Mi mujer es una zorra

Reencontró a una antigua compañera de la facultad con la que solo había tonteado un poco. Empezaron a salir y se casaron. Había oído rumores de que existía una cinta de vídeo en la que se la veía follando con dos compañeros y decidió contactar con ellos para recuperarlas. Fue el principio de un cambio en su matrimonio.

David – Madrid
Me he casado a los 34 años, después de haber vivido todas las experiencias que cualquier persona tiene que vivir intensamente, decidido totalmente a sentar cabeza y ser eternamente fiel a la mujer que amo.
La elegida para la boda fue Noelia, una antigua compañera de la Facultad de Ingeniería, con la cual durante nuestros estudios tuvimos algún encuentro sexual, pero no cuajó una relación duradera sino que fueron solamente “pecados” de juventud.
Años después me la volví a encontrar, la vida nos había enviado por caminos diferentes. Ella había terminado la carrera mucho antes que yo y le había perdido el rastro, yo la terminé exactamente el día que cumplí 33 años.
Una noche en un concierto nos encontramos, nos pasamos toda la noche hablando y recordando a compañeros comunes e inevitablemente terminamos en mi cama, y no nos hemos separado más. Desde ese día hasta un año después que nos casamos y legalizamos nuestra convivencia fue una pasión increíble y estoy enamorado de mi mujer y ella de mí.
Debo contar que es lo que pasaba en la Facultad de Ingeniería. Casi no había mujeres. La verdad es que mi Noelia siempre fue el fruto deseado de todos los compañeros, y se lio con algunos compañeros.
Conozco por lo menos siete que me han dicho alguna vez que se la habían follado, y siempre quise preguntarle si era verdad o si eran fantasías de adolescentes o realmente era verdad.

Nunca me quiso contestar, siempre me ha dado evasivas, le preguntaba, ¿con este follaste? y ¿con este otro? Pero siempre me contestaba lo mismo, lo pasado, pasado.
Pero había algo que me atormentaba la cabeza, una vez, Luís y Alberto, dos compañeros habían contado al resto del grupo que se la habían follado entre los dos y que además lo habían filmado.
Nunca enseñaron la cinta a nadie, así que siempre pensamos que era una mentira, pero a mí me atormentaba la idea y no sabía cómo preguntarle a Noelia si era verdad o no, hasta que se me ocurrió una idea. Un día le dije que había visto la cinta, que era inútil que se siguiera escondiendo que sabía lo que había pasado. En aquel momento, no solo me di cuenta que lo de la cinta era verdad, sino que también me di cuenta que no había solo una y que no había sido solo una vez, y además ella sabía la existencia de esas cintas.
Se enfado mucho, maldijo a Alberto y a Luís por su falta de ética de mostrar eso y me pidió disculpas, a lo cual le dije que no era necesario que me pidiera disculpas, a lo pasado, pasado, éramos libres.
Todo quedó ahí, pero a mí me obsesionaba ver esas cintas, a cualquier precio, y decidí pasar a la acción.
Llamé a Alberto que en esos tiempos tenía una tienda de calzados, era un negocio familiar y en lugar de trabajar de ingeniero, se hizo cargo de la tienda.
Fui a verlo, nos pusimos a hablar, habíamos sido buenos compañeros, por lo tanto, fui directamente al grano.

