Amigos y algo más

Eran un grupo de amigos y solían salir de marcha. Entre ellos estaba una de sus mejores amigas y aunque tenía novio, aquel día le dijo que si quería, podían salir los dos juntos. Fue el principio de una relación con mucho morbo.

Ignacio – Murcia
Dentro del grupo de mis amigos, está Virginia, una de mis mejores amigas, ella es morena de unos 1,75 m, con unos labios carnosos, un culo salido y redondo y unas tetas de impresión, cerca de los 100. Cuando empezó esta historia con Virginia, ella tenía novio y no podía salir con nosotros porque el novio no quería, pero una noche ella se escapó después de que el novio la dejara en su casa y la pasamos a buscar. Esa noche nos divertimos a lo grande y a la vuelta me encargué de dejar a mis otras amigas primero, dejando a lo último a Virginia por vivir cerca de mi casa. Paré el coche en la esquina y le pregunté por qué quería salir sola, lo que me respondió fue que su novio no iba a entender que ella podía divertirse con sus amigos, entonces le pregunté si quería salir una noche solos ella y yo, aceptó enseguida, pero me advirtió lo de su novio y me pidió que no se tenía que enterar nadie.
Después de despedirme y cuando iba a bajar del coche, le dije que le tenía que decir algo, inocentemente se dio la vuelta y es ahí que le di un beso en sus hermosos labios. Esperaba que no reaccionara bien, pero sin embargo recibí la hermosa boca de Virginia que se abría para que pudiera introducir mi lengua y entonces, suavemente, con las dos manos le acaricié la cara y nos fundimos en un larguísimo beso de lengua. Le succionaba su lengua, y Virginia cuando podía me mordía los labios. Pronto deslicé despacito una de mis manos hacia sus grandes pechos y se los empecé a acariciar hasta meterle una mano dentro de su blusa y le apreté unos de sus pezones, que se puso durísimo enseguida.
Animado, le levanté hasta arriba su blusa y sacándole las mamas al aire, me metí uno de sus pezones en mi boca, al mismo tiempo que le cogía una de sus manos y se la llevaba hacia mi entrepierna, pudiendo ella comprobar que yo estaba muy caliente. Entonces bajé la cremallera y me saqué la polla, que ella empezó a manosear haciéndome una paja, pero yo, al rato, le dije queme la hiciera con la boca. Incliné el asiento y Virginia se agachó para empezar a lamer la punta de mi polla, después la lamió entera para lubricarla con su saliva, terminando por meterse toda la verga en su boca, haciéndome una mamada mortal hasta que la avisé de que no iba a durar mucho así, a lo que me contestó que no me inventara problemas, que iba a tratar de no manchar los tapizados.
Al orgasmar Virginia se tragó toda mi leche, sin derramar nada, e incluso me limpió la polla con su lengua. Entonces la hice recostar y la empecé a masturbar rápidamente con mis dedos y así se corrió tres veces, agradeciéndomelo, ya que a su novio solo le gustaba gozar él. Esto me gustó ya que la comparación era a mi favor.

