentro del matrimonio que nos llevamos fantástico, sino fuera en sus relaciones con otros hombres.
El caso es que habíamos empezado a cenar, cuando mi mujer ha recibido un mensaje en el móvil de un viejo amigo malagueño, deseándonos felices fiestas y un buen inicio de año.
Son un matrimonio amigo que viven en el sur y con los que en verano pasamos unos días en la playa, tiene un hijo de 14 años. Mi mujer me ha dicho que le iba a llamar para devolverle la felicitación, y cuando estaba hablando con ella, se ha quedado un poco parada, han charlado y al colgar me ha dicho:
-Se han separado y Ángel está en Madrid, solo y sin nadie con quien pasar esta noche. Hemos acordado que tras la cena le llamaríamos para quedar a tomar una copa.
Durante la cena le he dado vueltas a su separación, se llevaban fenomenal y es de esos matrimonios que lo que menos esperas es que se separen. Él es un andaluz gracioso, ingeniero de alta tecnología, trabajador a tope y ella es una mujer rubia, muy graciosa también, voluptuosa en todos los sentidos y que trabaja en un hospital como enfermera jefe. Lo dicho no me encajaba su separación que además parece que es desde hace 3 o 4 meses.
Al terminar de cenar les hemos dicho a mis suegros si les importaba quedarse con los niños, pues acababa de llamarnos un amigo de fuera que estaba solo en Madrid y queríamos ir a tomar una copa. La verdad es que teníamos pensado ir de todas formas, para lo cual mi mujer se había puesto un conjunto de ropa interior rojo con su liguero y sus medias todo a juego, que realzaban sus buenos pechos y culo (96-80-90), con una falda de volantes blanca y una blusa de terciopelo negra. Estaba preciosa.
Le hemos llamado y hemos quedado cerca de su hotel por el extrarradio. Al vernos se le han humedecido los ojos y nos hemos dado un gran abrazo, aunque, me ha parecido que el de mi mujer ha sido un poco más intenso que el mío. La verdad es que en el verano él la miraba con cierto interés y yo también a su mujer, a la que no me hubiera importado hacerle algún favor, por lo que aún notando esa diferencia de abrazo, lo he pasado de momento por alto.
Hemos estado un rato en la cafetería del hotel tomando una copa y luego le hemos dicho que si quería que fuéramos al centro a lo que ha aceptado. Nos ha contado que últimamente no sabe porque reñían por todo y no se llevaban bien y por ello decidieron separarse de prueba un mes, pero que la cosa se ha ido alargando y lo están pasando muy mal.
Hemos charlado de muchas cosas y hemos tomado un par de copas por el centro. Él estaba más animado que al vernos y bromeaba con mi mujer cogiéndola de la cintura en un par de veces, notando yo que a ella no le desagradaba este sobeteo furtivo.
Al cabo de un rato ha sido ella quien ha sugerido que podíamos venir a casa a tomar una copa y charlar tranquilos y ver un poco que pensaba hacer, etc. A mí no me ha parecido mal, así que hemos cogido el coche y nos hemos venido.
Les he dejado en casa mientras yo iba a aparcar el coche y he tardado como 20 minutos, tras los cuales al llegar a casa les he notado un poco nerviosos. Estaban en el salón escuchando música y tomando unos cubatas, pero he notado algo en el aire. Tras un rato de servirme yo una copa mi mujer me ha hecho señas de que la siguiera a la cocina.
-Escucha, Ángel me ha besado al llegar y me ha metido mano, me ha dicho que desde que nos conocimos los cuatro ha soñado con follarme muchas veces y que sabe que a ti te gustaba su mujer, aunque ella esas historias entonces no le iban.
Me quede helado.
-¿Solo te ha metido mano? –dije-
-Si, pues tenía miedo de que llegaras y nos sorprendieras, pero a mí me gustaría acostarme con él esta noche. Está solo y muy deprimido. -me decía como tratando de justificar su comportamiento-
-Está bien, pero hagámoslo natural y si surge el follarte los dos espero que no te vuelvas atrás. -Pues hace tiempo que se lo vengo proponiendo, hacer un trío, sin suerte, quizá esta noche fuera la ideal-
-Vale cielo -me ha dicho dándome un cálido y tierno beso-
Hemos vuelto al salón y ella le ha ofrecido bailar un poco mientras hablábamos. Mientras bailaban me he fijado en como la apretaba contra su cuerpo y en un momento determinado ella le ha dado un ligero beso en la mejilla al que él la correspondió con un beso en el cuello, como si yo no estuviera. Han seguido bailando mientras yo he dicho que iba al baño y desde el pasillo he podido ver como al salir del salón se han fundido en un desesperado beso con todo mientras se acariciaban.
