Una amiga “muy amiga”

Dice que su mujer tiene un toque bisex y que muy a menudo han fantaseado con que otra mujer está con ellos y le come el coño hasta que se desmaya de placer. Gracias a una amiga de su mujer, las fantasías pasaron a ser realidad.

Raúl- Granada
Queridos lectores, hoy me he decidido a compartir un relato el cual en su totalidad es real como la vida misma. Somos un matrimonio joven de unos treinta y muy pocos yo y casi treinta mi mujer. Siempre hemos disfrutado del sexo como pareja realizando toda clase de posturas, tocamientos, etc. sin ningún tipo de vergüenza desde el primer día. Es por eso que funcionamos de maravilla.
Mi mujer dice que aunque antes de conocerme había tenido un noviete y habían follado, nunca la había hecho disfrutar tanto como yo. A ella le encanta que le coman el chocho y aquel tío no le gustaba nada, por eso el primer día que le hice una “comidita” cayó rendida a mis pies.
Y ahora voy a ir al grano. Desde hace mucho tiempo nos ha gustado fantasear y nos imaginamos que follamos con otras personas, especialmente chica, ya que mi mujer tiene un toque bisex.
Acabábamos de cenar y mientras tomábamos café me dijo algo que me sorprendió. Me contó que una amiga suya, a la que llamaremos Toñi, le dijo que a ella también le gustaría montárselo con una mujer. Se puso cachondo solo de pensar que su amiga le comía el chochito. Como es de suponer después de esta conversación follamos como nunca.
Eloísa, que así se llama mi mujer, le contó a su amiga que habíamos follado a su salud y que nos gustaba mucho imaginar que estaba con nosotros y a su amiga le gusto la idea de follar con nosotros ya que se conocían desde hacia tiempo y se tenían confianza.

Un día mi mujer me dijo que por la tarde se pasaría por casa de su amiga que tenía que recoger unas cosas. Llegué a casa desde el trabajo y me extraño que no hubiese llegado. Al poco rato recibí un sms a mi móvil. Era Toñi que me contaba que mi mujer había probado su “juguete” y que habían disfrutado mucho. Reconozco que mientras lo leía se me puso morcillona.
No pude aguantar más y llamé a mi mujer. Sonriendo me dijo que Toñi se estaba dando un baño y que enseguida venia a casa. Estaba excitado, me moría de ganas de que me contara que había pasado.
Preparó la cena y quise sonsacarle información, pero dijo que era mejor hablarlo en la cama y nos pondríamos en situación. Aquel día me di prisa en cenar, tomamos café y nos fuimos a la habitación.
Dijo que al llegar a casa de Toñi, se la encontró vestida con una bata semi transparente y sin bragas. La hizo pasar al salón y encima de la mesa vio el consolador que le habíamos regalado y una revista Clima. Quedaba claro que la había pillado mientras se estaba haciendo una buena paja.
Mi mujer se acercó y la besó en la boca, entonces Toñi le dijo que mejor ir a la habitación que allí podían verlas los vecinos.
En cuanto llegaron a la habitación Toñi se tumbó en la cama y mi mujer, con el juguetito comenzó a rozarle las aletitas rosadas y el clítoris. Toñi se retorcía de gusto. Después le metió el consolador hasta el fondo del coño y empezó un metisaca rápida. Arqueaba el cuerpo embestía el aparatito hasta que se corrió. Cuando acabó de orgasmar, entre susurros le dijo a mi mujer que se lo metiera por el culo. A Toñi le encanta el sexo anal y Eloísa me contaba que le gustaba metérselo por el culo y ver como el coñito y el ojete se contraían. Consiguió que se volviera a correr.
Y llegó el turno de mi mujer. A Toñi le gusta comerse un chocho y ya os he contado que Eloísa es una de las cosas que más le gusta.
Se tumbo en la cama, con las piernas separadas esperando ansiosa la lengua de su amiga, que por lo visto es una experta en este terreno. Le pasaba la lengua a lo largo de toda la raja, deteniéndose en el clítoris, lo chupaba un rato y volvía a lamer.
Mientras me lo contaba, le dije que se estirara en la cama y le hacía lo mismo que le había hecho su amiga. Casi no podía hablar del gusto que le proporcionaba.