Cuando nos despedimos me dijo que me iba a llamar para vernos otro día o el sábado. Efectivamente, el sábado me llamó y me pidió que fuera a su casa para ver lo que hacíamos por la noche.
Cuando llegué pasamos a su habitación, Virginia me mostraba sus discos y otras tonterías, hasta que no aguanté más, la tomé de la cintura, la atraje hacia mí y le metí toda mi lengua en la boca, fundiéndonos en un hermoso beso. Le puse mis manos en su culo sobre la falda y se lo manoseaba entero mientras ella me mordía el cuello. Así nos pusimos muy calientes, pero en ese momento oímos que alguien venía. Era su madre que llegaba muchísimo antes de lo previsto. Rápidamente Virginia me cogió la mano y me llevó al baño, cerró la puerta con llave y abrió la ducha como para disimular.
Su madre le hablaba y Virginia le contestaba, entonces yo la puse de espalda hacia mí, le subí la falda y cuando le pasé la lengua por los cachetes de su culo, ella me apretaba la cabeza para que parase, pero yo seguí inclinándola y haciendo que sacara más su culo hacia mi boca, sintiendo que se empezaba a mojar toda. Entonces le bajé el tanga hasta la altura de sus rodillas, le abrí bien los cachetes de su lindo culo y le metí la punta de mi lengua en su pequeño ano, pero al dar un gritito de placer le di una toalla para que la mordiera. Ella me dijo que si estaba loco y yo le contesté que sí, loco por su culo. Me advirtió que por allí era virgen y le iba doler seguramente, que no lo iba a soportar y no sé qué otras tonterías.
Yo le dije que iba a salir del baño y cuando se distrajo le puse la toalla en la boca y sin pensar en lo que iba a pasar, apreté mi polla en su virgen culo y pude ver por el espejo cómo mordía la toalla al entrar la mitad de mi verga en tan estrecho agujero y cómo algunas lágrimas salían de sus ojos. Yo, a pesar de ello, bombeaba con toda mi fuerza y Virginia me pellizcaba la espalda al sentir tanto dolor por su ya roto culo.
– ¿Te gusta que te rompan el culo… con tu novio disfrutas tanto de una follada? – le susurraba yo en su oído.
Me corrí dentro del culo de Virginia, después saqué mi polla y pude ver que estaba viscosa con mi semen, lo que me hizo calentar aún más y le hice dar vuelta y que se agachara para chupar mi verga. Virginia, antes de empezar con la mamada, lavó mi polla y luego me hizo, como siempre, una de sus grandes chupadas, orgasmando yo en su cara.
Al rato, al sentir que su madre se iba hacia el patio, me escapé de la casa, pero Virginia se quedó bajo la ducha durante un largo tiempo. Por la noche me llamó para decirme que no iba a salir porque le dolía mucho el culo, pero me aseguró que con la práctica se le iba a pasar. Yo me quedé muy contento pues había encontrado una amiga para joderle el culo cuando quisiera.

Después de tres años de seguir follando cuando queríamos, Virginia se casó con su novio, y estuvimos un tiempo sin vernos, hasta varios meses después de nacer su hijo.
Su marido estaba de viaje y quedamos para vernos y ella estaba muy caliente. Le bajé el tanguita y me puse a chupar su clítoris, orgasmando ella dos veces por lo que yo ya no aguanté más, la puse en el suelo a cuatro patas, le metí la punta de mi lengua en su precioso y más que gordo culo y se lo mojé todo. Se lo lubriqué hasta que Virginia tuvo otro orgasmo, le puse un dedo en su ano y gimió de placer, cogí aceite de baño y le unté por todo su culo y lubricando su ano, le dije a Virginia que con sus manos abriera bien los cachetes que así veía bien su agujero.
Le puse dos dedos en el ano y comencé a bombear fuertemente. Jadeaba y me pedía que no parara, entonces me puse aceite sobre mi polla y jugué con la punta con su culo, hasta que no aguanté más y se lo metí de un solo golpe. Ella pegó un fuerte grito y me decía que me corriera dentro, pero yo le decía que no, que lo iba hacer dentro de su boca, ya que no lo había hecho por un largo tiempo.
Cuando iba a eyacular, la avisé, Virginia se arrodilló y se puso mi polla en su boca hasta que llené de leche toda su garganta y se la tragó toda. No suficiente empezó a mamármela y a continuación se me subió encima y su coño se comió mi polla comenzando a follarme con una voraz pasión. Bombeaba como una loca, se corrió dos o tres veces hasta que no aguanté más y le llené el coño de leche.

Ahora los encuentros son mucho más difíciles, pero encontré un método que dio resultado para poder follar tranquilos. Virginia cuando tiene que ir al supermercado, primero me llama haciéndome el pedido, voy enseguida al súper y compro todo. Ella deja al chico con su madre, diciendo que no la deja comprar tranquila, entonces sale sola y yo la espero a la vuelta de su casa ya con las compras hechas. Si no hay nadie en mi casa vamos para allá pero sino al hotel del barrio.
Estos son algunos de los encuentros con Virginia próximamente ya os contaré nuevas reuniones con ella.
Saludos y hasta pronto.