Relato erótico
Aniversario con cuernos
Fueron a Tenerife a celebrar el aniversario de boda y se “regalaron” unas buenas sesiones de sexo, con “invitado” incluido.
Carlos y María – Zarazoga
En Septiembre pasado, como regalo de aniversario de casados, ya llevamos unos cuantos, nos regalamos unas vacaciones en un aparthotel al sur de Tenerife. Somos una pareja ya madurita, mi mujer es bajita, morena, unas tetas ya un poco caídas, pero con unos pezones grandes y casi negros, desde hace años lleva el coño depilado completamente, bueno este año se dejo una matita pequeña de pelos muy recortaditos en su monte de Venus, yo este año voy completamente depilado.
Al segundo día de bajar a la playa, mi mujer como ya ha hecho en otras ocasiones se quito la parte superior del bikini, quedando sus tetas al placer del sol, cerca de nosotros coloco su toalla un hombre de unos 40 o 45 años, y ni le habíamos prestado atención.
Al mediodía recogimos nuestras cosas y cuando volvíamos al aparthotel, el hombre que estaba a nuestro lado también recogió sus cosas y también fue al aparthotel. En la recepción, mientras recogíamos nuestras respectivas llaves, entablamos conversación sobre lo bien que estaba la playa, el lugar tan encantador donde estábamos, y que por las tardes había más gente etc. Notros estábamos alojados en la planta 3 y el en la planta 6, mientras llegaba el ascensor seguimos conversando y dijimos que nos veríamos esa tarde en la playa otra vez.
Mientras preparamos alguna cosa para comer, le comente a mi mujer lo simpático y agradable que era el hombre con quien habíamos coincidido en la playa, ella me dijo que estaba de acuerdo conmigo, pero que el tío no le había quitado ojo de las tetas y que cada vez que se ponía crema, en él no perdía detalle. Incluso me contó que cada vez que ella lo miraba, se tocaba el paquete, que por cierto, estaba empalmado. Le dije que no me había dado cuenta de nada, pero seguro que al tío le gustaba, ya que tenía unas tetas preciosas y estaba muy buena.
Después de comer y tomar café, nos tumbamos hacer la siesta en la cama, al estar los dos desnudos, en la cama siempre vamos desnudos, comencé a darle unos masajitos por la espalda que tanto le gustan, y bajando la mano llegue al culo, lo masajee hasta que de pronto, mi mujer me dijo:
-Te has puesto caliente, en que estarás pensado-
Sonriendo le dije que estaba pensando en invitar al tío que habíamos conocido para que se la follara.
María respondió:
– Ya sabes que si tú estás de acuerdo, por mi que no quede-.
Nosotros ya habíamos participado en algunos tríos, así como en intercambios de pareja, por lo tanto no sería nada nuevo.
Estábamos calientes los dos y empecé a comerle el culo y el coño que ya estaba lubricado por su calentura. Mientras tanto le decía que se imaginara que el tío aquel le estaba follando el culo.
Ella entre risitas y algún que otro jadeo me dijo que sí, que le gustaría probar a ver qué polla tenia y si sabía hacerla gozar. Acabé follándole el ojete como un poseso.
Sobre las cuatro de la tarde, volvimos a bajar a la playa, pero esta vez mi mujer llevaba un bikini que por la parte de atrás era una simple tira, que se le metía entre la raja del culo y parecía que no llevaba nada, volvimos al mismo sitio de la mañana y una hora más tarde llego nuestro conocido, y al vernos puso su toalla cerca de las nuestras y como María en ese momento estaba boca abajo leyendo, él con su mirada le dio un buen repaso, fijándose que el culo de mi mujer estaba casi desnudo.
Pasamos la tarde entre baños y conversaciones de las cosas que hay en la isla. Nos contó que estaba divorciado y que había aprovechado la oferta del aparthotel y que estaría allí un par de días más.
Con la confianza que fuimos cogiendo, mi mujer ya se quedo todo el tiempo con las tetas al aire y tumbada boca abajo le puse crema por toda la espalda y por el culo. Nuestro nuevo amigo Antonio, mientras yo le daba la crema solar, él estaba de pie contemplando el culo gordito de mi mujer, yo mismo comprobé que se estaba calentando con el espectáculo, ya que cuando llegue con la crema al culo hice que abriera más las piernas y le separe la tira del bikini para que el contemplara mejor su culo que también lo tiene todo depilado, ella seguía tumbada sin decir nada.