Entrecortadamente me dijo que cuando Toñi creyó que ya estaba muy caliente, le separo los labios a tope, metió la boca sobre su pepitilla y la mamó como si fuera un chupete. Hice lo mismo y a los pocos segundos me llenaba la boca con su largo orgasmo. Aparté la cara y le pregunté:
. ¿Te has corrido tan abundantemente con Toñi?
Dijo que si y que además, mientras le comía la pipa, le había metido el consolador consiguiendo que tuviera cuatro orgasmos.
No podía ser menos, pero en lugar de meterle el consolador, me volví a dedicar a mamarle el clítoris hasta que se corrió tantas veces que gimiendo me pidió que parara.
Yo estaba empalmado y muy caliente. Mi polla rezumaba babilla, por lo tanto, tal y como estaba en la cama, se la acerqué a la boca y le dije:
-Espero que me des el mismo gusto que te he dado yo, golfa. Chupa y bébete toda la leche que tengo para ti.
Eloísa agarró la polla con una mano y mientras me pajeaba empezó a chuparla. No era una mamada lenta como las que solía hacerme. Me la chupaba rápido y aguanté poco. Me volqué totalmente en su boca.
Eloísa continuaba muy caliente y como yo no me había movido siguió comiéndome la polla hasta que consiguió que se me pusiera dura como una piedra. Entonces dijo algo que me dejó pasmado:
-Ahora que la tienes a punto, me gustaría que me estrenaras el culo. Cuando le metía el consolador en el ojete de Toñi y he visto lo que gozaba, he pensado que sería mejor que lo hicieras tú. He comprado vaselina en la farmacia, está en mi bolsa.
Me levanté rápido como una flecha, no podía pasar por alto aquella oportunidad. Me moría de ganas de darle por el culo y alguna vez que lo había intentado, me habida dicho que no.

Volví con el tubo, le unté el agujerito en abundancia, me puse una buena cantidad en la polla y apunté el capullo. Se colocó a cuatro patas para que entrara mejor, por lo tanto con una de las manos le pajeaba el clítoris y así la ponía a punto. Poco a poco fui empujando hasta que entro hasta que mis cojones chocaron con su coño.
La bombee despacito, pero Eloísa, entre la paja que le estaba haciendo y el placer que sentía, gritando decía:
-Así mi amor así, dame fuerte. Ohhhh que gusto, que gusto…
Aceleré la follada, ella se corrió y yo volví a correrme. Evidentemente no solté mucha leche, pero el gusto fue bestial
Cuando nos calmamos, nos fuimos a dar un buen baño y mientras estábamos relajados en la bañera vi que cogía el teléfono inalámbrico que había al lado. Le pregunté que a quien iba a llamar y poniendo un dedo sobre sus labios para indicarme que me callara dijo:
-Hola Toñi, me estoy dando un baño relajante. En cuanto he llegado a casa le he contado a Raúl lo que hemos hecho y hemos follado como locos, de hecho, hoy me ha estrenado el culo… ¿Me estás oyendo? Estás respirando muy deprisa, ¿Acaso te estás haciendo una paja con el consolador?… eres muy guarra sigue, me gusta oírte.
Nuestra amiga Toñi nos estaba dedicando una “corrida telefónica” impresionante. Se me puso morcillona mientras se corría.
Quedaron que al cabo de dos días, que era sábado, vendría a cenar y si nos decidíamos montaríamos un trío caliente y guarro.
Se despidieron y cuando colgó Eloísa me dijo:
Cariño, descansa que tienes dos hembras para satisfacer, pero no sufras, le diré que traiga a su amiguito de plástico.
Nos fuimos a la cama y nos quedamos dormidos como troncos. Lo que ocurrió al día siguiente os lo contaré en otra ocasión.
Besos para todos de parte de los tres.