Relato erótico
Si mi Ama
Desde hace un tiempo es la “esclava” sumisa de su Ama. Fueron a una despedida de soltera, pero en cuanto pudieron se marcharon. Fueron a un local de ambiente liberal y allí hizo todo lo que su Ama le pidió.
Tere – San Sebastián
Soy Tere, tengo 42 años, no muy alta, 65kg, ancha de caderas, buen culo, pecho grande, algo caído, aunque se conserva duro, gran aureola y el pezón bastante grueso, muy fácil de coger. Bueno, ya me he presentado y ahora quiero contaros mi primera experiencia como puta de mi señora. La ocasión que habíamos preparado para poder salir sin que mi marido sospechase nada, fue la despedida de soltera de una compañera de trabajo de Ali. Al principio de la despedida, fue lo más habitual, cenar, las típicas chorradas y la visita obligada al salón de striptease. Me costó bastante integrarme en el grupo. Todas menos una con tipazos, con sus tops y falditas o pantalones bien ajustados. Yo, por lo contrario, y a petición de Ali, llevaba un vestido entallado de tirantes anchos negro. Como ropa interior llevaba un sujetador sin tirantes de encaje y raso trasparente, un tanga y medias de licra. Sobre la una y media, decidieron que iríamos a la zona de discotecas pero nosotras fuimos a pasear y nos quedamos solas, pendientes del móvil para regresar todas juntas. Fuimos tomando copas en varios pubs y la verdad es que me sentí mucho más libre, el ambiente me gustaba, había de todo, jóvenes bebidos, parejas jóvenes metiéndose mano sin el mayor reparo…
En uno de los pubs vimos un show de una pareja y este fue el detonante de que Ali tomara las riendas de todo. Siempre procuraba estar detrás y como en las aglomeraciones de la actuación todos empujaban, yo podía sentir perfectamente cómo me tocaba el culo o como se pegaba a mi restregándose notando sus pechos e mi espalda. Después de la actuación, el ambiente había subido bastante de tono y se veía como las parejas ya echas se daban buenos magreos. Empezamos a bailar en la pista y enseguida empezaron a rodearnos y a mirarnos buscando nuestra complicidad. La pista estaba llena, por lo que más de uno se aprovechaba para arrimarse y sobarnos a conciencia. La cosa se estaba animando y prácticamente fuimos rodeadas por un grupo de hombres que no paraban insinuarse y tocarnos. Ali me dijo de acompañarla al aseo, y yo la seguí abriéndome camino detrás de ella. Nada más entrar.
Ali me cogió y me apoyó contra la puerta, besándome y acariciándome todo el cuerpo por encima de la ropa, y como sin preámbulos, metía su mano bajo el vestido para acariciarme, echándome a un lado el tanga.
Noté como de un golpe me metía un dedo en el coño moviéndolo muy deprisa dentro y fuera sin ningún miramiento, después lo sacó y me puso de espaldas a ella, apoyada contra su cuerpo, me subió el vestido mientras se entretenía jugando con mis labios, estirándolos y dándoles pellizcos, mientras seguía ahora masturbándome directamente sobre el clítoris mientras con sus piernas me hacía abrir las mías hasta apoyarlas a ambas paredes del aseo. Ya empezaba a ejercer de mi ama y estábamos las dos excitadas al máximo. Podíamos oír, aunque no entender la gente que entraba fuera a otros aseos. Me mandó separar mis labios con las manos, abierta de piernas, y siempre con el tanga por medio, mientras ella metía la mano por dentro del tanga y empezaba a frotarme el clítoris, despacio, pero presionando mucho y su otra mano se metía por mis tirantes pellizcándome los pezones estirándolos, mordiéndome el cuello. En poco tiempo empecé a expresar con mi cuerpo que me corría, de un empujón me lanzó hacia delante y para no caerme, me apoyé sobre la pared, al intentar reponerme me sujetó por los hombros indicándome me quedara en esa posición con las piernas separadas.
