Relato erótico

Cuernos bien puestos

Charo
3 de diciembre del 2019

Tenía el presentimiento de que su novia le ponía los cuernos y decidió pillarla. Puso una excusa en el trabajo y fue a su casa. No se equivocaba, llevaba cuernos y muy bien puestos

Pedro – MURCIA.
Hacía tiempo que sospechaba la infidelidad de Carmela, que era entonces mi novia. No había hechos definidos y claros, pero ella dejaba aquí y allá pistas sugerentes como no estar en casa por la noche, cuando la llamaba, un tono distraído en algunas de nuestras conversaciones telefónicas como si estuviera con alguien, etc.
Esa mañana la llamé desde el trabajo y esa sensación de que estaba con alguien se hizo demasiado patente. Alguna frase entrecortada, una exclamación inexplicable, en fin, indicios que coincidían en una sola y única conclusión. Acorté la comunicación fijando una cita para la tarde ya que así no esperaría nada de mi parte que interrumpiera lo que fuera que estaba haciendo. Con un pretexto, me fui de la oficina.
Me dirigí a casa de Carmela, que estaba muy cerca, a unos 15 minutos. La velocidad de mi llegada era esencial para descubrir qué estaba ocurriendo. Mi corazón latía acelerado, en una mezcla de angustia y excitación. Cuando llegué a la entrada del edificio, tuve suerte. En ese mismo momento salía una persona, lo que me permitió ir directamente al apartamento de Carmela sin necesidad de llamar por el portero eléctrico. Por lo tanto, mi primer aviso fue tocar el timbre de su puerta. Abrió la mujer que limpiaba por las mañanas. La pobre se sobresaltó, pues ya me conocía bien, pero no le di oportunidad de cerrarme el paso, me metí y fui de inmediato al dormitorio de Carmela y, como lo suponía, estaba vacía. Volví sobre mis pasos y encaré hacia la puerta cerrada del dormitorio de sus padres. Sabía que Carmela prefería la cama matrimonial para sus juegos eróticos. La puerta, naturalmente, estaba cerrada. Ni siquiera pensé en la posibilidad de que su padre estuviera dentro ya que por su madre no tenía que preocuparme, porque sabía que pasaba el verano en la playa, donde Carmela se le uniría en pocos días.
Abrí la puerta y entré en el dormitorio. La primera visión fue la de un culo peludo que apuntaba en dirección a mí y que se movía rítmicamente, arriba y abajo, arriba y abajo. Quedé paralizado. No es que no lo esperara, pero ver tan brutalmente confirmadas mis sospechas era algo demasiado fuerte. Mi irrupción no pasó desapercibida, a pesar de lo entretenidos que estaban el propietario del culo peludo y mi ella debajo de él. Carmela me miró con una combinación de sorpresa y sobresalto. No me esperaba, eso era evidente. Y hubiera preferido que no la encontrara en tal postura, eso también era evidente. Yo había quedado sin palabras. Carmela también. Le correspondió a “culo peludo”, que se salió de arriba de Carmela, se recostó junto a ella sobre su codo derecho y me miró con expresión entre sorprendida y maliciosamente satisfecha, romper el silencio.
– ¿Quién eres? – me preguntó con descaro.