He ido a la cocina a buscar hielo y cuando regresaba les he oído besarse y desde el pasillo he visto como él la estaba desnudando dejándola en ropa interior. He esperado un poco más para ver como se sentaban en el sillón y se comían a besos. Al entrar yo, han seguido como si no estuviera, de pronto Ángel se ha vuelto hacia mí.
-Quillo, eres un tío genial, me ha dicho tu mujer que te ha contado lo que ha pasado hace un momento y no estás disgustado, me gustaría poder disfrutar con ella un rato.
Me he quedado parado y sorprendido, la situación se me hacia irreal pero excitante y atractiva: Un buen amigo me estaba pidiendo follarse a mi mujer en mi propia casa y ella, ya en ropa interior y sin duda muy caliente, nos miraba desde el sillón esperando que yo le diera autorización para ello.
Ella me ha mirado a los ojos y cogiéndole de la mano, se lo ha llevado a nuestra habitación, mientras yo me he quedado en el salón tomándome un whisky y escuchando como justo al lado ellos empezaban a comerse y a jadear. No me parecía ético acercarme a mirar y me he contentado con escuchar sus jadeos y sus revolcones sobre nuestra cama, que por cierto suena un poco pues debía haber engrasado los muelles hace unos meses y no lo he hecho. Pasada una media hora, y tras unos gemidos de mi mujer que conozco y me indicaban que se estaba corriendo como una loca y escuchar también la explosión de él, le he oído salir del dormitorio hacia el baño.
Me he armado de valor y he ido al dormitorio, donde he encontrado a mi mujer aún con el liguero y las medias, pero sin bragas ni sujetador, abierta de piernas sobre la cama, aún temblando por el polvo que le acababa de echar Ángel y cuyos restos de semen fluían de su coño sobre las sabanas.
– Ha sido fantástico, le he dicho que me gustaría que me follárais los dos y en principio no le ha parecido bien, pero me ha dicho que podemos follar mientras él se da una ducha.
Alucinaba en colores, aquel tío me “daba permiso” para follarme a mi mujer, mientras él se preparaba para un segundo polvo. La verdad es que mi polla estaba a reventar y ella allí recién follada sobre la cama estaba pidiéndome con su cuerpo y sus ojos que se la metiera hasta dentro.
Me he desnudado lentamente y me he tumbado junto a ella comenzando a morderle las tetas y a sentir que su cuerpo olía a otro tío que hacía unos minutos había estado sobre ella, he comenzado a magrearla, a besarla a sobarla queriendo recuperar ese olor a mí en su piel, ese sabor en su boca y por fin he decidido que le daría bien duro por el culo, para lo que la he puesto a cuatro patas, mientras notaba como aún seguía saliendo semen de su coño. Poco a poco iba metiendo mi polla en su culo, mientras ella se retorcía primero de dolor, siempre le duele aunque lo hagamos a menudo, pero con cada centímetro que entraba, ella empujaba mas mientras me decía como le gustaba que la diera por el culo.
Cuando he terminado nos hemos derrumbado mientras ella tenía un gran orgasmo y ha sido entonces cuando hemos oído a Ángel aplaudir acompasadamente desde la puerta del dormitorio.
-Genial tío, yo no lo hubiera hecho mejor. -ha dicho sentándose en el borde de la cama y encendiendo un cigarrillo.
Ella se ha revuelto melosa y mientras me ponía a mí una mano en la polla se ha deslizado hacia la de Ángel, empezando a chupársela.
Me he quedado alucinado ante la escena. Mientras Ángel seguía fumando impasible y mirándola con ojos de deseo, ella se ha metido su aparato en la boca y ha comenzado a jugar con él. Tratando al tiempo de pajear mi polla que empezaba a ponerse otra vez tiesa ante el espectáculo de mi mujer mamándosela a otro tío en mis propias narices. Ha sido cuando me he levantado y me he salido al salón, donde tras servirme otro whisky he encendido el ordenador y he empezado a escribir esto. En este momento les oigo jadear y gemir mientras ella le está pidiendo a gritos que le rompa el culo, o sea que la debe estar enculando y que le gusta como la folla. No sé si volveré a participar o “esperaré mi turno” de momento voy al baño.
Eran ya las seis de la mañana. Al regresar me he parado en la puerta del dormitorio, ella estaba con las piernas abiertas boca arriba en el borde de la cama de matrimonio y Ángel semi arrodillado la estaba enculando pero desde delante con lo cual ella me ha visto, poniendo los ojos en blanco de placer, aunque él no me podía ver, pero seguro que sabía de mi presencia, pues la incitaba a decirle cuanto le gustaba que la estuviera follando y cuantas veces ella lo había deseado sin decirlo cuando les visitábamos en la playa, a lo que mi mujer asentía diciendo que muchas noches soñaba que era Ángel y no yo quien la follaba cuando estábamos en la playa y que le encantaba como la estaba partiendo el culo.