Ella detrás de mí me levantó el vestido y pasó su mano por mi coño, que seguía con los labios por fuera del tanga, sujetándolos entre sus dedos y dándome tirones de ellos, mientras con su dedo grueso me acariciaba el clítoris, consiguiendo ponerme de nuevo al límite del placer. Se mantuvo así un tiempo sintiendo como yo no dejaba de mover el culo buscando su contacto, pero ella sabía perfectamente lo que buscaba y apartó la mano.
– Bien putita, ya estás preparada, a partir de ahora eres mía.
– Si Señora.
Y sujetándome fuerte las nalgas, me dio unos azotes, dejándome el culo rojo y bien caliente.
– ¡Gírate! Dame el sujetador, a partir de ahora iras sin él, marcando tus pezones bien excitados y esas tetas de zorra que tienes.
Mientras me pellizcaba los pezones, me hizo besarla y apoyó mis manos sobre sus caderas. Dejando que me apoyara sobre su pubis y mis dedos jugaran entre su entrepierna; apenas un par de veces fui capaz de pasarlos, pues enseguida de un tirón en los pezones me hizo poner de puntillas, sujetándolos mientras salía su sonrisa más sarcástica.
– Sube a la taza del wáter y levántate el vestido.
Me bajó el tanga y lo dejó a mitad del muslo y allí las cogió con las cintas del portaligas, soltándome las medias y dejándolas cogidas únicamente por la pequeña presión que hacían en su costura.
– Ahora saldremos y bailarás en la pista frente a mí .
Nada más salir, me cogió de la cintura y paso sus manos por todo mi cuerpo, frotándome por encima del vestido el pubis y girándome me besó, mientras me cogía por el culo y me daba tres cachetes. La sensación era incomodísima, a cada paso notaba como se deslizaban las medias y como el tanga a medio muslo me limitaba el andar. Fuimos a la barra y pedimos dos copas. Ali, siempre detrás de mí, no cesaba de acariciarme el culo, incluso cuando estaba pidendo a la chica de la barra me cogió por los pechos. Fuimos a la pista y estuvimos bailando, enseguida nos rodearon un grupo de jóvenes, marcando sus cuerpos jóvenes y bien cuidados. Ali sabía lo que buscaba y estaba a punto de encontrarlo. Estuvimos bailando un rato, se sentó frente a mí y estuvo observando como bailaba y como el grupo me rodeaba hasta que me hizo el gesto que me subiera las medias. Mi primera intención fue salir de la pista e ir donde estaba, pero con la cabeza me dejo bien claro que no que quería fuera de allí. Sin pensarlo paré de bailar y mirándola a los ojos, me las fui subiendo. Después de esto me llamó y me hizo sentar en un taburete y ella de pie detrás de mí, las dos de cara a la pista, mirando al grupo de chiquillos.
No tardó nada en empezar a besarme la nuca y a recorrer con sus manos mi cuerpo, primero por las caderas y los muslos, luego los pechos sin ningún disimulo, mientras veía al grupo de chicos como no paraban de mirar, y cada vez que intentaba quitar la mirada, ella desde atrás me hacía volver a mirarlos directamente. Ali cada vez iba a más, sentí como bajaba la cremallera de mi vestido y se dedicaba a pasar sus dedos por ella, haciéndome sentir escalofríos. Incluso sentí como deslizaba uno de mis tirantes quitándolo del hombro metiendo las manos por detrás, sujetándome los pechos y amasándomelos, mientras veía las miradas directas de los chicos en mis pechos y siguiendo cada movimiento de las manos de ella. Podía ver sus entrepiernas y como se les marcaba el pene del espectáculo que estábamos dando. Ella seguía con mis pechos, sentía como me los pellizcaba y los mantenía entre sus dedos apretándomelos y de vez en cuando sentía sus labios en mi hombro húmedo y como jugaba con su lengua en el cuello. Sacó las manos del vestido, las puso en mis hombros y bajó el tirante que quedaba, sujetándome el escote con su mano, hasta que hizo un gesto a uno de los chicos que se acercara. Ali le hablaba en el oído y él asentía.
