Noche de sexo bestial

Una amiga de su chica los había invitado a cenar. Sabía que su chica había tenido un rollete con él, pero no le dio importancia. Cenaron, tomaron unas buenas dosis de vino y cuando se sentaron en el sofá se desencadenó lo que iba a ser una noche de sexo bestial

Ricardo – Burgos
Aquella noche solo teníamos que ir a cenar a casa de Miriam, la llamo así porque ella es Miriam y el marido un poquito iluso, nos conocíamos bien.
Ella era amiga de Isabel mi chica del momento, él había tenido una noche de sexo con Isabel pero al parecer y según el mismo contaba se quedó con ganas de haberlo hecho mejor porque decía que la había dejado a dos velas y claro, tenía la espinita clavada y quizás por ello pasó lo que a continuación voy a contarles.
Era una noche cálida de verano de hace un par de años, Miriam nos había invitado a cenar y después tomaríamos unas copas.
De primero ensalada al centro con entrantes de ibéricos, nos sentamos enfrentados los chicos en un lado de la mesa y ellas en el otro pero cambiando la pareja, Miriam delante de mí, e Isabel, frente a Enrique. No sé porque pero empecé a pensar que esa noche podía ser diferente. Miriam es una mujer muy atractiva, incluso más guapa que mi chica. Llevaba un vestido corto de raso que se le pegaba a la piel y que no dejaba nada a la imaginación.
Ella era morena, ojos verdes, 170 cm, con buenas tetas, caderas anchas y cintura estrecha, bien proporcionada, con un culo prieto que me tenía babeando. Era lógico, tenía 29 años y era profesora de aerobic.
De segundo unas gambitas a la plancha unos chopitos y unos patés, ya se me habían caído dos veces los cubiertos para ver que escondía debajo del vestido y solo se intuía un tanguita diminuto de color blanco, el vino ya estaba empezando a funcionar porque veía también a Enrique como no quitaba los ojos del escote de Isabel. Llevaba unos pantalones de lino blancos transparentes que dejaban ver que llevaba tanga. Una camiseta escotada que no era muy bonita pero que atraía las miradas de los tíos, de hecho ella era más bajita y delgada que Miriam pero bien proporcionada.
De tercero un pescado a la sal creo que era dorada pero yo de pescado no entiendo. Lo que cuenta es que bebíamos vino he íbamos ya por la tercera botella, creo que la lujuria ya se mordía en el ambiente porque a la hora de servir, las chicas ponían sus senos en nuestras cabezas y me estaba excitando ver a Isabel jugando con Enrique, al tiempo que Miriam, jugaba delante de su marido conmigo.
Una vez acabada la cena pasamos al salón y Enrique sirvió unas copas que según íbamos vaciando desinhibía nuestras mentes, comenzábamos a tener unas charlas ya subidas de tono:
-Y tu Roberto ¿Cómo tienes la polla? -dijo Miriam-
– Pues más o menos como la de tu marido según dice Isabel -le contesté al tiempo que soltaba una carcajada-