Ha sido entonces cuando ella me ha hecho un gesto de que me acercara y le pusiera mi polla en la boca, para lo que se ha retorcido hacia el borde lateral de la cama donde yo me he tumbado y mientras ella se la metía en la boca sintiendo yo entonces los envites de Ángel sobre ella, he podido ver claramente la polla de Ángel entrando y saliendo de su culo.
-Es una autentica yegua esta mujer tuya. No te importa que te lo diga ¿verdad? -me ha dicho sonriendo mientras se aplicaba con más dureza- Seguro que es capaz de estar follando así con los dos toda la noche y querrá más y más.
Le temblaba la voz anunciando su inminente corrida. Entonces, mi mujer, sacándose mi polla de la boca le ha gritado que no se corriera todavía, que quería que nos corriéramos los tres a la vez.
-Una autentica joya -ha dicho Ángel mientras bajaba un poco el ritmo y mi mujer masajeaba su clítoris buscando sincronizar su propio gesto con los envites de Ángel y la mamada que me estaba haciendo-
Tras unos minutos en los que Ángel me ha alabado las capacidades amatorias y “follatórias” de mi mujer con todo tipo de adjetivos, nos hemos corrido los tres de forma salvaje, derrumbándonos los dos sobre ella y ella besándonos y agradeciéndonos ese momento de placer.
Luego se ha levantado para irse a la ducha, mientras nos animaba a hacer lo propio. Ya en la ducha ha sido Ángel quien se ha metido con ella primero enjabonándola y magreándola a placer y ella le ha chupado un poco la polla, luego Ángel se ha salido a secarse y he entrado yo a seguir calentándola con una suave mamadita.
Cuando empezaba a calentarse la cosa, pues dice que quería disfrutar bajo la ducha del recuerdo de los polvos que le acabábamos de echar y que luego quería dormir un rato.
Ángel se ha puesto mi albornoz y yo una bata que había allí y nos hemos ido al salón a seguir bebiendo un whisky.
-Es una autentica fiera -me ha dicho Ángel una vez sentados- puro fuego y pasión. Perdóname pero no sé si será siempre así en cuyo caso necesita más de un hombre para sentirse satisfecha, no porque y tu no la satisfagas, sino porque se la ve insaciable.
-Veras Ángel -le he dicho, mientras le contaba que durante el año, se la han cepillado unos siete tíos, entre amigos míos y compañeros suyos o conocidos de ella. Él asentía como si supiera la historia.
-Yo me di cuenta que era una hembra insaciable cuando ibais por allí en verano, pero los niños, mi mujer, etc., me impedían hacer algo con intenciones más profundas, aunque, si sé los antecedentes, hace unos meses que me hubiera venido de vez en cuando por aquí para echarle algún casquete” y se echó a reír “yo hubiera “descargado” un poco los depósitos, y ella hubiera tenido otra polla mas para disfrutar.
Me miro y me tendió la mano, mientras decía:
-Aunque eso aún se puede remediar, si te soy sincero esta noche me he venido para acá, pues estaba seguro de que podría follármela, llevo días pensando en ella.
Tras esa conversación la oímos volver al dormitorio.
-Donde están mis hombres -dijo con descaro- Fuimos para allá y nos hizo tumbar en la cama a ambos lados de ella.
-Descansemos un par de horitas y luego la traca final -y dándonos un morreo a cada uno se acurruco tratando de dormir-
Dormimos algo más de tres horas, Ángel nos diría después que las necesitaba pues llevaba algunos días sin dormir, y nos despertó el teléfono. Era mi cuñada que quería hablar con su hermana. Me resulto divertido, ¡si ellos supieran!, verla hablando con su hermana como si tal cosa flanqueada por su marido y su amante en la cama mientras empezaba a acariciar nuestras pollas con el fin de ponerlas a tono para el asalto final.
Cuando terminó de hablar empezó a acariciarnos con ambas manos y dijo:
-Debemos darnos prisa, pues he quedado con ella para preparar la comida -y volviéndose a Ángel le dijo:
-Y tu hoy comerás con nosotros.
Ángel me miro sorprendido, yo asentí y fue cuando ella se lanzo sobre nuestras pollas con su boca yendo de una a otra hasta que estuvieron a tono para lograra su objetivo un glorioso “sándwich” que ha puesto punto final a este buen inicio de año.
Nos hemos turnado por el culo y el coño y al final nos hemos corrido ambos sobre ella, pues quería que la bañáramos en leche. Después de darnos un morreo de agradecimiento se ha ido a la ducha y tras vestirse se ha ido en busca de su hermana.
Yo me he quedado con Ángel charlando en casa tras ducharnos y luego hemos ido a su hotel para cambiarse el de ropa.
La comida con toda la familia y el secreto entre los tres, nos esperaba unas horas después.
Saludos.