Ali metió la mano por el escote y cogiéndome la teta, la empujó hacia arriba sacándola del vestido al tiempo que volvía hablar con el chico. Este posó su mano en el pecho y Ali sujetándosela fue deslizándosela hasta mi pezón, dejándosela allí mientras me separaba las piernas, sintiendo el tanga clavarse en mis muslos, cogía al chico y lo empujaba entre mis piernas por sus caderas mientras me cogía una mano y me la ponía sobre la polla del chico por encima del pantalón, acompañando mi mano con la suya, disfrutando de la erección que tenía el chico, sintiendo en mi palma las contracciones que hacia el chaval. De golpe giró el taburete quedando el chico detrás de mí y yo frente a ella. Sentí como el chico me subía la cremallera y Ali volvía a meterme dentro mis pechos.
– Nos vamos.
Y sujetándome por la cintura, me hizo incorporar y andar hacia la salida. Al ponerme de pie sentí como de la excitación, unas gotas corrían por mis muslos, sin poder reaccionar. Al salir, me cogió y besó como pocas veces, diciéndome que estaba excitadísima. Decidimos entrar a tomar un café a otro local con el propósito de relajarnos y centrarnos un poco, pues habíamos dado un espectáculo. Al sentarnos hablamos de lo que había pasado, confesando lo mucho que nos había gustado. Al rato decidimos ir a buscar al resto, pero al ir a pagar el camarero nos dijo que estaba pagado y nos indicó a una mesa en la otra parte de la barra donde estaban los 4 chicos del pub. Ali me dijo que tenía que seguir haciendo lo que me mandara. Me envió al baño a arreglarme y se acercó a hablar con ellos. Cuando volví me dijo:
– Ese será tu primer acompañante, está todo arreglado y he hablado con ellos.
Todos permanecían callados y mirando la mesa. De pronto todos se levantaron y el que me había tocado, nada más levantarse me cogió por la cintura. Al salir, Ali se acercó y me dijo que tenían un apartamento alquilado. Yo acepté con la cabeza y la besé dulcemente delante de todos.
A los pocos minutos estábamos en los apartamentos. Entramos y fuimos directos al sofá, nadie hablaba, el ambiente era de lo más tenso y de nuevo Ali tomó la iniciativa.
– Tere ¿a qué esperas? Sácale la camiseta y pantalones.
Se lo quité, apareciendo unos slips marcándole la polla totalmente erecta. Los bajé y apareció a la altura de mi cabeza, estaba durísima nada comparada con la de mi marido, esta miraba completamente hacia arriba, apenas tenía bello, la cogí con una mano, el chico movía la cadera, miré a los demás que seguían de pie frente al sofá, totalmente desnudos. Note la mano de Ali apoyarse en mi cabeza, haciéndome presión hacia delante y enseguida entendí lo que quería, cerré los ojos, lo cogí por las caderas, lo acerqué hacia mí y puse los labios sobre él, sintiendo al instante el sabor que su líquido pre seminal, me hizo retroceder la cabeza pero Ali de nuevo me la sujetó e hizo acercarme a ella, primero con la lengua fui recorriendo su glande, hasta que abrí los labios y fui metiéndome el glande. Cada vez que intentaba sacarla, me encontraba con la mano de Ali que volvía a empujarme de nuevo hacia adentro, hasta que el chico no pudo más y soltó un chorro que cayó sobre mi vestido. Se retiró de mi lado, mientras Ali me daba papel para limpiarme, y podía ver como los otros tres seguían de pie frente a nosotras, mirándome y tocándose las pollas.
Ali llamó a otro y lo puso igual, frente a mí, con su polla a la altura de mi cara, y repitió la escena anterior, pero esta vez de forma más fuerte y forzándome a meterme más su polla, incluso en ocasiones me mantenía dentro sujeta para que no pudiera moverla.
A la tercera vez empezó a dar culadas para correrse y yo de forma refleja, intenté por todos los medios salir y Ali al darse cuenta, me dejó hacerlo, pero le dio una palmada con la punta de los dedos en los testículos y reaccionó cortándole la corrida y girándome la cara me miró y me dijo que si no quería que se corriera sobre mi vestido que llegara hasta el final y la bebiese toda porque no me iba a dejar limpiar como antes y que ella misma lo masturbaría para que se corriera sobre mi vestido, asentí con la cabeza y empecé de nuevo, pero esta vez quería se corriese deprisa, por lo que no hizo falta que ella me sujetara la cabeza. Sola me dediqué a él y pronto noté como se dilataba su glande y escupía la leche que tuve que tragar para no mancharme más. Llamó al tercero, era el que tenía la polla más grande. Se puso como sus compañeros y se tomó su tiempo, se notaba que este sabía lo que se hacía, fue diferente, no era yo quien se la mamaba, si no él quien me follaba a mí.