-Joder es que estos dos han follado ya pero yo no tengo el placer de haberte visto.
-Pues si Isabel está de acuerdo, podríamos cambiar de pareja -dijo el marido-
-Primero tendría que ver si tu mujer esta buena o no –dije-
Isabel y Miriam se miraron a los ojos, se levantaron y empezaron a desnudarse.
Enrique ya tenía una erección y nos dimos cuenta los tres. Isabel me guiño un ojo y comenzó a sobar el miembro de Enrique que parecía gritar: “¡dejadme salir!”.
Miriam se sentó sobre mí a horcajadas haciendo que mi polla empezase a ponerse dura, mi respiración se iba acelerando por momentos y la sangre iba llenando las cavidades internas de mi polla.
Ella notó el bulto de mi entrepierna y con un solo tirón desabrochó mi pantalón dejando a mi polla libre, que saltó como un resorte mirando al techo. Me di cuenta que los otros dos ya estaban desnudos haciendo un 69.
Miriam de un movimiento se puso de rodillas y empezó a comerme el rabo de forma suave, pero ¡madre mía!… Estoy escribiendo y solo con recordarlo la tengo tiesa. Hacía virguerías con la lengua porque al poco tiempo me corrí, no le dije nada así que se trago toda la leche, sin dejar de chuparme la polla. Fue sin duda una de las mejores corridas que he tenido mientras en el lado contrario Enrique ya había llegado a su clímax y se corría en las tetas de Isabel.
Al poco tiempo mi polla ya estaba de nuevo dura como el cerrojo de un penal, en ese momento cogí a la aeróbica y me puse a comerle la raja de forma frenética, y empezó a gemir y a gritar lo que hacía que mi polla no desfalleciera. Me pedía a gritos que me la follara.
Acto seguido me puse encima de ella metiéndosela de golpe, lo que hizo que gritara. Empecé un frenético mete-saca que hizo que se corriera otra vez. Al poco rato, se corrió dos o tres veces más hasta que me dijo que parara, que no podía más y necesitaba beber.
En el campo contrario Isabel hacia lo que podía con Enrique que no conseguía que se mantuviese duro su falo, así que fui a echarle una mano y en un descuido de Isabel cuando tenía el culo en pompa fruto de la zampada que le estaba haciendo a Enrique, yo que todavía tenía la polla erecta, la puse en la entrada de su chocho lubricado.
Se la metí, toda ella se estremeció de placer empezando a un ritmo lento que poco a poco fui acelerando. Isabel estalló en un orgasmo que hizo que se cayeran los flujos manchando el sofá, y aI poco rato Isabel sudaba porque sabía lo que le esperaba, así que puso el culo mas en pompa que antes, saque mi polla envuelta en sus flujos y se los puse en la entrada del culo, presione con la punta de la polla un poquito y entró sin problemas, ella y yo ya lo hacíamos habitualmente pero nunca delante de desconocidos o conocidos.
Acto seguido llego Miriam, que vio como enculaba a Isabel y se puso a comerle el coño, Isabel ya no aguantaba más y se volvió a correr y yo con esas vistas tampoco me contuve y eyacule en el culo de mi chica.

Enrique intentaba pajearse con la escena pero no se le ponía lo tiesa que debiera haber estado, miraba con atención lo que hacíamos quería intervenir pero no podía. Miriam dijo en voz alta que ella era virgen por el culo y que si dolía mucho, a lo que Isabel contestó que dolía un poco más que cuando le desvirgaron el coño, pero que también era más placentero. Debió picarle la curiosidad porque me serví una copa y antes de que la acabara ya me estaba comiendo el rabo para ver si podía follarle ese culito virgen.
Solo de pensarlo se me volvió a poner la polla dura como una piedra, así que guiñándole un ojo a Isabel me puse detrás de ella le comí el ano y ella decía:
-Joder que gusto, no sé que me estás haciendo ahí pero que placer da. Qué pena que haya tenido que esperar a los 29 años para esto.
En ese momento con el dedo corazón de mi mano derecha hice presión en la entrada de su ano y no es que no entrara sino que lo engulló como una verdadera profesional, así que saque el dedo lubrique mi polla dándole un puntazo en el coño, todavía mojado desde antes, la saqué del coño y presioné despacio contra su maravilloso culo blanco y zas….entró hasta la mitad, momento en que se le escapó un grito de dolor, creo que de placer también pero no lo sé, así que le dije que si quería que parase y me dijo en voz alta para que se oyera bien:
-¡Rómpeme el culo de una puta vez cabrón!
Así que sin pensarlo dos veces la di un empujón pero, esta vez hasta el fondo. Grito, fuerte tanto que se acerco Enrique y me dijo que parase ya, a lo que ella dijo:
-Enrique vete a tomar por culo maricón de mierda, picha flácida esto no puedes hacerlo tú, deja que acabe con la sesión, y trae hielo que lo voy a necesitar.
Dicho esto mete saca con dureza y Miriam gritando que no parase, aquello hizo que en segundos me corriera dejándole el culo rebosando leche.

Estaba cansado, así que me fui al cuarto de baño, me lavé y me senté a tomar una copa, y luego otra y luego otra, mientras se mantenía una conversación que nada tenía que ver con lo que había pasado.
Meses después las dos parejas se rompieron. Según tengo entendido Enrique no podía soportar haber quedado tan mal con su chica y por eso la dejó, Isabel no supero ver cómo me había follado tanto y tan bien a su amiga.
Miriam decía que Enrique no le daba lo que necesitaba en la cama y que se había quedado conmigo y yo porque había conocido a otra, pero me seguía follando con Miriam para dar rienda suelta a nuestros deseos.
Una cosa esta clara si en la cama no funcionas, se te follan a la mujer.
Un beso para todos.