Después de un rato boca abajo se dio la vuelta, y ella misma comenzó a darse la crema por la barriga, las tetas y piernas, así como por encima la braguita del bikini, que separaba para no manchar la tela, todo esto mientras Antonio no perdía detalle, entre alguna que otra broma, yo le comente que esta noche tal como iba, le era necesario un desahogo o si no tendría dolor de huevos, todo esto entre risas de los tres, él decía que alguna cosa tendría que hacer.
Al atardecer cuando regresamos al aparthotel, en el ascensor le invitamos que sobre las nueve bajase a tomar con nosotros alguna cosa y que si o tenía compromiso a dar una vuelta por la ciudad, el estuvo de acuerdo, y así quedamos.
Ya en nuestra habitación mientras mi mujer se duchaba le comente que si la idea le parecía bien, ella como otras veces me dijo que si yo estaba de acuerdo que adelante, salió de la ducha y busco entre sus cosas la ropa interior que iba a llevar esa noche, un tanga negro con un lacito tanto delante como detrás y un sujetador a juego que casi no le cogían las tetas.
Antonio fue puntual, preparamos unos whiskys y unas tapas de jamón, queso, calamares, un poquito de ensalada, es decir que hicimos una cena ligera. Antonio nos propuso ir a un pub cercano donde hay bastante intimidad y un ambiente agradable así como buena música, el local estaba bastante concurrido con mayoría de gente extranjera, tiene una pista de baile no muy grande y rodeando la pista grandes sillones con mesas, cogimos nuestras bebidas y nos fuimos a uno de estos sillones un poco apartados de la pista de baile, saque a mi mujer a bailar y la encontré ya muy modosita, por lo que le dije que ahora bailara con Antonio.
Antonio pidiéndome permiso marchó con ella a la pista de baile y yo desde el fondo donde me encontraba muy poco podía ver si hacían alguna cosa, casi media hora estuvieron bailando y cuando llegaron donde yo me encontraba, mi mujer me dijo que iba al lavabo, mientras ella no estaba, yo le comente a Antonio que le parecía nuestro comportamiento y él me dijo que por su parte se encontraba muy bien con nosotros y que mi mujer María le había encantado, cuando llego disimuladamente le dio a Antonio una cosa, que este rápidamente guardo en su bolsillo, ya cerca de las 3 de la madrugada decidimos volver al aparthotel, caminando por la calle la llevaba cogida por la cintura y le pregunte, que como lo estaba pasando, y si seguíamos adelante con el plan, pero también quería saber que le había dado a Antonio.
Me cogió la mano y me la colocó sobre el vestido y vi que no llevaba puesto el tanga. Le di un beso y nos fuimos al aparthotel.
Recogimos nuestras llaves e invitamos a Antonio a tomar la última copa en nuestra habitación mientras, yo preparaba las copas, mi mujer puso un poco de música lenta y se puso a bailar con él, me acerque a ella por detrás y también me puse a bailar, le subí el vestido y le quedó el culo al aire, mientras Antonio comenzaba a morrease con María, me separe y el comenzó a sacarle el vestido que era de tirantes, cayendo este al suelo y mi mujer se quedo solo con el sujetador, aprovechando Antonio a lamerle las tetas sin haberle quitado el sujetador y con la otra mano le tocaba el coño.
Apague las luces principales y solo quede una luz de la mesilla, yo me desnude, mientras ella desnudaba a Antonio, y ella le fue lamiendo el pecho y cogiendo su polla se arrodillo para llevársela a la boca y comenzar a chupársela, yo me tumbe en uno de los sillones que había en la habitación mientras Antonio se llevaba a María a la cama, donde comenzaron un espectacular 69, comprobé que la polla de Antonio no estaba mal, un poco más grande que la mía y tenía poco bello por todo el cuerpo, para mi es que no hacía mucho que se había depilado, como el me dijo más tarde.
Mientras Antonio le chupeteaba y lamia el coño, yo me acerque y comencé a lamerle el ano, a veces nuestras lenguas se rozaban mientras cada uno nos dedicábamos a cada uno de sus agujeritos. María ya estaba súper cachonda, dejó de mamarle la polla a Antonio y se la metió de un solo golpe en su encharcado coño.
Yo me retiré y empecé a pajearme mientras Antonio se la follaba. Ella se sacó la polla del coño y se la metió en el culo que había lubricado yo con la lengua. Era un bello espectáculo.
Antonio se corrió en el culo de mi bella mujer, y cuando acabó se fue al baño, momento que aproveché para comerle el culo y saborear la leche de aquel macho. En aquel momento entró Antonio en la habitación y me dijo que era un buen cornudo y que lo había pasado genial con nosotros. Nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente, nos veríamos en la playa y planearíamos como pasaríamos la noche.
Seguimos follando con el todos los días hasta que se terminaron las vacaciones.
Un saludo para todos de parte de los dos.