A Ali esto le gustó y se recostó al lado de mí en el sofá mirando como me sujetaba la cara y me envestía con la polla. Ali era la que lo guiaba. Igual me la metía hasta el fondo y allí se movía sin sacarla, sujetándome la cabeza y acompañándome con sus movimientos, que la sacaba totalmente fuera y me hacía lamérsela, o me la restregaba por las mejillas. Tanto me estaba follando que sentía como mi saliva me caía por los labios, hasta que empezó a soltar dentro de mi boca. A esas alturas me dolía toda la cara y me sentía totalmente agotada, estaba toda mojada, sentía todo pringado, desde mis manos, mi cuerpo y el sexo por mis propios flujos. Solo quedaba uno, se puso de pie frente a mí y vi como Ali se levantaba, se ponía detrás de él y le sujetaba la polla hasta que me indicó que empezara y Ali empezó a masturbarlo al mismo tiempo que yo lo sentía entre los labios, pero por suerte este apenas tardó en correrse. La primera bocanada de esperma me pilló justo en la entrada de los labios y salió la mayoría fuera de ellos, llenándome la cara y mi vestido. Nada más terminar, Ali se acercó y me dijo:
– ¡Te dije que la quería toda dentro!
Me remango el vestido, dejando mi culo en pompa, se puso de nuevo a hablar con los chicos y de repente sentí como una mano se estrellaba en mi culo.
La sentí cabreada y enrabiada a la vez me separo los tobillos notando como se deslizaban gotas por mis muslos, cosa que no pasó desapercibida para ella, y para humillarme más, metió sus manos entre mis muslos y empezó a pajearme como una posesa, y al mismo tiempo volvía a darme en el culo, mientras oía a los chicos jalearla y reírse. Siguió dándome cachetes, hasta un total de diez. Al terminar sentía el culo arder. Me dejo en esa posición y a los pocos minutos sentí como cada uno de ellos se acercaban a mí y se dedicaban a tocarme por todos los lados, sobre todo el coño, me estaban literalmente explorando, me acariciaban las nalgas, el coño estirándome los labios… No dejaron ni un solo rincón de mi cuerpo sin tocar, hasta que llegó el más lanzado y se dedicó directamente sobre mi coño ofrecido por detrás. Empezó con suavidad, pero cada vez lo hacía mejor, y su dedo no fallaba ninguna vez, daba directamente sobre el clítoris hasta tal extremo que empecé a jadear y expresar que me corría.
Ali sabía que estaba súper excitada, le pedí por un momento para ir al aseo y me acompañó. Le confesé que estaba disfrutando como nunca, me besó tiernamente y acarició mi cuerpo como ella solo sabe hacerlo.
– Ahora te daré yo a ti el espectáculo. Siéntate y observa.
Al salir estaban los cuatro sentados en el sofá, se podían ver sus pollas tiesas y Ali se puso delante de todos y se desnudó quedándose tan solo con un tanga color carne. Les dijo algo y vi como cada uno de ellos empezaba a pajearse frenéticamente delante de ella, mientras se masturbaba de pie frente a ellos cuando el primero levantó la mano, Ali enseguida fue hasta él y se sentó encima, dándole la espalda, metiéndose su polla entre las piernas y follándoselo entre los muslos; podía ver como su polla salía a cada envite por entre sus muslos y se corría, llenando su tanga de esperma.
Conforme terminó con este fue al siguiente, y este hizo lo mismo, enseguida empezó a suspirar para correrse. A los dos últimos los hizo terminar en nada, solo saltando y frotándolos con sus muslos. Cuando terminó, se puso de pie y la pude ver llena de leche. Regresamos a casa a las seis de la mañana. Ali a la semana siguiente vino a casa y entonces fue cuando me amó tiernamente, dándome todo el placer que no había querido que yo alcanzara.
Un beso para todos.