scena3_00032_JFR

Yo no pude responder nada, pero la muy puta recuperó la compostura y contestó por mí:
– Es Pedro, mi novio – y como si estuviéramos en la más inocente de las situaciones, completó la presentación, diciéndome:
– El es Mario, mi macho.
Tanto descaro aumentó mi estupefacción y seguí mudo. Una sensación de dolor y humillación me paralizaba. Pero también, en algún punto de mi interior, esa escena me excitaba enormemente. Poco a poco, pude ir captando la totalidad de lo que estaba ante mis ojos. Ambos estaban completamente desnudos. El bello y exuberante cuerpo de Carmela estaba tendido de espaldas, con las piernas separadas y sus grandes tetas derramadas sobre su tórax. El hombre que gozaba de ella era un individuo alto y delgado, bastante velludo, que me miraba con curiosidad y una sonrisa satisfecha. Apreciaba la ventaja que le daba el que yo fuera “el cornudo” y él el que me adornaba la frente. Su polla seguía erecta, tal como la había sacado del coño de Carmela al entrar yo. Y debo reconocer que era un ejemplar de buen tamaño, al menos algo mayor que la mía y como yo seguía sin decir nada, Carmela retomó la palabra:
– No sé qué quieres hacer. Si te parece, dejamos nuestra relación porque yo no dejaré de acostarme con Mario.
Que pusiera las cosas tan claras ayudó a que superara mi perplejidad y dijera algo que me costó creer que saliera de mi boca:
– No, Carmela, no quiero que lo dejemos, quiero seguir siendo tu novio, aunque tú necesites de alguien más para estar satisfecha.
Mi rival, al que yo mismo estaba reconociendo como imbatible, soltó una risa grosera. Carmela lo miró con embobamiento, como si esa fuera la cosa más maravillosa del mundo, se giró hacia él y lo besó con pasión en la boca. Se entretuvieron en su entrechocar de lenguas por unos buenos minutos, mientras yo miraba cada vez más dolido y humillado. Y cada vez más excitado, de lo que daba testimonio la hinchazón en mi pantalón.
Cuando por fin decidieron separar sus bocas, Carmela volvió a mirarme y nuevamente el sonido de mis propias palabras me sorprendió, porque no creía lo que yo mismo estaba diciendo:
– No quiero que me apartes de tu vida. Quiero estar contigo, aunque sea para verte follar con otro.
Era un permiso demasiado amplio como para que no tuviera una respuesta.

unos cuer

– Cierra la puerta – me ordenó, seguramente para que la fámula no se beneficiara con el espectáculo.
Con una lentitud deliberada se inclinó sobre el hombre, bajó la cabeza y comenzó a besarle el duro miembro. Repasó con su lengua el tronco, arriba y abajo, lamió suavemente el glande, volvió a bajar con los labios y la lengua por la nervuda estaca, se dedicó a besar, lamer y chupar los huevos, tornó a subir por el tronco hasta engullirse la cabeza entera y tragarla con deleite. Mario se tendió boca arriba, con expresión de placer y emitiendo unos rugidos elocuentes. Carmela siguió con su tarea hasta que los rugidos de Mario se hicieron más continuos y más fuertes. Un grito de él y una más afanosa chupada de ella indicaron el momento de la eyaculación. Carmela continuó mamando hasta que agotó todo el semen y solo entonces soltó su golosina con la lentitud de quien abandona algo que quisiera conservar. Entonces, se irguió en la cama, me miró nuevamente y me dijo con firmeza:
– Si quieres ver, tienes que ser parte. Ven, bésame.
Me acerqué a su lado de la cama y pegué mi boca a la suya. Recorrí con mi lengua su interior, sintiendo en la suya el acre sabor del semen y de los jugos vaginales que habían empapado a aquella polla antes de que ella la limpiara con su mamada y cuando consideró que ya había degustado lo suficiente los sabores del sexo en su boca, cortó el beso y volvió a ordenarme:
– ¡Ahora chúpame el coño follado por otro!
Otra vez obedecí sin saber bien por qué me sometía a ese trato. Me arrodillé al lado de la cama, hundí la cabeza entre sus piernas y le propiné una memorable lamida. Me sentía como un trapo, pero la situación me excitaba terriblemente.
Sin mover sus piernas, para que yo siguiera chupando, llevó el torso hacia el cuerpo de Mario y comenzó a besarlo en la boca, en el cuello, detrás de las orejas y en el pecho peludo. Desde mi posición los oía hablarse apasionadamente. Él la llamaba su hembra, su puta, el estuche de su polla y ella lo llamaba su hombre, su macho, su fuente de leche caliente. Él le devolvía los besos cada vez con más violencia. Finalmente, la mano de Mario me apartó del ardiente sexo de mi novia, volvió a montarse sobre ella, que rodeó la cintura de él con sus piernas y la polla, que a mí ya me parecía gigantesca, agrandada por la posición superior en que se encontraba respecto de mí, se hundió otra vez en aquella cueva que yo había considerado solo mía.

