A pesar de la distancia

Se conocieron en un chat de internet y después de “tontear”, un par de meses, decidieron conocerse. Vivian en ciudades diferentes pero, eso no fue un obstáculo para encontrarse aquel fin de semana.

Raúl – TARRAGONA
Hola Charo, mi nombre es Raúl actualmente tengo 24 años y lo que te voy a narrar sucedió en este mismo año en abril. Ella, Pilar, tiene 20 años y todo sucedió a través de un chat. Al ver su nick me llamó la atención y decidí escribirle para obtener su amistad, pero nunca pensé que sucediera lo que ocurrió.
Mis características físicas son las siguientes: mido 1,70 cm, un poquito pasadito de peso pero no mucho, forma estándar de cuerpo bien definido por los músculos. Ella de 1,80 cm, cuerpo muy sobresaliente, pechos no muy grandes pero de pezones muy erectos apuntando hacia arriba como buscando el cielo y un culo bastante abultado al igual que su sexo que incitan a la lujuria y al placer sexual, pero el cuerpo no fue lo que nos unió sino la voz, ya que una vez después de enviarle un poema muy romántico rápidamente me dio un numero de teléfono para poder hablar y conocerla mejor. Al escuchar mi voz se aferró de una manera que me decía que no podía vivir sin ella y yo, para que se sintiera mejor, le decía lo mismo para consolarla, así nos pasamos entre conversaciones bobas y amistosas cerca de 2 meses, hasta que decidí romper la inercia que nos tenía detenidos.
Ella vive en otra ciudad muy distante a la mía y la forma de llegar es un poco engorrosa, pero al final quedamos en encontrarnos. Había un camping en una playa pero le mentí en decirle que no íbamos solos, que nos acompañarían unos amigos, pero al final esa había sido la trama de la conquista, déjenme recordarles que nunca nos habíamos visto ni siquiera una fotografía solo la voz y algunos poemas.
Al llegar el día acordado yo estaba un poco nervioso porque no sabía a que atenerme, ella me dijo como iba a venir vestida y yo lo mismo, todo era muy difícil y aburrido ya que el transporte en el cual venia se demoró 4 horas por encima de lo previsto. Por fin llegó el momento del encuentro.
Al verla la reconocí de inmediato por la forma en que se describió. Era una chica sensacional… ¡que ojos, que cara, que cuerpo!,
Vestía una blusa blanca casi transparente, de escote abierto que casi mostraba su pecho moreno y se translucía la marca de sus pezones que eran bastante pronunciados. El sujetador que llevaba era de acorde con la blusa pero el que tiene buena imaginación hace ver sin dificultad esas hermosas gemelas locas pidiendo a gritos que las acariciaran. En la parte baja llevaba puesto un pantalón muy bajo de cadera, de esos que se usan ahora y dejan ver las tiras y buena parte de las braguitas.

Después de las presentaciones y muy conformes entre nosotros, ya que nos sentimos atraídos desde el primer momento en vernos, salimos apresurados hacia la playa, en mi moto que estaba estacionada cerca. Tenía reservada habitación en un hotelito.
Al llegar y entrar en la habitación, las palabras estaban de más así que nos fundimos en un beso que no quería acabar jamás. Luego me pidió asearse, ya que el viaje había sido extremadamente largo y necesitaba sacarse el polvo del camino, sin reparos le mostré el baño y se dirigió al mismo.
Yo no podía perder ni un instante ya que íbamos a pasar solo el fin de semana juntos y tal vez no volviéramos a vernos. La puerta del baño no tenía pasador, bueno si tenía pero yo inteligentemente había estado antes de su llegada y lo había retirado a propósito, me acerqué a la puerta y le pregunté si necesitaba ayuda a la cual respondió positivamente. Realmente los dos estábamos muy cachondos ya que de vez en cuando rompimos la inercia por teléfono y una que otra vez habíamos hablado de las relaciones sexuales.
Al entrar en el baño la vi bajo la ducha con todo su esplendor de cuando su madre la trajo al mundo. ¡Que bien lucía! Se veía un gran trasero al descubierto, que fue lo primero que me excitó cuando entré en esa habitación, y rápidamente la vista envió una señal al cerebro y mi polla empezó a tomar medidas extremas. Te diré, Charo, que no es muy pequeño, alrededor de 18 cm, pero también de un gran diámetro. Me saqué el slip y quedamos desnudos los dos, ella se giró y al ver semejante herramienta rápidamente, sin perder el tiempo, se lanzó sobre mi polla acariciándola y manoseándola con la punta de sus labios hasta que comenzó a darme una mamada descomunal, como poseída por el diablo.
Se la engullía casi totalmente en su boca, pero las proporciones que tengo no le permitían tragárselo en su totalidad y entonces, muy sensualmente, prosiguió la cuestión ya comenzaba a chuparla como si fuese un helado. Yo acariciaba sus pechos y masajeaba los pezones que en ese momento ya estaban muy duros. Se la notaba muy excitada por lo que, retirando una mano de sus tetas, la utilicé para llevarla a su coño y acariciar su clítoris, que lo pedía a gritos.

Al llegar a él, me di cuenta que estaba totalmente mojada, deseando ser penetrada así que, rápidamente, me senté en el inodoro y la puse a horcajadas sobre mi sexo y ella, con maestría, agarró mi polla y comenzó a frotársela de arriba abajo, de izquierda a derecha, tipo brocha en la puerta de su humedecido coño.
– ¡Asiiií… mi amor… métemela, dámela toda… hazme tuya que me tienes loca… hace dos meses que he estado deseando este momento…! – gritaba muy excitada.
Después de varios masajes de brocha sin penetrarla, la hice llegar a un prolongado orgasmo y entonces, aprovechando sus más que abundantes jugos, dejé entrar mi miembro en su coño, pues yo ya no podía aguantar más y comencé la follada salvajemente,
– ¡Tómala, te la tenía guardada solo para ti! – le decía yo – ¿Te gusta?
– ¡Sí, cariño, me gusta tu polla que está loca por entrar en mi, acaba de metérmela en el coño, que no aguanto más! – contestó
Con todo lo mojado que estaba su chocho la penetré con un poco de dificultad ya que era extremadamente estrecha y que, como he dicho antes, mi polla es bastante ancha. Uno que otro sollozo salía de sus ojos, entre gemidos de placer y dolor, pero gozábamos de gran locura y lujuria. Después de varias embestidas y cuando estaba a punto de correrme, le pedí que se la metiera en la boca y continuara sobándola y sin esperar mucho más, orgasmé en su boca lanzando una gran cantidad de esperma por toda su cara y ella, sin despreciar una gota, me exprimió al máximo la polla hasta quedar sin rastro de semen.
Al concluir estábamos exhaustos. Entonces nos duchamos juntos, nos secamos y nos preparamos para ir a comer ya que estaban a punto de cerrar el restaurante.

Después de la comida nos dirigimos a la habitación, nos recostamos y tras unos pocos minutos de descanso, comenzamos de nuevo lo que iba a continuar como un fin de semana de sexo, pero eso lo contaré más adelante, ya que todo no terminó en ese momento.
Saludos y besos de los dos.