-Sabes que ahora estoy casado con Noelia, ¿Te acuerdas de aquellas cintas que me dijiste que grabasteis tú y Luis follando con ella?, quiero recuperarlas, quiero destruirlas, no me apetece que terminen en una página porno de internet y creo que por todos los años que compartimos, podrías hacerme este favor.
Alberto me dijo que les había perdido el rastro, pero que en todo caso si existían todavía las tendría Luís que era el que tenía la cámara y el video en aquella época.
Con Luís jamás me he llevado bien, así que le pedí a Alberto que por favor se las pidiera. Ellos todavía conservaban la amistad y se veían a menudo. Alberto me dijo que no me preocupara que viera lo que podía hacer. Quedamos en vernos unos diez días después para ver si había conseguido algo.
A todo esto Noelia estaba un tanto extraña, no quería hacer el amor cada noche, me trataba con distancia, hasta que un día le pregunté que le pasaba.
Después de discutir un rato, me contó lo que había sucedido, el idiota de Luís le ha llamado para contarle que quería recuperar esas cintas. Y ella se sentía dolorida porque le había mentido y porque no entendía mis celos.
Ahora que se había enterado le confesé lo que sentía, que estaba celoso y que quería recuperar las cintas y verlas. Se mosqueó mucho y prácticamente estuvo casi un mes sin hablarme y por supuesto sin follar.
Estaba desesperado, aquello tenía que terminar.
Una mañana me desperté y vi que ya se había ido a trabajar pero, encima de la almohada me había dejado una nota y una cinta de vídeo. En la nota decía que hiciera lo que quisiera con la cinta, que la mirara y que diéramos por terminado el tema. Me quería y quería estar conmigo.
No sabía qué hacer, allí estaba lo que me había obsesionado durante tanto tiempo y no sabía qué hacer, pero amigos, no pude resistirlo. Fui al salón, puse la cinta y me senté a ver lo que pasaba.
Los primeros minutos de la cinta eran ellos tres tonteando en casa de Luís. Jugaban a un juego que no entendí demasiado bien con prendas, el que perdía tenía que hacer algo. Noelia se negaba todo el tiempo a hacer lo que le pedían, hasta que quizás acosada por los dos, decidió enseñar las tetas.
Cuando vi sus tetas (son muy lindas, es lo mejor que tiene), desnudas delante de los dos, los celos me devoraban. De pronto, la cinta se cortaba y aparecían escenas cortas y siempre estaba con las tetas al aire. De repente casi me da un pasmo. Allí estaba mi chica con una polla en la boca, a partir de allí fueron unos cincuenta minutos de imágenes increíbles, se la follaron juntos, separados, por el culo, se corrieron en la boca, ella se tragó todo (le encanta), lo único que no pudieron hacer fue una doble penetración que querían pero no pudieron porque a Alberto ya no se le ponía dura, y no encontraban la manera. No pude contenerme y me masturbé tres o cuatro veces.
Cuando terminó la sesión de sexo, apareció en la cinta ella, ahora, actualmente, con sus añitos de más, y en el comedor de casa, en el mismo lugar donde yo estaba sentado.
Trataré de reproducir exactamente sus palabras:

-David, he pasado unos días muy malos con todo lo que ha pasado, quiero que volvamos a estar juntos, te quiero y entiendo en parte tu actitud, pero me has hecho mucho daño, te perdono, pero debes olvidar lo que has visto y lo que va a ver, soy así y no voy a cambiar.
Inmediatamente aparecieron en la cinta Alberto y Luís, los de “ahora”, y en el comedor de mi casa, ahí mismo donde estaba yo con los pantalones bajados y con mi mujer haciéndoles una mamada. No me lo podía creer, pero quedé enganchado con aquellas imágenes. Noelia, seguía mamándoles el rabo y cuando creyó que ya estaban lo suficientemente duros, se levantó y se sentó sobre Alberto, dejando el culo a disposición de Luís. El muy cabrón no tardó ni un minuto en metérsela en el ojete. ¡Vaya doble penetración que le estaban arreando a mi mujer!
Noelia gritaba y decida lo bueno que era y los insultaba diciéndoles:
-Así cabrones, así, no paréis que voy a correrme.
La escenita duro unos cinco minutos, de pronto, se “desengancharon”, Noelia se arrodillo y les mamo la polla hasta que le llenaron la boca de leche. Cuando terminaron, la muy zorra miro a la cámara y me dijo:
-Ahora ya sabes que te soy infiel, pero te quiero. Cuando llegue esta noche a casa hablaremos.
Por supuesto que hablamos y por supuesto que… acepté sus infidelidades pasadas y actuales. La quería y reconozco que verla follar con otros tíos, me puso cachondo. Lo único que hemos cambiado, es que ahora si se quiere tirar a un tío, yo esto presente.
Bueno, aquí se despide un cornudo consentido. Besos a todos.