scena3_00027_JFR

Entonces me senté en el suelo a mirar cómo follaban y debo reconocer que fue todo un espectáculo, con sonido incluido, ya que los gritos, jadeos y gemidos no hubieran permitido a un ciego dudar sobre lo que allí estaba ocurriendo.
Por fin acabaron al unísono con gran estruendo. Y nuevamente me tocó la tarea de limpiar el hermoso coño de todo vestigio de la follada mientras la boca de Carmela hacía lo mismo con la polla de su amante.
Entonces Mario me tocó festivamente la frente diciéndome cornudo en todas las variantes que se le ocurrieron. Cuando Carmela terminó su higiénica labor, me apartó de la mía y me dijo con mucha seriedad:
– De ahora en adelante, ya lo sabes. Yo voy a seguir follando con Mario. El es el dueño de mi coño, de mi boca y de mi culo. Tú puedes ser mi novio y follar conmigo cuando Mario no esté y también vas a poder vernos cuando follemos, con la condición de que hagas lo que te digamos, ah, y que nos traigas cerveza de la nevera.
Los dos se rieron a carcajadas cuando él agregó:
– En invierno puede ser café.
Echando una mirada al notorio bulto en mi pantalón, Carmela me autorizó a masturbarme sobre las sábanas, que de todos modos debían ser cambiadas después de semejante sesión de sexo de ellos dos, pero
antes de volver al trabajo, tuve que ir a la cocina a buscar aceite, ante la mirada burlona de la sirvienta, untar el agujero del culo de Carmela y presenciar como Mario se la metía en tan preciado agujerito. Cuando salía, Carmela me dio un ligero beso de despedida y me dijo:
– Así me gusta, que me ayudes a disfrutar. Eres un buen cornudo y te quiero más por eso pero no te preocupes, Mario no me va a durar mucho, pero ya habrá otros que sembrarán en mi jardín para que siempre tengas tus cuernos bien crecidos.
Besos, Charo.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

Aceptar

ACEPTAR
Aviso de cookies


"revista clima fotos""relatos eroticos infidelidad""historias xxx""fotos revista clima""gif porno trios""relatos eroticoss""relatos maduros""revistaclima com""le come el culo"revistaclima.com"relatos eroticos sexo no consentido""relato sexo anal""sexo bestial""anal salvaje""relatos porrno"revistaclima.com"revista supertetas""relatos erticos""revistas porno de los 80""relatos porno español""relatos sumision""revistaclima com""relatos clima""relatos porno.com""relatos tetonas españa""relatos eroticos trios""abuela viciosa""contactos amater""revista clima relatos""contactos x""relatos xxx gratis""relaros eroticos""maduros bisex"www.revistaclima.com"historias de tetazas""cuernos amateur""guarras gif""relatos erotios""relatos eroticos maduros""madura tetazas""relatos eróticos gratis""contactos porno""revista clima fotos""maria la piedra culo""revita clima""clima relatos""relatos porno tv""revists clima""relatos hot""relatos eroticos es""relatos de la revista clima""www revistaclima com""relatos eroticos incesto""relatos eròticos""relatos tetonas""madura bien follada""revista clima fotos""rebista clima""relatos eroticps""relatos eroticos 2017""revista clima""relatos eroticos lesbianas""follada por negros""relatos tetonas españa"revistaclima.comrevistaclima.com"relatos eroticoos""relatos lib""latina tetona""revista porno""revista clima es""relatos erotiicos"www.revistaclima.com"revista clim""tetas jóvenes""relatos erotico"